sábado, 16 de octubre de 2021

 

 

“EL MEMORANDO”

¿Por qué se cayó la causa judicial que intentaba incriminar a la vicepresidente y otros funcionarios argentinos en un supuesto encubrimiento de los atentados en Buenos Aires?

Por Charles H. Slim

Solo en un país sin estado o con uno muy débil, sus actos administrativos y de gobierno pueden ser discutidos por entidades políticas al servicio de terceros estados. En Argentina esto es una realidad desde hace ya tiempo y no hay medida de gobierno que a los ojos de ciertos actores, no les convenga, logren torcerla hasta incluso paralizarla.

El caso del memorándum con la república Islámica de Irán es emblemático en ello. Se sabe que desde 1983 hasta el presente el poder del estado argentino como tal se ha ido deteriorando a niveles inconcebibles y ello ha ido beneficiando a otros actores para estatales y de otros estados para bregar por sus propios intereses, enmascarados detrás de tragedias como los atentados de 1992 y 1994 adunándole convenientemente otros hechos posteriores como fue la muerte del fiscal federal Nisman quien, aprovechando su funcionalidad dentro del Ministerio público y siguiendo las sugerencias de terceros interesados, planteo aquella iniciativa como “un plan de encubrimiento e impunidad”.

Desde que se produjeron esos ataques, jamás se ha logrado acreditar las acusaciones que las entidades políticas judías locales (extensión de la embajada de Israel en Buenos Aires) vienen lanzando desde diversos medios y en boca de insignes militantes pro-israelíes. Su inconsecuencia discursiva ha quedado muy bien demostrada con el paso de los años cuando desde aquel primer episodio contra la embajada de Israel en 1992 estos mismos sectores y desde ciertos medios se desgañitaron acusando a supuestos nazis locales, a la OLP y a la “Jihad Islámica” estas últimas de origen árabe-palestino. Convenía en esos momentos acusar a los palestinos -en medio de tensiones entre Rabin y los ultraderechistas israelíes- hasta que repentinamente y en vistas de que sus acusaciones no tenían factibilidad, cambiaron el guion y apuntaron sus dedos hacia otro chivo expiatorio.

Lo mismo ocurriría con el ataque a la AMIA en julio de 1994 y en donde nuevamente, mediante el planteo de otra supuesta camioneta bomba -nunca identificada y de la cual no se halló una sola pieza- se volvieron a lanzar los dardos sobre los palestinos hasta que (tras la intervención de la CIA y el Mossad) el relato fue modificado agregando un nuevo elemento, la pista sirio-libanesa y a partir de ella, surgió (de aquella elaboración hipotética) un conductor de origen libanés supuestamente comisionado por el “Hesbollah” libanés quien a su vez recibió la orden de Teherán.  

La Argentina como país, ya era una entelequia débil y condicionada por su acostumbrada crisis económico-financiera y su administración de justicia no iba a escapar de esta circunstancialidad que limitaba sus capacidades para encarar la complejidad de una situación como la que se presentaba y de otras que se presentarían más tarde (como la voladura de la localidad de Río Tercero, Córdoba).

Ello no significaba que careciera de recursos humanos para obtener resultados en las pesquisas pero, siempre condicionados por la acostumbrada ( e inconstitucional) mano política, factor omnipresente para acomodar las situaciones a conveniencia del partido gobernante. Esto dejaba expuesto un estado débil y permeable a cualquier influencia tanto interna como externa. A partir de allí veríamos como desde la DAIA y organizaciones sionistas locales e internacionales, bajo la cancina alegación de antisemitismo para rechazar líneas investigativas que no agradaban a sus posiciones, presionaron a los gobiernos argentinos para que se siguieran las pistas que geopolíticamente convenía a Israel. Cualquier otra prueba que inclusive demostrara lo contrario -como lo hicieron sobre las formas de explosión o pesquisar las declaraciones del embajador israelí Itzhak Aviran- , simplemente se ralearía en los expedientes y se ridiculizaría ante los medios.

La firma del memorándum del gobierno de Cristina Fernández con la república Islámica de Irán y la conformación de una Comisión de la Verdad que buscaba la colaboración para que Teherán tuviera la oportunidad de exponer su posición en estas acusaciones, fue una patada en la ingle para Tel Aviv y algo intolerable para los recalcitrantes sionistas locales quienes del vamos (más allá de que hacen centro de sus acusaciones en los iraníes) son islamófobos que detestan todo lo que se relacione con el Islam.

Se trato de un típico acto público de gobierno que un presidente comunica a otro gobierno iniciativas o temas a tratar en conjunto.

A la cabeza de voltear esta iniciativa se puso al entonces fiscal Alberto Nisman quien pese a sus ínfulas y el marketing mediático que lo secundaba, estaba jugando a dos puntas estando más al servicio de los intereses políticos del estado de Israel y del Departamento de Estado norteamericano que la búsqueda de la verdad material de aquellos atentados. Las revelaciones sobre sus cuentas bancarias (con las cuales mantenía su costoso estilo de vida) y estrechas relaciones con los servicios de inteligencia interesados en involucrar a Irán y a Hesbollah, dejaron acabadamente demostrada su falta de neutralidad funcional y tendenciosidad inaceptable para investigar.

Tratar de sostener una denuncia en base a indicios salidos de informes de agencias de inteligencia, podrá haber sido impactante para los aficionados argentinos e incluso intimidante pero, a la postre se demostró que en la mayor parte de las veces estos informes son falsos y solo buscan sustentar objetivos de los gobiernos a los que sirven. Las inconsecuencias de la CIA en el 11/S y los informes armados para justificar las invasiones a Afganistán en 2001 e Iraq en 2003 así lo han confirmado.

Incluso más, la denuncia de 288 páginas con la cual pretendía nexar un supuesto complot mediante la firma de este memorándum más allá de la potencialidad de sus acusaciones (sin contar las inconsecuencias como fue la farsa de Hadi Soleimpanpour ante la justicia británica) no tiene la sustancialidad probatoria suficiente como para acreditar su hipotesis y fue por ello -pese a las presiones- que estaba destinada a caerse. Su muerte sigue siendo materia de discusión y controversias incluso dentro de la misma comunidad judía local que se halla tironeada entre la lealtad al estado de Israel o la verdad sea cual sea.

El intento de fabricar un caso con doble efecto (uno interno contra CFK y otro externo contra la república Islámica de Irán) fue incluso discutido y rechazado por partidarios pro-Israel como el fallecido politologo Carlos Escude y muchos miembros de esta comunidad desatando contra todos ellos los acostumbrados insultos y desvalorizaciones personales atinentes a sindicarlos como “malos judíos”, “antisemitas” o simplemente “traidores”.

Igualmente estos no se amilanaron y plantearon hasta el último momento las inconsecuencias en el líbelo de Nisman que para algunos fue un “guión miserable y criminal” alejado del objetivo de buscar la tan errática justicia en un país tan corrupto. El desenlace de la causa judicial montada desde los sectores sionistas (entre los que se hallan el PRO y parte de la oposición), calificada por algunos como una verdadera “megapatraña”, con estas finalidades espurias no podía ser otro y fue por ello que tras el sobreseimiento de los sindicados encabezados por Cristina Elisabet Fernández, como algunos han dicho “se ha hecho un poco de justicia” en una Argentina institucionalmente desarticulada.

sábado, 9 de octubre de 2021

 

“REINICIO TRANSHUMANISTA”

¿Ha sido la dispersión del SARS-COV2 un paso para una vacunación masiva que de inicio al proyecto transhumanista?

 

Por Pepe Beru

La pandemia del SARS-COV 2 parece estar retrocediendo, pero las consecuencias sobre la economía, las relaciones políticas y la vida de cada habitante del mundo aún son imprevisibles. Las preguntas de cómo y cuál es el verdadero origen de esto quedan pendientes de investigar (si es que realmente alguien interesado en ello) pero lo que ha logrado esto, suscita nuevas preguntas tales como ¿Puede recuperarse el ser humano del miedo implantado por la dispersión de esta peste?, ¿Y a quiénes beneficia esto?

La peste del COVID sin dudas ha sido la que más rápido se ha extendido. Pero no por su poder de contagio sino más bien por el masivo efecto difusor de los grandes medios de información que, como ya sabíamos, tienen sus cables interconectados con los grandes polos del poder global. En esta ocasión su participación en la difusión del terror pandémico ha sido fundamental para mantener en vilo por casi dos años a la mayor parte de los habitantes de este mundo. Todos estos, renunciaron voluntariamente a sus libertades a un gobierno virtual de médicos e infectólogos quienes desde entonces se convirtieron en los “guías” de los políticos de todos los gobiernos.

El confinamiento fue el primer objetivo. Logrado ello, se digitalizó la vida cotidiana de cada persona llegando a tal punto que no habría más contacto que el realizado por la plataforma “Zoom”. Cada aspecto de la vida del hombre se volvió virtual y ello fue capitalizado por pocos sectores de la economía tales como “Microsoft”, “Alphabet” y las Corporaciones de la defensa quienes (por intermedio de los bancos) hoy detentan la mayor parte del dinero existente.

Pero hay otros objetivos más allá del dinero. El control de la vida y la muerte por una idea como el transhumanismo, es para las elites (de las que Joe Biden es parte) en occidente la piedra angular del nuevo paradigma.

La vacunación masiva (que no garantiza el recontagio) ha sido sin dudas el negocio del siglo para los laboratorios y para la poderosa industria farmacéutica (con estrechos vínculos financieros con Occidente) pero también y por detrás de estos monstruos hay otros intereses tan o más siniestros que sacaran magníficos beneficios de esto. Es por ello que cualquier otro tratamiento o método contra esta infección es censurado. La Fundación Gates solo es la cara más conocida en todo esto, pero no la única. No es ciencia ficción ni una elucubración trasnochada. La propaganda en los medios que ronda en torno a las “vacunas” estadounidenses se centran en el llamado sistema “ARN mensajero” que no precisamente representa una vacuna. La inoculación de un “elemento” que vendría a contrarestar esta cosa se volvió el objetivo de la persuasión para una gran masa de atemorizados habitantes.

Si consideramos estos elementos podríamos decir sin equivocarnos que “alguien ha creado este problema para luego vendernos la solución”. Un viejo truco mercantilista que se ha vuelto un vicio y una maniobra harto usada por ciertos gobiernos para plantar situaciones que a la postre justificaran ciertos procederes como soluciones. La aparición de esta “pandemia” presume algo así y las evidencias de ello parecen denotarlo.

Cuando comenzó todo esto, la misma OMS no se ponía de acuerdo en cuanto a las medidas a adoptar. Las especulaciones catastrofistas símiles a las de la Edad Media, hicieron tabla rasa con la razón y los prudentes fueron silenciados ante los sabelotodo del cosmos de la virología.  Entraron en escena los “especialistas” británicos y estadounidenses (glorificados por los anglófilos argentinos) que pese hacerse los sorprendidos ante los medios, varios de ellos estaban al tanto del origen de esta peste.

Precisamente y más allá de que el conglomerado de medios (y mucho menos los subalternos argentinos) no difunden estas inconsecuencias puertas adentro de EEUU, las investigaciones sobre todo esto ya arrojan nombres y el involucramiento de ONG´s de “investigación de salud” subvencionadas por el gobierno federal y más precisamente por organismos militares como DARPA, involucrado en desarrollos de armas sofisticadas de última generación que incluyen desarrollos bacteriológicos.

No es cualquier cosa esto. Un área de la defensa como DARPA que tiene entre muchos otros proyectos el desarrollo de nanotecnología robótica y nanomateriales microscópicos con finalidades destructivas (que pueden pasar por la aguja de una jeringa) pone a muchos a pensar. Es una realidad blanqueada a medias ya que esta tecnología ya se esta implementando en ciertos usos en apariencias inofensivos y de carácter recreativo (Chip sexual).

Estos desarrollos no solo buscan inhabilitar o matar al enemigo, sino más bien convertirlo, someterle psicológicamente y hacerlo si es posible, dependiente del agresor. No hay mejor arma que la que no se ve ¿no lo cree?

Son precisamente estas relaciones que hacen sospechar (y con mucha razón) la conveniencia y razón de la aparición de un “virus” tan extraño. Por supuesto olvídense de las exclamaciones de Biden anunciando que había encargado a la CIA que investigue sobre el origen de esto. Además de que la agencia no está destinada a eso (sino todo lo contrario) quien es parte del asunto no puede hacer eso, salvo para taparlo aún más.

La vacunación se ha convertido en el “tema” de los medios y el “objetivo” de los gobiernos. Al fallar el uso de la fuerza pública para obligar a la población a cumplir con sus medievales medidas, la persuasión por los medios (insuflando el temor, la sospecha y la culpa) ha sido la vía por la cual se trata de amedrentar al ser humano para aceptar algo que en un estado consciente y sin temor jamás aceptaría. Precisamente el aislamiento ha creado en muchos un nuevo hábito que ha influido en todas sus esferas de la vida. Desde el trabajo hasta las relaciones sociales y afectivas se han virtualizado por el mero temor a ese virus. Como en esas películas de horror, creen que encerrándose en sus casas los zombies o los vampiros no pasaran. Delirante.

Ahora el discurso se ha ido modificando y en este no cualquier “vacuna” sirve. Solo las “Pfizer”; “Astra Zeneca” y “Moderna” son las que agradan a Washington, las mismas que utilizan el ARN mensajero que actúa de forma diferente a las vacunas convencionales ¿Por qué de esta exclusividad? Habrá que esperar a ver cuáles serán las consecuencias de todo esto.

 

 

miércoles, 6 de octubre de 2021

 

“PAX RUSSICA”

¿Hay en marcha una nueva era en la geopolítica global?,¿Es Rusia la protagonista de ella?


Por Charles H. Slim


El mundo está siendo testigo del final de la hegemonía estadounidense que se denominó como la Pax americana. El retroceso de los EEUU en varios escenarios internacionales parecen demostrarlo. Pero esta retracción en especial del Medio Oriente y Asia no ha sido voluntaria y gran parte de ello es debido al crecimiento de la influencia política y diplomática de Rusia, obviamente sustentada por un poder militar disuasor.

Igualmente, no significa que abandonen sus planes. La Casa Blanca parece haber establecido nuevas proyecciones y enfoques estratégicos para enfrentar el irrefrenable avance de China y Rusia tanto a nivel global como sobre la región. Mientras busca ampliar con AUKUS una política de contención marítima sobre China parece haber decidido regresar a Latino américa para recuperar los espacios perdidos y tratar de frenar los avances de estos actores orientales.

También participan en estos planes sus aliados de la OTAN quienes ya operan en Colombia y en particular Gran Bretaña e Israel, éste último bajo el argumento de que “Irán tiene un pie en Venezuela y Bolivia” o de que el “Hesbollah libanés está en la Triple Frontera entre Argentina, Paraguay y el Brasil.  Sobre esto último la agitación mediática y de propaganda de los activistas sionistas del cono sur (especialmente del Río de la Plata) es repetitiva usando los ataques terroristas de 1992 y 1994 en Buenos Aires como muletilla para acusar -sin fundamentos ni pruebas- a Irán y a la resistencia islámica chiita de ello.

En lo que hace a las intenciones de Washington por retomar sus plazas en la región, las señales son preocupantes dada las visitas sorpresa de funcionarios norteamericanos a varios países de la región tratando de revincularlos a la política norteamericana insuflando temores sobre el avance (como difunden los anglófilos argentos) “de las autocracias” orientales.

Esto sin dudas forma parte del desastre en Afganistán, pero también es en respuesta al fracaso de EEUU en Siria y el deterioro que está teniendo en Iraq, donde además de la población, son los mismos funcionarios que anteriormente prestaron colaboración durante la ocupación hoy están planteando ante el Parlamento su inmediata salida del país a riesgo de unirse con las organizaciones de la resistencia chiita como las “Hasheed Al Shaa´bi” y otras que están en contra del gobierno.

Y sin dudas que Rusia ha sido el factor preponderante para este fracaso ya que fue su intervención lo que ha propiciado desenmascarar y desmantelar el gran engaño que representó la agresión contra Siria disfrazada por los medios occidentales de guerra civil y la escenificada aparición del “Daesh”, una elaboración de la inteligencia estadounidense e israelí que tras intentarla reeditar malogradamente en Afganistán (ISIS-Khorasán), hoy por hoy EEUU trata de encubrir de forma desesperada.

Sobre esto último, se han estado ventilando los testimonios de muchos prisioneros del “Daesh” quienes han informado incluso por programas de televisión en Siria como colaboraban con los estadounidenses acatando ordenes como las de atacar al ejército sirio en sitios estratégicos como la Base aérea de Tiyas en Palmira y las guarniciones que custodiaban los yacimientos de gas de Shaer y los campos petrolíferos de la región. Hoy por hoy Washington trata de terminar con estas inconvenientes filtraciones tratando de deshacerse de estos testigos y cambiando de lugar a las familias de estos ex Daesh.

Pero Rusia mucho antes de estas confesiones y filtraciones informativas había descubierto el engaño de esta organización cuando puso en evidencia como los estadounidenses protegían los convoyes de camiones con petróleo robado por el “Daesh” que cruzaban las fronteras de Iraq y Siria rumbo a Turquía donde las mafias comandadas por los hijos de Erdogan y sus socios israelíes lo revendían para ser enviado a Europa. Ante estas evidencias la intervención rusa en Siria, en apoyo a un gobierno legítimo dio el sustento legal y moral para que sus fuerzas pisaran firme en el terreno.

En lo político Vladimir Putin obtuvo un logro personal invalorable y geopolíticamente un triunfo estratégico para Rusia que se extiende a todo el Medio Oriente ampliado. Y los efectos de ello fueron inmediatos. El presidente sirio Bashar Al Assad sigue en el poder por un apoyo mayoritario de su población y la nación árabe ha sobrevivido al complot. Arabia Saudita (parte en esto) que había sido el socio árabe estelar de Washington y un dependiente a pie juntilla de su armamento y equipamiento desde el giro en el terreno sirio, ha cambiado sus preferencias por los productos de la industria armamentística rusa llevando a que se produjeran fuertes discusiones y la furia en los círculos de la defensa estadounidense. Igualmente, la Casa Real no suelta del todo la mano a Washington manteniendo al mismo tiempo una discutida relación con Israel.

Con referencia a Israel y su doble papel en la guerra entre Armenia y Azerbaiyán en 2020 (como surtidor de armamento a Bakú su conexión con los separatistas armenios en Nagorno Karabaj con la finalidad de filtrarse en la región), la intercesión y mediación de Moscú influyó en el final de las hostilidades algo que fue crucial para que no hubiera una escalada regional y al mismo tiempo moderar las ambiciones de Turquía.

En este sentido Rusia es el impulsor de una coordinada cooperación en seguridad con China que se suma la ya preexistente cooperación regional común mediante la OTSC que como hoy estamos viendo prevé ampliar sus miembros con la entrada de Irán, algo que está causando rispideces con Azerbaiyán (que mantiene negocios de armamentos con Israel). En cierto sentido permitir el acceso a Tel Aviv a la región, es algo que Teherán tiene razón en reprochar atendiendo al interés israelí por frenar su desarrollo nuclear. Tal vez sea por ello que está estrechando sus relaciones con Armenia.

Turquía, el patito feo de la OTAN y un socio fundamental para el despliegue del embuste yihadista también giro ciento ochenta grados en su posicionamiento respecto a Washington cuando tras el fallido intento en 2015 de amedrentar a Moscú para que abandonara Siria, la CIA en julio de 2016 monto junto a los partidarios kemalistas de las Fuerzas Armadas un intento de asesinato contra el primer ministro Recep Tiyip Erdogan que culminó con un fallido golpe de estado. A partir de entonces Ankara se acercó a Moscú no solo para pedir perdón por aquella estupidez sino también para la adquisición de los modernos sistemas antiaéreos “S-400” relegando a los equipamientos estadounidenses.

Actualmente las conversaciones entre Turquía y Rusia para ampliar las adquisiciones de productos de la defensa parecen fructíferos. Hace una semana tras el encuentro entre Putin y Erdogan en el balneario de Sochi en el Mar Negro, habrían llegado a un acuerdo preliminar para surtir a Turquía de la tecnología aeroespacial rusa para construir motores para aviones de combate, submarinos y buques. Otra área en la que Rusia está proporcionando desarrollo tecnológico es en el área de la energía atómica con la construcción del primer reactor turco y el planeamiento de otros en los próximos años.

Iraq, por donde comenzó todo este -planificado- proceso de desmembramiento del Medio Oriente y el más castigado por trece años de embargo (1991-2003), una brutal invasión (2003) y la subsiguiente ocupación por ocho años ha mutado a extremos tales que el actual archi corrupto régimen colaboracionista (ante las evidencias de la complicidad estadounidense con la aparición del ISIS en 2014) no puede sostener más su presencia en el país. Al mismo tiempo, Washington mantuvo desarmadas a sus FFAA reduciéndolo a un mero estado policial (dedicada a reprimir a la disidencia interna) sin Fuerza Aérea ni el equipamiento acorde para poder prevenir situaciones como son las intrusiones de Drones o aviones israelíes para ejecutar acciones como fueron el asesinato de Qassem Soleimani y Al Mahi Al Muhandis o los ataques contra las bases de la resistencia islámica en la frontera con Siria. La manifiesta intención de Bagdad por adquirir sistemas “S-300” de origen ruso es una evidencia de un hartazgo en (pese a las amenazas de sanciones por Washington) no tolerar más este doble rasero estadounidense.

Como se puede ver, la influencia de Rusia ha crecido de forma notable y avizora (pese a los obstáculos que tendrá) ir más allá de Eurasia y pareciera que va enfilándose a ser la regla para mantener un estado de cosas nuevo que obviamente no será fácil de administrar y mantener.

 

 

domingo, 3 de octubre de 2021

 

“LA POSTERGADA INTEGRACION IBEROAMERICANA”

¿Por qué los países hispanoamericanos y en particular la Argentina no logran una integración regional coherente?

 

Por Javier B. Dal

El año 2000 es un recuerdo lejano y pese a ello la inestabilidad político-económica en los países del Caribe y el Cono sur sigue siendo la realidad imperante.  Algo positivo de aquel entonces fue el nacimiento de procesos revolucionarios que han buscado superar aquella era de dependencia y cooptación que los gobiernos neoliberales pro-estadounidenses pusieron en marcha en la década de los noventas, pero esos mismos procesos revolucionarios han estado afectados por la omnipresente corrupción que no distingue ideologías y el constante asedio de Washington.

Pese a que hay nexos comunes entre los países de habla hispana de la región (como la religión y la lengua), también existen profundas brechas que siguen manteniendo las separaciones y relaciones distantes entre pueblos que comparten raíces étnicas y semejanzas culturales ¿Cuáles han sido y siguen siendo estas brechas? Sin dudas que la inmigración europea y la permeabilidad cultural del occidente anglosajón tuvo un impacto sobre las elite de la región obviamente, con grados y extensiones diferentes.

Brasil es un caso aparte y no está dentro de esta hispanidad y es por ello que no cuenta en todo esto. Incluso más. Brasil tiene su propia agenda de integración comercial mucho más ambiciosa con el BRICS que lo inserta en los escenarios de mercados más alejados y amplios como son Asia y Eurasia. Esto hasta no hace mucho era impensable de aceptarse en Argentina dado su condicionamiento cultural (de mirar siempre hacia el norte y la Europa occidental) despreciando el mundo oriental.

Algunos intelectuales latinoamericanistas que durante la mitad del siglo pasado bregaron por el “desalambrar” como una forma de adherir a esa vieja cosmovisión comunista de la propiedad y que extendían su anhelo a un continente sin límites políticos separados por estados nación, hoy insisten con esto pero ayornado a las circunstancias políticas imperantes desde un ángulo meramente utópico sin anclaje en la realidad. Incluso algunos de ellos (en especial argentinos) que se presentaban como corrosivos anticapitalistas e antiimperialistas hoy viven y tienen sus fuentes de ingresos en EEUU y en la Unión Europea e incluso trabajando para alguno de los grandes medios norteamericanos.

En la Argentina podemos verlo en las empresas de medios y en particular en varios de sus empleados quienes (también fueron y vinieron) se han convertido en los desvergonzados adalides de la denuncia contra las “autocracias” orientales que no es otra cosa que la declamación de la propaganda de la administración Biden contra China y Rusia.

Este pensamiento pendular es el que reina en las dirigencias y la intelectualidad argentina que bajo los coloridos ropajes de “progresismo” y de “republicanismo” trata de escapar sin compromisos de ninguna clase de la realidad imperante.

Con este panorama, la Argentina es el país con mayor territorio y riquezas naturales disponibles en este mundo hispanoamericano pero, a la vez, con el paso de las décadas y en especial en las tres últimas el país se ha ido desbaratando convirtiéndose en el más políticamente desorganizado, débil e inseguro desde todos los puntos de vista, incluyendo por supuesto el jurídico ¿Cuáles podrían ser las causas de esta progresiva degradación?

Para muchos, la corrupción político financiera, para otros la falta de educación, una tara propia del argentino, una cuestión de idiosincrasia son la causa de esta situación y así podríamos seguir. Pero hay un factor de base que podría haber influido en el carácter actual de su población: Su inmigración.

Es aquí donde la inmigración tuvo un fuerte impacto que le dio valor agregado a una población nativa y mestiza relativamente pequeña gobernada por una pequeña elite agro-ganadera (de pocas familias) si consideramos el territorio existente, pero a la larga y con el paso de los años, se ha convertido en una fuente de disociación de una identidad común como nación. Así llegamos al día presente con una Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde moran las elites políticas, financieras y lobistas de intereses foráneos comportándose más como un país aparte que como capital de la Argentina. Desde la metrópoli se suele hablar de feudalismos en las provincias del interior pero aquí sucede algo parecido solo, que de cara al exterior.

La llegada de Hugo Cesar Chávez Frías a la presidencia de Venezuela dio un giro trascendental a las relaciones regionales con EEUU y el resto del mundo yendo mucho más lejos que lo que cualquiera de sus contemporáneos se hubieran atrevido.

Como sucede con todas elites políticas de cada uno de los países de la región, sus miembros mantienen estrechas relaciones con gobiernos y entidades del exterior (en especial anglo europeos) pero que, en la mayor parte las usan para sus propios intereses y beneficios olvidándose de que forman parte de una nación con la cual algunos de esos intereses (como los británicos con la Argentina), tienen cuentas pendientes con el país.

Las calamidades económico financieras de países como Argentina es en parte, un reflejo de esto. Al día de hoy pese a que desde el gobierno argentino (y su aparato mediático) se habla del “estado presente”, solo es una apariencia en el peor de los sentidos es decir, un estado deficitario e ineficiente, creador de impuestos sin fuentes de producción diversificada y un recaudador serial para financiar toda una infraestructura política afuncional y corrupta que a lo largo de tres décadas se ha encaramado en su rededor.

Del otro lado no hay nada mejor. La oposición que se auto rotula como “republicana” es un rejunte de esos sectores anglófilos y sionistas que tratan de captar al ciudadano incauto y el descontento reinante con elaboraciones dialécticas que suenan muy acorde a los reclamos de la gente común pero que como se vio con el gobierno de Mauricio Macri solo es una estrategia que esconde el beneficiar a los intereses geopolíticos de ciertos actores externos (como Gran Bretaña e Israel) que ellos respaldan.

Esta situación interna hace que no sea viable que el estado argentino pueda tener una relevancia o despertar el interés para asociarse en el desarrollo común de algún plan regional.

Ello a su vez no puede crear ninguna cohesión y mucho menos interés por el común de los mismos argentinos, por el contrario, ayuda aún más a la desunión y el descontento generalizado entre los actores productivos que ven obstaculizada la expansión y el crecimiento que beneficiaría (mediante impuestos razonables) al ente nación.

Este resquebrajamiento interno ha dificultado que Argentina tenga protagonismo y la interacción con bloques regionales como Mercosur que en los últimos tiempos ha sido motivo de controversias y desencuentros entre el gobierno argentino y sus socios, en especial con el mayor de ellos, Brasil sin querer entender que pese a que no le guste a Buenos Aires (o tenga miedo en reconocerlo), es un “tapón” (establecido y apoyado por Washington) para el desarrollo argentino algo para lo cual debería ingenierizar estrategias políticas y comerciales para vencerlo.  

Lejos de aquello, el país ya venía cuesta abajo y pese a una aparente mejora económica entre 2004 a 2008 (por una racha de alza en los commodities de la soja), solo se trató de un festival de subsidios y jubilaciones para “todos y todas” que ayudo a crear el actual estado asistencialista en donde muchos cobran sin prestar alguna contraprestación. En estas condiciones el país poco o ningún interés puede despertar para tenerlo de socio, tal como se advierte en los últimos tiempos en el Mercosur. Es más, tan abajo se han ido las expectativas de desarrollo que a lo que más que aspira Argentina es a convertirse en una granja de cría masiva de cerdos para exportar a China.

¿Acaso Argentina no puede establecer otro tipo de contratos de desarrollo y producción más sofisticados como sería el desarrollo de tecnología o de la industria militar? Y la respuesta es clara. No, por que existe un doble condicionamiento que son la desindustrialización permitida por una clase política carente de valor y el control, total que tiene Londres sobre cualquier expectativa de desarrollos que puedan amenazar su presencia en el Atlántico sur ¿Qué clase de gravitación puede tener un estado como este?

La aparición del SARS-COV2 (Covid-19) agravó la situación económico política de Argentina lo que se tradujo en su vinculación con el Mercosur. Pero el problema de integración es más extenso y abarca a todo el continente. La CELAC que agrupa a unos 32 países de la región ha demostrado ser un foro influyente pero también ha manifestado varios problemas entre sus miembros basados en posicionamientos políticos -en especial sobre procesos en Venezuela, Cuba y Nicaragua- que (como era de esperar) están bajo el constante asedio diplomático de países como Colombia y Ecuador los cuales se hallan adheridos a patrones directrices de Washington. Tampoco han prosperado otras iniciativas en el Caribe y Centro América aunque casos como el UNASUR y la CAN han sido más funcionales que aquella, pero en todos estos foros la Argentina carece del protagonismo y el peso político que por su posición geopolítica y por los recursos que alberga en su geografía debería estar ocupando. 

 

 

martes, 28 de septiembre de 2021

 

“UNA PROYECCION PARA EL CAOS”

¿Por qué AUKUS puede crear la inestabilidad regional con el riesgo de desatar un conflicto nuclear?

 

Por Charles H. Slim

Mas allá de las discrepancias entre París, Washington y la UE por la conformación de AUKUS, lo que realmente importa es la finalidad que cumplirá esta unidad estratégica entre EEUU, Gran Bretaña y Australia.  Quizá usted este aburrido de escuchar siempre la misma excusa para que EEUU se entrometa en otras jurisdicciones soberanas apelando a la “Seguridad Nacional” de su nación, pero ¿Qué amenaza representa China en su propio continente y en sus propias aguas territoriales?

Y es que debemos entenderlo bien. Las experiencias pasadas en las que Washington apelando a esta consabida argumentación solo han traído conflictos, desgracias y la miseria para millones de personas. Se requiere de una mirada crítica y frontal contra el permanente cinismo con que los “Think Tanks” y su conglomerado de medios disfrazan y manipulan el lenguaje para enmascarar las intenciones políticas y los movimientos norteamericanos en el exterior.

A pesar de las palabras ampulosas en el discurso de Biden ante la Asamblea General de Naciones Unidas, la tan mencionada “democracia” solo es una mera alegoría dialéctica (y muy trillada por cierto) para tratar de ocultar los nuevos despliegues armados más allá de sus fronteras. Para ir justificando las consecuencias que estos despliegues pueden traer algunos “Think Tanks” enmarcan el discurso de la Casa Blanca en el pragmatismo, determinismo y realismo como forma de ir preparando a su propia opinión pública por las consecuencias que podrían devenir ¿Cuál podría ser una de ellas? Una crisis que desemboque en una guerra nuclear que tendría consecuencias inmediatas sobre toda la península coreana y Japón.

En realidad, este riesgo viene estando presente desde hace tiempo, máxime desde que Pionyang obtuvo su propio desarrollo de armas nucleares y los vectores para lanzarlas. No hay que olvidar como Donald Trump trató infructuosamente de amedrentar a los coreanos para que desmantelaran estos progresos a riesgo de iniciar una guerra en la península. Kim Yong Hun lejos estuvo de amilanarse y Trump no le quedo otra opción que morderse la lengua y dar un paso atrás.   

Ahora la mira de Washington apunta al indo-pacífico y tal vez más allá del paralelo 40, atendiendo a como sea equipada la Armada australiana y demuestre su desempeño en las tareas que se le asignaran en la nueva criatura denominada AUKUS. Los almirantes australianos y los políticos derechistas y conservadores de Canberra podrán estar exultantes por este “honor” pero, quienes tienen más consciencia crítica sobre los alcances que puede tener aceptar involucrarse en esta nueva planificación angloestadounidense, saben que podrían llegar a pagar (a las consecuencias de una escalaba bélica) como nación, un alto precio político, moral y ético si es que ello vale de algo por estos días.

China y Corea del Norte, países que se ven amenazados por estos planes estratégicos del trío angloestadounidense y australiano, saben con quién están tratando y es por ello que nunca han detenido sus esfuerzos por mejorar sus campos científicos e industriales no solo para el desarrollo civil sino también del campo de la defensa tanto convencional como la más compleja y estratégica como las de las comunicaciones cuánticas y el desarrollo de misiles más rápidos (hipersónicos), de mayor alcance y más precisos. Desde esta perspectiva, el acechador occidental está allí merodeando sus aguas apenas unas millas de sus costas y no se van a quedar de brazos cruzados viendo como en el día menos pensado, lancen un zarpazo.

En ambas naciones asiáticas (y obviamente en Rusia también) existe una clara consciencia a no permitirse ser débiles. Ellos saben que si sus naciones se dejan arrastrar por la retórica engañosa y fútil de argumentos trillados por los medios occidentales que son financiados (y vaya si lo son) por gobiernos y la mafia financiera de Wall Street y la City Londinense, caerán en sus juegos psicológicos que tienden a debilitarles. Hoy vemos como al cuento de la democracia y las libertades civiles, Biden y sus globalistas (que incluyen a neoconservadores y sionistas) impulsan como caballo de Troya la promoción de la diversidad sexual y el transhumanismo que promete en nombre de un falso igualitarismo, una degeneración general de las sociedades en beneficio de una elite que seguirá manteniendo (a costa de los idiotas, viciosos y castrados mentales) sus clásicas y tradicionales familias heterosexuales.    

Pero como en Washington y Londres saben que es muy difícil penetrar una sociedad con una cultura milenaria, orgullosa y convencida de sus costumbres y que ha sufrido en el pasado los embates del colonialismo británico, la opción militar siempre será la más factible para intentar imponerse. El problema es que hoy por hoy China y Corea del Norte son dos actores regionales e internacionales con desarrollos políticos propios y constantes, guste a quien le guste. En lo particular China, su constante progreso tiende a extenderse comercialmente sobre occidente algo que EEUU y los británicos tratarán de frenar con los australianos.  

Pero AUKUS no es un monolito. Hay intereses propios y mezquinos en cada uno de sus miembros que podrían llevar a una fractura temprana. Ya lo vimos con la traición a Francia. No se olvide usted que Gran Bretaña está liderada por un sosia de Donald Trump que fue repetidamente vilipendiado y menospreciado por la elite en Washington y su aparato de propaganda. Pero aunque con estas caricaturas tratan de restarle peso a la participación británica en este despliegue en el indo-pacifico, las ambiciones británicas de reconquistar las viejas glorias imperiales del dominio de los mares es una idea que Boris Johnson tiene bien metida en su cabeza y que los conservadores añoran revivir y que esta asociación le ayudara a poner en marcha estas intenciones.