viernes, 16 de mayo de 2025

LEON EN UNA NACION DE RATONES

¿Cuáles son las razones por las que Milei puede presentarse como un león?

 

Por Javier B. Dal

Al presidente Javier Milei gusta de presentarse como un león, como parte de una estética en su cabellera o de una representación simbólica y asociativa al valor y la fortaleza con el León de Judá de las escrituras judaicas. Cualquiera sea el significado de estas interpretaciones, es muy seguro que no concuerdan con la idiosincrasia ni la historia de la sociedad argentina.

Decir que su gobierno ha entregado al país es nada con la realidad de lo que ello significa en la actualidad. Si nos pusiéramos a realizar una lista de acciones que ponen en perspectiva esta acusación bastaría con solo hacer tres señalamientos puntuales: El primero, el oro entregado a los británicos; la entrega del control de las rutas y vías fluviales a los estadounidenses; y la ya conversada entrega de facilidades para que el Pentágono pueda establecer una nace naval en Ushuaia, Tierra del Fuego.

Como se podrá advertir e intuir, con esta injerencia estadounidense implica la de otros socios como son los británicos y los israelíes con lo cual toda posibilidad de reconstruir un poder político-militar soberano y al servicio de los intereses del país quedan suspendidos por tiempo indeterminado. Si alguien sigue creyendo que el poder soberano no se sustenta sobre la base de una fuerza militar autosuficiente y eficaz, sin dudas es argentino.

Pero ¿Cómo los argentinos llegaron a esto? Si te paras en las calles de Buenos Aires y les preguntas a sus atribulados ciudadanos de a pie que opinan de esto, muchos de ellos no tienen ni idea o poco les importa siempre y cuando tengan la creencia de que “el javo” (o quien circunstancialmente se halle en el gobierno) los salve económicamente. Seguramente estén preocupados por el valor de la cerveza, muy compenetrados con los campeonatos de la liga de futbol y las tablas de posición, pero sobre los asuntos públicos de los cuales luego ellos mismos se quejan, nada. Esto mismo es lo que sucede con cada nuevo gobierno que sube al poder, nadie se acuerda del anterior e incluso aquellos que fueron fervientes partidarios de aquel desaparecen como si se los hubiera tragado la tierra. Y sino ¿Dónde están los peronistas revolucionarios y esos que se llamaban Kirchneristas?

La entrega de los depósitos de oro físico al Banco de Londres se asemeja a la misma política de los entreguistas conservadores de comienzos del siglo XX y sus posteriores especímenes del neoliberalismo como Menem y Macri más cerca en el tiempo. Milei como estos dos ejemplos de la historia contemporánea entrego ese oro sin recibir ninguna clase de garantía o certificado para evitar una gran estafa, tal como le sucedió a Venezuela y Rusia, cuando tras entregarles un cargamento de oro los británicos simplemente se quedaron.

Si nos ponemos a pensar, la traición y entrega han sido parte de la historia política argentina.

En lo referente a la entrega, hoy lo vemos con el control de las rutas fluviales, puertos e instalaciones estratégicas a los EEUU, que puede sonar poco interesante para la abúlica y maleable sociedad argentina pero ello es algo que además de ser un garrafal error, representara a mediano plazo grandes desventajas para su propia economía. Ello a su vez va en detrimento de una cada vez más debilitada estructura defensiva que ya venía desde hace décadas y que ha sido una alimentada por tara de toda la clase política.

Hoy y siguiendo la agenda trazada desde Washington, el gobierno de los hermanitos Milei han terminado por despojar a las fuerzas armadas de sus funciones específicas poniéndolas al servicio de las planificaciones asesoradas por “especialistas” norteamericanos e israelíes, estos últimos más especializados en asesinar gente inocente que en proporcionar tácticas militares útiles. En ese plan hoy las tropas del ejército argentino y por el servilismo sobaculista del ministro de defensa Luís Petri, se hallan desempeñando tareas policiales en zonas fronterizas imitando al fracasado esquema que los militares norteamericanos implantaron en Colombia y México.  

Como un moño de estas inconsecuencias, los arreglos que Milei ya había prometido a los círculos políticos en Washington aún antes de ascender al poder para facilitar a los EEUU entrar en la Patagonia facilitándole el paso de la flota por las aguas jurisdiccionales y darle un libre acceso a la Antártida, ha oficializado las aspiraciones del Pentágono de emplazar en la ciudad más austral del país una base naval que será un punto estratégico para los intereses estadounidenses. La visita a comienzos de mes del jefe del Comando sur (SOUTHCOM) refuerza esta política. Sobre esto y a la vista de la situación de las islas Malvinas, Sandwiches y Georgias del sur ocupadas por sus aliados británicos, no hay duda alguna que Milei ha renunciado a cualquier reclamación, aún cuando desde su cancillería se diga lo contrario.

En ese mismo tema, también está muy clara la alineación de Buenos Aires con la agenda geoestratégica de los estadounidenses y de la OTAN especialmente dirigida a tratar de frustrar el crecimiento de la (sobrevalorada) influencia china en la región y obviamente, con un objetivo adicional de servir de punto de apoyo en la estrategia del comando USSTRATCOM ante un posible escenario termonuclear contra la Federación de Rusia y sus aliados.  

La actual política libertaria apuesta por vender y sacar los mejores réditos dejando de lado todo reparo que refiera a la soberanía, los intereses estratégicos (incluida la seguridad nacional) y la autodeterminación, valores para ellos inferiores y obsoletos, desdeñables en favor del capitalismo y las reglas financieras angloestadounidenses. Al parecer no hay oposición en estos planes y con mucha razón podría parecer que gobierna como un león, pero no por su firmeza, nobleza y fiereza, no. Milei y su gente pueden hacerlo porque lo hace sobre una gran masa de habitantes que se comportan como ratas que solo esperan por su miserable pedazo de queso. 

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