jueves, 29 de agosto de 2024

 

PROPAGANDA

VS

REALISMO

¿Cuánto tiempo más la OTAN y su aparato de propaganda representado por los Mass Media podrán seguir engañando al mundo de lo que realmente pasa en Ucrania?

 

Por Charles H. Slim

Nadie puede convencerte ni con el mejor relato fantástico de algo si realmente lo has vivido o presenciado en persona. Este razonamiento es el que muchos ucranianos y en especial para los kievitas como Dimitri W. de quien mantenemos el anonimato por obvias razones de su seguridad, es el que se aplica a su cotidiana realidad. Él es uno de muchos ciudadanos que ante la insoportable situación a la que se ven sometidos por una junta militar neonazi que se resiste a negociar la paz y abandonar el poder, viven el calvario de una vida llena de privaciones, incertidumbre y sumida bajo una severa represión interior y los feroces ataques rusos.

Desde las usinas de medios en occidente se habla de “democracia”, pero al terror que impera entre los ciudadanos a expresar el descontento, se agrega el cansancio a soportar un régimen de facto.

Este hastío es algo que los medios del occidente colectivo no muestran y ello es entendible, dado su velado papel de propagandistas de las políticas de Washington y Bruselas, se deben a estos amos; además, no pueden fallarles dado que son quienes financian sus actividades. A estas alturas nadie, en especial los periodistas y empresarios de medios de este hemisferio puede sentirse ofendido por esta afirmación, mucho menos cuando han perdido la credibilidad entre sus propios habitantes.

Los últimos ataques rusos sobre puntos específicos y altamente sensibles para la vida social de los kievistas les han puesto en autos sobre la cruda realidad a la que podrían verse obligados a soportar en el invierno que se acerca si Zelensky y sus nazis continúan detentando el poder y enviando al matadero en Kursk a los pocos jóvenes que puedan quedar. A propósito de esto, las expectativas de analistas militares como el mayor retirado del ejército ucraniano Igor Lapin son contundentes: Nadie aún sabe que propósito estratégico tiene añadir otros 300 kilómetros de frente de espaldas al frente en Donbass. Si los estrategas atlantistas esperaban que Rusia distrajera tropas del frente en Donetsk para acudir a Kursk, se equivocaron y hoy las tropas ucranianas están pagando por esa mala decisión.

Es un dato más que obvio que la operación para penetrar sobre Kursk fue facilitada -entre otros recursos- por la inteligencia satelital de EEUU en cooperación con sus colegas británicos y polacos e igual así, al presente su avance ha sido detenido y no tiene posibilidades de sostenerse sin abastecimientos ya que es cuestión de tiempo para que la línea logística sea cortada. Agregado a esto, la participación de mercenarios estadounidenses bajo contrato de empresas privadas -que a su vez están vinculadas con el Pentágono- como la Forward Observations Group ha ratificado el estatus de agresor de EEUU con lo cual, aún no estamos viendo a donde podrá desembocar esto.

Igualmente, pese a estas participaciones atlantistas en el terreno y las ventajas estratégicas iniciales, ello no ha representado para las Fuerzas Armadas rusas un escollo insalvable e incluso, no ha evitado que sean abatidos como cualquier agresor. Al mismo tiempo y por efecto de buscar sostener esta incursión las fuerzas ucranianas en Donbass han tenido que abandonar varias aldeas y localidades acelerando con ello el avance ruso. Así las fuerzas armadas rusas han reconquistado en los últimos días dos importantes localidades como son Chasavyar y Kamyshevka de la República Popular de Donetsk.

Contrario a esto, los medios como CNN, la BBC, la DW y las ornamentadas editoriales neoconservadoras como Foreign Policy, siguen matizando a sus lectores con relatos de una realidad paralela.

Pero mientras estas editoriales piensan como argumentar este desastre, la realidad les pasa por encima. Tan solo unas horas atrás -sin que haya sido difundido con amplitud en occidente- , los ucranianos se han retirado en masa de Pakrovsk y Memryk allanándole el camino a las brigadas rusas que con la bandera roja de la “Victoria” van consolidando terreno con cada una de las recapturas.

De estas conclusiones se espera de un momento a otro una catástrofe para las tropas que aún queden en Kursk.

A eso, sumémosle los letales ataques con misiles hipersónicos y drones contra instalaciones eléctricas que desde el 6 de agosto se han ido incrementando de forma escalar hasta dejar sin luz por horas a toda la capital. Lo mismo en Odessa y los almacenes con equipos militares de la OTAN. Pero eso no es todo. Los puntuales y muy certeros bombardeos sobre algunos edificios (como el Hotel Krivoy Rog) e instalaciones de empresas privadas que albergaban tropas y personal de la OTAN han empeorado la psicosis en el régimen acusando a grupos de traidores que estarían marcando los blancos desde adentro.

Entre tanto y en las producciones occidentales de noticias maravillosas y triunfalistas, Ucrania esta logrando grandes objetivos en el campo de batalla que se resumirían en el ya conocido “vamos ganando”, pero los mismos ucranianos que solo buscan sobrevivir se preguntan ¿realmente vamos ganando?

 

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