“METODOS
DEMOCRATICOS”
¿Puede haber democracia cuando se persigue e incluso se suprime físicamente a quienes informan la oscura verdad de los gobiernos? No hay democracia sin libertad de pensamiento
Por Charles H. Slim
Es cierto
que actualmente no hace falta realizar golpes de estado, intervenciones
militares o magnicidios para presionar a quienes no se amoldan a las políticas
de occidente (comprendiendo solo a EEUU, Gran Bretaña y la UE) como los que
hemos visto hasta comienzos de siglo. La violación de los derechos humanos no
se restringe a pequeños países como Myanmar, Vietnam, Tanzania o alguna paupérrima
república centro africana. Quienes se han presentado en los últimos setenta
años como el faro de la libertad y la democracia han demostrado que poco tienen
de estas cualidades.
Los métodos para violentar los derechos sin dudas se
han sofisticado y la actual digitalización de la mayor parte de los aspectos de
la vida preanuncian nuevas y más efectivas formas de coerción y persuasión psicológica
para convencer o eliminar a los rebeldes.
Un ejemplo de esto lo estamos viendo en Europa con el
azuzado temor que los medios (con el renovado protagonismo de los infectólogos
y subalternos de la OMS) están tratando de instalar sobre una nueva variante
del Sars-CoV2 (sin que aún se hayan explicado las crasas contradicciones que se
denuncian[1]) que trata de forzar a la
vacunación total adunándole la amenaza de que quien no lo haga no tendrá un
“pasaporte de salud” sin el cual prácticamente será un muerto civil. Sin dudas,
otro triunfo de la democracia.
Los casos en los que los derechos humanos han sido
pisoteados por esta elástica interpretación de la democracia son incontables
pero la mayor parte de ellos, se han mantenido escondidos bajo la alfombra
gracias a la opacidad de Naciones Unidas y de los medios corporativos que viven
supuestamente defendiendo la libertad de información. El ejercicio de este derecho
se ha vuelto muy peligroso en occidente (y en países aliados) porque, aunque no
sean visibles a la luz del día aparatosos procesos de detención, feroces
acciones de represión, apremios ilegales o discretas abducciones callejeras por
policías sin chapa (como lo hace el Shin Bet en Palestina), los gobiernos de
occidente van más allá y ejecutan (de forma encubierta y silenciosa) verdaderas
acciones terroristas amparándose en que lo hacen sobre territorios ajenos.
Libia, Siria, Afganistán, Iraq y Yemen han sido y
siguen siendo el campo de ensayo de estas tácticas de silenciamiento.
Desde las revelaciones en 2004 sobre la sistemática
práctica estadounidense de torturas, abusos y ejecuciones sumarias en la cárcel
de Abu Graib en Iraq que puso al descubierto toda una infraestructura del
terror que (además de extenderse por todo el país ocupado) iban más allá de
Iraq y que se comprobaron con los “vuelos de la CIA” que transportaban personas secuestradas a cárceles
secretas alrededor del mundo hasta los abusos y asesinatos contra los
ciudadanos afroamericanos en EEUU dejo en claro que Washington y sus socios
estaban muy lejos de respetar la legalidad internacional y quienes osen
ponerlos en evidencia corren una terrible suerte.
Algunos casos emblemáticos como el de Julian Assange,
el de Eduard Snowden y Chelsea Manning, cada uno y en diferentes grados y
circunstancias, son el ejemplo de esto. Cada uno de ellos han sido condenados
de por vida por sacar a la vista pública los trapos sucios de los gobiernos de
occidente. Pero también hay otros casos
que han ayudado a conocer asuntos tan graves como los que aquellos revelaron y
que tienen como protagonistas a comprometidos periodistas e investigadores en
países aliados de EEUU que siguen los mismos pasos.
El caso del escritor, intelectual y politólogo francés
Therry Meyssan[2]
es uno de los más emblemáticos. Conocido por su investigación tras los
atentados del 11/S y que plasmo en su libro L’Effroyable imposture “La
Gran Impostura”[3],
Meyssan comenzó a llamar la atención de los gobiernos de EEUU y Francia y para
peor, de sus respectivos servicios de inteligencia.
Las conclusiones a las que llega en su obra y que se
basan en fuentes informativas de alto nivel, dejaron expuesto una versión muy
diferente a la presentada por la administración de George W. Bush en Washington.
Meyssan expone y prueba la ejecución de un auto ataque que se dio en el marco
de una particular situación interna en los EEUU mediante una táctica sucia y
engañosa que a partir de allí comenzamos a conocer bajo el término de “Bandera
Falsa”.
Pese a que muchos periodistas ignoraron su obra, o callaron
por temor a quedar comprometidos con lo que ella exponía o simplemente la
ridiculizaron, los encubiertos intentos por eliminarlo dejaron por sentado la certera
y molesta veracidad de la publicación de Meyssan. A tal punto llamo la atención
su libro que el mismo presidente francés Jacques Chirac lo leyó y encomendó a
los servicios de inteligencia que corroboraran los hechos que se mencionaban y a
partir de allí Meyssan paso a estar en el radar del estado francés.
Al mismo tiempo en Washington el desagrado por la
publicación hizo que el circulo de los neoconservadores y sus socios sionistas
(implicados en el asunto del 11/S) pidieran la cabeza del intelectual francés.
Fue así que le encomendaron al Mossad israelí la tarea de eliminarlo.
Chirac tomo en serio el contenido de su libro y
sabiendo los peligros que conllevaba para su autor, lo protegió durante su
mandato. Incluso el mismo Meyssan comenta que Chirac llamó al primer ministro
israelí Benjamín Netanyahu para advertirle que cualquier acto, en cualquier
parte de Europa contra la integridad personal del intelectual sería
interpretado como una agresión contra Francia. Chirac era un estadista de fuste
y sabía muy bien con quien trataba y por ello sabia como negociar con organizaciones
expertas en eliminar personas.
Pero tras su salida y con la llegada en 2007 de Nicolás
Sarkosi al poder, la cabeza de Meyssan tuvo precio. Los principales motivos por los cuales Sarkosi
le retiró la protección del estado francés y lo persiguió era su conocida
simpatía ideológica con Israel y su cercanía política a Washington.
A partir de entonces Meyssan debió irse de Francia ya
que su integridad personal estaba en peligro. Igualmente Sarkosi quien estaba
muy comprometido con la política exterior de Washington acepto el pedido estadounidense
para que la DGSE (inteligencia exterior francesa) se encargue de Meyssan. Tal
como operan las mafias, así fue como los gobiernos que se veían complicados por
estas revelaciones pretendieron arreglar las cosas. Un mandatario francés que
ordenó asesinar a uno de sus ciudadanos por encargo de otra potencia sin dudas
era un escándalo que se mantuvo oculto durante años. Las implicancias del
estado francés en estos menesteres durante la presidencia de Sarkosi no
asombran.
Fue precisamente en 2010 cuando junto a Gran Bretaña (y
con la dirección y coordinación de la Secretaría de Estado de los EEUU) que se
lanzaron (con la cooperación material de las monarquías árabes del Golfo) contra
el norte de África con la intensión de derrocar y reemplazar los gobiernos
nacionalistas árabes por subsidiarias de la “Hermandad musulmana” disfrazándolo
(con la colaboración de muchos medios e intelectuales) con el relato de una
supuesta revolución popular titulada por el intelectual francés Bernard Henri
Levy[4] como una “Primavera
Árabe”.
Casualmente desde aquel año, todos los intentos de
secuestro y asesinato contra Meyssan estuvieron involucrados grupos de
yihadistas que bajo la dirección de militares franceses llevaban adelante una
guerra clandestina contra Libia, Siria y posiblemente con intenciones de
penetrar al Líbano. Esta persecución se mantuvo con la asunción de Francois
Hollande quien como Sarkosi, mantenía magníficas relaciones políticas y de
afinidad ideológica con Tel Aviv y Washington interesados en deshacerse del
intelectual francés.
Fue por eso que Therry Meyssan debió huir de Francia donde
ya no se le garantizaba su seguridad.
Precisamente, en momentos que Meyssan estaba viviendo
en Siria, el gobierno le asignó protección personal. Y ella no fue en vano. Tal
como lo relata el periodista francés en momentos que los “rebeldes sirios” que
el gobierno de Hollande apoyaba, trataron de tomar por asalto a Damasco,
tuvieron como objetivo atacar su residencia con la clara intención de
asesinarlo. Como ya había pasado en Iraq, su muerte pasaría inadvertida y mucho
más sus responsables. Pero los sirios aprendieron de todo aquello y pusieron
manos a la obra. El ejército árabe sirio emplazó a cinco hombres y un mortero
en el techo de la propiedad y tras tres días de asedio, lograron rechazar el
ataque.
Fueron tres días de terror que dejaron como saldo de
aquel episodio varias bajas de estos supuestos rebeldes sirios quienes en
realidad eran mercenarios sin preparación militar (carne de cañón) de origen
pakistaní y somalí armados con fusiles (incluidos el FAMAS F1 y los SA80) y
pertrechos occidentales. Sobre la comprobación de armamento y equipos franceses
en manos de estos grupos de mercenarios ni Sarkosi ni Francois Hollande dieron
las explicaciones del caso, aunque sobra decir el por qué.
Hasta en esto Meyssan ha logrado poner en evidencia
los embustes del gobierno francés que alineado a las políticas del bloque anglosajón
occidental viene implementando a nivel global y que tuvieron su inicio sobre el
mundo árabe-islámico, violan desde hace años las soberanías políticas de los
países y los derechos humanos de todos sus habitantes. Si se valora la defensa
de estos derechos de alcance universal con los riesgos de enfrentar al poder de
los estados, conocer el trabajo de Therry Meyssan es algo imprescindible.
[1]
Globalresearch.ca. El engaño del Covid: la aplanadora de la tiranía. "No
es solo una cuestión de vacunación o no vacunación”, publicado el 2 de
noviembre 2021, por Peter Koenig, https://www.globalresearch.ca/steamroller-tyranny/5760398
; El incidente en Fort Detrick por junio de 2019 fue tapado por el gobierno federal
y la Corporación de medios pero pese a ello no pudieron encubrir el cierre
indefinido de sus instalaciones: https://www.fredericknewspost.com/news/health/fort-detrick-lab-shut-down-after-failed-safety-inspection-all-research-halted-indefinitely/article_767f3459-59c2-510f-9067-bb215db4396d.html
[2]
Therry Meyssan es un activista e intelectual francés fundador del sitio de
temas de geopolítica https://www.voltairenet.org/?lang=es
[3] El
libro que se publicó en 2002 ha sido
materia de estudio en algunos claustros de periodismo en Argentina pero que no
han trascendido al conocimiento masivo ni mucho menos de ser comentado por los
periodistas del establishment: https://perio.unlp.edu.ar/catedras/lecturayescritura/wp-content/uploads/sites/16/2020/03/15.-Meyssan.pdf
[4]
Henri Levy es un escritor francés que milita el sionismo y en tal sentido
aborrece la posibilidad del progreso del mundo árabe islámico siendo su apoyo a
la Primavera árabe la mejor muestra de ello. Su apoyo intelectual tenía un
trasfondo político basado en legitimar la intervención de occidente (OTAN)
causando miles de muertos, la destrucción de Libia y una calamidad humanitaria
que provoca el desplazamiento continuo de refugiados a la UE.