LEON EN UNA NACION
DE RATONES
¿Cuáles son las
razones por las que Milei puede presentarse como un león?
Por Javier B. Dal
Al presidente Javier Milei gusta de presentarse como un león, como parte de una estética en su cabellera o de una representación simbólica y asociativa al valor y la fortaleza con el León de Judá de las escrituras judaicas. Cualquiera sea el significado de estas interpretaciones, es muy seguro que no concuerdan con la idiosincrasia ni la historia de la sociedad argentina.
Decir que su
gobierno ha entregado al país es nada con la realidad de lo que ello significa en
la actualidad. Si nos pusiéramos a realizar una lista de acciones que ponen en
perspectiva esta acusación bastaría con solo hacer tres señalamientos
puntuales: El primero, el oro entregado a los británicos; la entrega del
control de las rutas y vías fluviales a los estadounidenses; y la ya conversada
entrega de facilidades para que el Pentágono pueda establecer una nace naval en
Ushuaia, Tierra del Fuego.
Como se podrá
advertir e intuir, con esta injerencia estadounidense implica la de otros
socios como son los británicos y los israelíes con lo cual toda posibilidad de
reconstruir un poder político-militar soberano y al servicio de los intereses
del país quedan suspendidos por tiempo indeterminado. Si alguien sigue creyendo
que el poder soberano no se sustenta sobre la base de una fuerza militar
autosuficiente y eficaz, sin dudas es argentino.
Pero ¿Cómo los
argentinos llegaron a esto? Si te paras en las calles de Buenos Aires y les
preguntas a sus atribulados ciudadanos de a pie que opinan de esto, muchos de
ellos no tienen ni idea o poco les importa siempre y cuando tengan la creencia
de que “el javo” (o quien circunstancialmente se halle en el gobierno) los
salve económicamente. Seguramente estén preocupados por el valor de la cerveza,
muy compenetrados con los campeonatos de la liga de futbol y las tablas de
posición, pero sobre los asuntos públicos de los cuales luego ellos mismos se
quejan, nada. Esto mismo es lo que sucede con cada nuevo gobierno que sube al
poder, nadie se acuerda del anterior e incluso aquellos que fueron fervientes
partidarios de aquel desaparecen como si se los hubiera tragado la tierra. Y
sino ¿Dónde están los peronistas revolucionarios y esos que se llamaban
Kirchneristas?
La entrega de los depósitos de oro físico al Banco de Londres se asemeja a la misma política de los entreguistas conservadores de comienzos del siglo XX y sus posteriores especímenes del neoliberalismo como Menem y Macri más cerca en el tiempo. Milei como estos dos ejemplos de la historia contemporánea entrego ese oro sin recibir ninguna clase de garantía o certificado para evitar una gran estafa, tal como le sucedió a Venezuela y Rusia, cuando tras entregarles un cargamento de oro los británicos simplemente se quedaron.
Si nos ponemos a
pensar, la traición y entrega han sido parte de la historia política argentina.
En lo referente a
la entrega, hoy lo vemos con el control de las rutas fluviales, puertos e
instalaciones estratégicas a los EEUU, que puede sonar poco interesante para la
abúlica y maleable sociedad argentina pero ello es algo que además de ser un
garrafal error, representara a mediano plazo grandes desventajas para su propia
economía. Ello a su vez va en detrimento de una cada vez más debilitada estructura
defensiva que ya venía desde hace décadas y que ha sido una alimentada por tara
de toda la clase política.
Hoy y siguiendo la
agenda trazada desde Washington, el gobierno de los hermanitos Milei han
terminado por despojar a las fuerzas armadas de sus funciones específicas
poniéndolas al servicio de las planificaciones asesoradas por “especialistas”
norteamericanos e israelíes, estos últimos más especializados en asesinar gente
inocente que en proporcionar tácticas militares útiles. En ese plan hoy las
tropas del ejército argentino y por el servilismo sobaculista del ministro de
defensa Luís Petri, se hallan desempeñando tareas policiales en zonas
fronterizas imitando al fracasado esquema que los militares norteamericanos
implantaron en Colombia y México.
Como un moño de
estas inconsecuencias, los arreglos que Milei ya había prometido a los círculos
políticos en Washington aún antes de ascender al poder para facilitar a los
EEUU entrar en la Patagonia facilitándole el paso de la flota por las aguas
jurisdiccionales y darle un libre acceso a la Antártida, ha oficializado las
aspiraciones del Pentágono de emplazar en la ciudad más austral del país una
base naval que será un punto estratégico para los intereses estadounidenses. La
visita a comienzos de mes del jefe del Comando sur (SOUTHCOM) refuerza esta
política. Sobre esto y a la vista de la situación de las islas Malvinas,
Sandwiches y Georgias del sur ocupadas por sus aliados británicos, no hay duda
alguna que Milei ha renunciado a cualquier reclamación, aún cuando desde su
cancillería se diga lo contrario.
En ese mismo tema,
también está muy clara la alineación de Buenos Aires con la agenda geoestratégica
de los estadounidenses y de la OTAN especialmente dirigida a tratar de frustrar
el crecimiento de la (sobrevalorada) influencia china en la región y obviamente,
con un objetivo adicional de servir de punto de apoyo en la estrategia del
comando USSTRATCOM ante un posible escenario termonuclear contra la Federación
de Rusia y sus aliados.
La actual política libertaria apuesta por vender y sacar los mejores réditos dejando de lado todo reparo que refiera a la soberanía, los intereses estratégicos (incluida la seguridad nacional) y la autodeterminación, valores para ellos inferiores y obsoletos, desdeñables en favor del capitalismo y las reglas financieras angloestadounidenses. Al parecer no hay oposición en estos planes y con mucha razón podría parecer que gobierna como un león, pero no por su firmeza, nobleza y fiereza, no. Milei y su gente pueden hacerlo porque lo hace sobre una gran masa de habitantes que se comportan como ratas que solo esperan por su miserable pedazo de queso.
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