domingo, 15 de junio de 2025

 

LA VERDADERA AMENAZA

¿Quién es realmente un peligro para la estabilidad regional y la paz global? Un repaso extra ligero de los engaños que parieron el programa de armas nucleares de Israel

 

Por Charles H. Slim

El relato sionista sobre la amenaza que representa la república Islámica de Irán además de su carga racista e islamófoba, es el reflejo de sus propias intensiones aun cuando los medios en occidente (y particularmente en Buenos Aires), serviles a su línea editorial, traten de borrar la historia. El ataque artero y deliberado que llevo adelante Israel contra Irán entra dentro de una acostumbrada forma de actuar que busca, sacar ventajas. Como entenderán, en esa lógica no entran los escrúpulos ni el respeto a ninguna regla, tal como el asesino que apuñala por la espalda.

Pero mientras Netanyahu y el establecimiento sionista claman a los cuatro vientos por el “peligro de la bomba nuclear iraní” y los medios adeptos (con banderitas o sin ellas) amplifican su discursiva, se ha tratado de ocultar quién realmente es el peligroso con alcance global en cuanto a este tema. El teórico militar israelí y ferviente sionista de origen holandés Martin van Creveld en septiembre de 2003 expreso: “Poseemos varios cientos de ojivas atómicas y cohetes, y podemos lanzarlos contra objetivos en todas direcciones, quizás incluso contra Roma. La mayoría de las capitales europeas son objetivos… Tenemos la capacidad de hundir al mundo con nosotros. Y les aseguro que eso ocurrirá antes de que "Israel" se hunda”.

Este comentario claramente nihilista no hace más que poner en evidencia cuál es la naturaleza del pensamiento sionista.

Durante décadas Israel desmintió e incluso se burlaba sobre la existencia de un programa nuclear propio. Pero las instalaciones de Dimona eran reales y sus propósitos estaban más allá de proporcionar energía eléctrica como le dijo en 1961 el embajador israelí Ogden Reid al presidente estadounidense John F. Kennedy. Esta sería una de la larga lista de mentiras con las que se ha sostenido Israel. Pero según algunas fuentes de inteligencia, Kennedy fue advertido de esto y puso reparos a la asistencia técnica hasta, que en 1963 es convenientemente asesinado.

James Jesus Angleton fue uno de los topos más importantes y silenciosos de Tel Aviv dentro de la comunidad de inteligencia estadounidense.

Más allá de las especulaciones sobre el claro chivo expiatorio Harvey Oswall y quienes realmente estuvieron detrás de él, durante décadas se mantuvo fuera del radar las indagaciones a la pista israelí y a sus colaboradores internos, en especial sobre el fundador y jefe de contrainteligencia de la CIA de ese entonces, James Jesus Angleton quien, luego de descubrirse sus dobleces, manejaba una agencia de inteligencia paralela que respondía directamente a Tel Aviv.

Según memos desclasificados entre los que figura un informe del FBI de 1975, éste funcionario estadounidense reportaba en la embajada israelí en Washington DC, informes de contenido altamente sensible que violaban la “seguridad nacional”. Obviamente Angleton no trabajo solo y fue con su gente quienes en 1960 -con ayuda interna- pudieron robar 95 kilogramos de uranio altamente enriquecido de la Corporación de Materiales y Equipos Nucleares de Washington y que dio lugar a las investigaciones sobre los directivos de la planta de Uranio NUMEC y en especial sobre su director Zalman Shapiro quien era un militante sionista con estrechos contactos gubernamentales y relaciones comerciales con Tel Aviv.

Aprovechando esa posición y traicionando la confianza del gobierno estadounidense, los informes revelaron que Shapiro colaboró entregando información a altos funcionarios del Shin Bet, del Mossad e incluso con la rama dedicada al área científica LAKAM. Fue con ese material que Tel Aviv pudo comenzar a desarrollar su propio programa de armas nucleares que hoy se halla resguardado bajo los silos en el desierto. 

Es entendible que las personas de a pie (y muy especialmente en Argentina) nunca supieran de todo esto, incluso, durante décadas una gran parte de los funcionarios de los gobiernos incluyendo a los de los EEUU. La operatividad de un núcleo de sujetos y organizaciones con intereses pro-israelíes dentro de las estructuras gubernamentales estadounidenses fue fundamental para el desarrollo nuclear de Israel. También hay que señalar que en todo esto y especialmente en las investigaciones que se hicieron para dirimir estos robos de información y de uranio, más tarde y tras un detallado informe del Contralor General en Washington se comprobó que aquellas investigaciones habían sido saboteadas para encubrir a Israel.

Como dice un dicho y que se ajusta muy bien a todo esto, “no hay misterio, solo encubrimiento”.

Desde hace un tiempo (y en especial desde las desclasificaciones en el marco de la ISCAP de 2014 y de la CIA en 2015) comienzan a entenderse muchos de los sucesos que pintados de una manera por los medios occidentales (que se presentaban como transparentes y adalides de la verdad), en realidad escondían otros propósitos y por los cuales, muchos seres humanos fueron asesinados tanto de forma directa como con falsos atentados.

No podemos dejar de mencionar dentro de toda esta siniestra lógica con la que históricamente se manejan los sionistas, al técnico nuclear Mordechai Vanunu quien tras revelar al público la existencia del programa nuclear de Israel y consciente del peligro que ello representa para la estabilidad en la región, típico a su proceder, en 1986 fue engañado por el Mossad para atraerlo a Roma donde tras utilizar un cebo fue secuestrado y trasladado a Tel Aviv para ser encerrado como traidor. Pero aquello no sería nada si lo comparamos con el actual estado de cosas.

Según algunas fuentes de contrainteligencia, el ataque israelí a Irán estuvo motivado por uno de los fracasos más grandes del Mossad como habría sido mediante una meticulosa operación de la inteligencia iraní, la pérdida de varias redes de espionaje y saboteadores en Irán, la filtración del organigrama de los sistemas de defensa “Cúpula de Hierro” y lo peor, la comprobación de que Teherán se ha hecho con los secretos del programa nuclear israelí ¿Cuántas vidas se cobrara Netanyahu para tapar esta verdadera derrota estratégica?

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