domingo, 24 de enero de 2016

EN LA MIRA



“LA TEMPLANZA DE SIRIA Y LA ESQUIZOFRENIA DE WASHINGTON”

Cómo las inconsecuencias de Washington sobre la lucha contra el ISIS han enredado el discurso de Obama y cía.


Por Charles H. Slim

Entrando en el quinto año desde que se iniciaron las operaciones subversivas contra Siria, el gobierno ha comenzado a mantener un camino sin retorno en el cual será “la victoria o la muerte” de la república árabe siria, último bastión árabe de la resistencia contra los imperialismos occidentales y claro, contra los planes expansivos de Israel.  Los sirios como pueblo y su gobierno siguen dando una batalla cruenta contra un enemigo ficticio y anónimo aunque ha quedado revelado al día de hoy, quienes son los que mueven los hilos por detrás del telón.

La situación es tan confusa en los lugares donde se lucha que muchas veces, esa misma confusión da la oportunidad para poder engañar a las fuerzas que tratan de expulsar a los grupos mercenarios que ocupan Siria y parte de Iraq.  Las tácticas más sucias y brutales pueden verse a cada paso del camino por liberar las zonas sirias ocupadas. Solo los iraquíes y hoy por hoy los sirios pueden dar testimonio de las brutalidades que un ser humano puede verse obligado a soportar por los siniestros juegos de intereses extranjeros que nada le interesan los derechos, la integridad física y la vida de sus pobladores.

En Siria hemos sido testigos de las más repugnantes y claras maniobras políticas  e informativas por tratar de fabricar una “revolución popular” ,  algo que ha quedado probado como un costoso y muy bien elaborado embuste  que había sido planificado cuando menos, diez años atrás.

La inesperada resistencia de Damasco y el menos aún esperado, incremento en el apoyo  popular al liderazgo de Bashar Al Assad  descalabró los planes de Washington y sus cómplices europeos y regionales, que tenían como meta principal, el derrocamiento –y de ser posible- la desaparición física del líder sirio. A la vista de cualquier pensante, estamos ante una componenda mafiosa que liderada desde la Casa Blanca, dice una cosa y hace todo lo opuesto. Pero ¿hasta cuándo seguirá Obama con esta esquizofrénica discursiva?

Precisamente en este tren de continuas y graves inconsecuencias relejadas desde Washington, que al ser puestas en evidencia por los medios orientales –y que ante la imposibilidad de taparlos- fueron levantados por los medios anglosajones pero, para reinterpretarlos a molde y gusto de relato occidental. De esta manera, si aviones de transporte norteamericanos o sauditas dejaban caer toneladas de pertrechos y armas para el “ISIS”, primero era negado y cuando las evidencias eran irrefutables el argumento era que “había sido un error, un hecho aislado”.  Pero cuando intentaron desviar la atención sobre estos vuelos, los mismos colaboracionistas iraquíes que comenzaban a realizar avances, denunciaron que aviones de transporte norteamericanos sin matrícula, aterrizaban de noche en los aeródromos bajo control del “ISIS”.  Y aunque las fuentes que le proporcionaron la inteligencia a los iraquíes provenían de  informaciones  iraníes, aquellos ya habían encontrado suficientes evidencias en el terreno, de las armas y equipos que estaban usando los grupos bajo el control de aquella franquicia.

Y allí no acaban las incoherencias. En Siria las irregularidades sobre la actuación de la llamada “Coalición internacional” eran tantas, que  ya no se podía hablar de fallos. Desde los ataques aéreos completamente inútiles y sobre sectores donde no había mercenarios, como los ataques contra las fuerzas del gobierno sirio para evitar que pudieran auxiliar a los kurdos del YPG en Kobani a finales del 2014, marcaron la pauta de que todo eso estaba más dirigido a mantener intacto al “ISIS” que a combatirlo.

Pero que era lo que ocurría; qué había detrás de estas maniobras? Pues la respuesta ha quedado expuesta cuando se supo de la intervención del Clan kurdo Barzani, quien asociado con Turquía y EEUU unidos para desarrollar un proyecto dentro de todo lo que Washington  estaba orquestando,  habían venido presionando a las autodefensas YPG para que se unieran al plan de extender los dominios del Kurdistán a suelo sirio. 

Como los kurdos sirios mostraron su lealtad a Damasco y se negaban a particionar a la nación, Washington puso especial énfasis en que sus aviones no rasguñaran a “ISIS” y permitirles que pudieran avanzar y libremente pudieran hostigar a las autodefensas kurdas que se negaban a participar de este proyecto. Hace bastante que esto dejó de ser un secreto y que lo que realmente está sucediendo está más allá de una supuesta lucha contra el terrorismo.

Otro punto que quedo revelado, fue la escandalosa impunidad con la cual, el “ISIS” moviliza por las fronteras turcas –con la connivencia de Ankara- miles de camiones tanque con petróleo robado a Siria y parte de Iraq; pero lo peor de todo, es que lo había venido haciendo a la vista de los aviones estadounidenses y sus aliados, quienes no solo podían verlos en sus supuestos raids de ataques contra el “terrorismo” sino que, la agencia de inteligencia CIA, estaba involucrada –y sigue aun- en estas operaciones junto a uno de los hijos del primer ministro turco.  Todo indicaba que lo que menos estaba haciendo EEUU, era atacar al “ISIS” sino más bien, dándole una mano para que se mantuviera.

Pero fue sin dudas, el derribo de aquel avión ruso a finales del 2015  la gota que colmo el vaso para que toda esta pudrición se pusiera sobre la mesa y comenzaran los cuestionamientos a Turquía y por supuesto a Washington.  Como se podía explicar que dos aviones F-16 turcos pudieran ser guiados tan precisamente al sector y no solo eso, invadir espacio aéreo sirio y derribarlo sin previo aviso. Pese a las disculpas y las explicaciones de Ankara y la actuada sorpresa de la Casa Blanca, las investigaciones rusas descubrieron que aquellos dos cazas habían sido guiados por un avión de vigilancia electrónica AWACS saudita pero bajo el comando estadounidense.

A todo eso, las denuncias de tropas iraquíes sobre  haber visto como  helicópteros de la marina estadounidense estaba rescatando a altos jefes del “ISIS” que se hallaban rodeados en Ramadi e incluso, en siria, se habían reportado que estaban evacuando masivamente a mercenarios con la cooperación de aviones de transporte sauditas para llevarlos al Yemen, la Casa Blanca se mantuvo en silencio y ante los cuestionamientos de algunos  periodistas los voceros o funcionarios inquiridos solo decían… next cuestion ¿?

A pesar de lo grave de ello, Obama salía a dar en rueda de prensa sus fabulosos discursos en donde ni siquiera se aludía a esto y no solo eso, como si nada pasara, continuaba hablando de los “esfuerzos por combatir al terrorismo” y a su vez, llamado al legitimo gobierno sirio como “régimen”  y sentenciando como un juez omnipotente que “Al Assad debe irse”. Pero como bien señalaron varios periodistas y analistas norteamericanos; señor presidente ¿Qué hay de ISIL y los grupos yihadistas en Siria? Como siempre, la única respuesta para ello eran frases retóricas como  “hacemos un esfuerzo por combatir al terrorismo” –para punto seguido decir-  “el gobierno sirio debe detener su opresión contra su pueblo” y desvaríos semejantes. Con este tipo de respuestas, periodistas, analistas e incluso muchos militares de alto rango del Pentágono se miraban desconcertados dado que el contenido de esas respuestas carecían de lógica. 

Estos desencuentros dentro del mismo poder norteamericano no son poca cosa. Se ha podido advertir como las desavenencias entre altos funcionarios de inteligencia y militares con el presidente Obama, referidas a las políticas de cómo encarar el “fenómeno ISIS” , o cómo articular una colaboración efectiva con Rusia e Irán y efectivizarlas en el terreno han sido continuamente raleadas llevando a que varios fueran removidos de sus cargos. 

Desde fuera da la impresión de que cada área del gobierno hace lo que le parece y de ese modo, podemos ver como el ejecutivo de Obama dice una cosa, el Pentágono otra y la CIA hace todo lo contrario. Por ejemplo, Obama ha venido hablando de la lucha contra el “Estado Islámico”  mientras que los generales del Pentágono han venido recriminando sus pésimas decisiones militares que para colmo, se ven matizadas con las operaciones de la CIA que ayudan descaradamente y por debajo a las bandas mercenarias –incluyendo al ISIS- contra las fuerzas árabes sirias.  Como se ha descubierto hace poco, las operaciones clandestinas  por surtir armamento de la era soviética ha llevado a que países como Bulgaria, con los auspicios de la CIA, se hayan prestado a remitir todo tipo de cañones, fusiles y ametralladoras montables en vehículos que hoy pueblan especialmente el territorio sirio. Y ni hablemos de los sofisticados misiles TOW, que además de ser exclusivamente norteamericanos, fueron introducidos inmediatamente en la asombrosa ofensiva del “ISIS” en junio del 2014 sobre Iraq.

Cuando se confrontaron estas curiosidades, el secretario de estado John Kerry en sus entrevistas con su homologo ruso Sergüei Lavrov lejos estaba de explicar el por qué estaban surtiendo con estas armas a las bandas mercenarias que estaban destrozando a los blindados sirios. Igualmente, cuando no podía evitar las preguntas de los periodistas rusos, Kerry no dudaba en asegurar que en Rusia los EEUU “veían un socio” en la lucha contra el terrorismo y que “estaban coordinando acciones en común”. Pero ni bien regresaba a Washington, el discurso cambiaba ciento ochenta grados  y Rusia pasaba de ser un socio, a un obstáculo para lograr la estabilidad en Siria.

Similares incoherencias se habían visto en comentarios del jefe de la CIA John Brennan, quien atosigado por el escandaloso informe del Congreso  sobre torturas y  las revelaciones que se habían venido dando en referencia a las operaciones de la CIA junto a grupos mercenarios sirios, paso de la discursiva de “la necesidad de derrocar a Assad” a “es mejor Assad que los extremistas ocupen el poder” y “no buscamos derrocar a Assad”.  ¿Y esto que quería decir? Que darán la respuesta conveniente de acuerdo al momento por el que estén transitando y nada más.

Las últimas incoherencias del discurso de la Casa Blanca se está viendo en los planes de instalar una base aérea en Siria, lo que de por sí, no es aceptado por Damasco pero a su vez llama a las sospechas a Rusia, quien sabe que lo que menos tiene en mente Washington, es ayudar a erradicar a los mercenarios “seudo-yihadistas”.

Por ello, se puede concluir que a pesar de la farragosa tela de araña que ha tendido EEUU sobre la región y en especial en Siria, no ha logrado inmovilizar a la república árabe de Siria que, quien demostrando una templanza más allá de los límites tolerables, ha impedido que los intereses que ha desplegado Washington no han logrado fagocitar a las instituciones nacionales para que, como en Iraq y en Libia, solo sean una fachada vaciada ocupadas por meros mercenarios que solo responder a los intereses norteamericanos pero que a su vez, deben aparentar ser funcionarios comprometidos con decisiones soberanas.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario