martes, 17 de mayo de 2016

VETERANOS DE AYER



“VETERANS & VETERANOS”


La guerra invisible de miles de veteranos de 1991 que otros tras 25 años ni siquiera han pensado en iniciar




Por Charles H. Slim
Aunque hayan pasado 25 años de aquella desastrosa guerra en los confines del Medio Oriente, siguen pendientes varios temas que para los gobiernos involucrados en dichas acciones, han sido una problemática que se ha multiplicado exponencialmente conforme al número de hombres involucrados en el Teatro de Operaciones de Kuwait.  Más allá de que EEUU –junto a Gran Bretaña y Francia- fue quien encabezó las operaciones militares para desalojar a las fuerzas iraquíes que el 2 de agosto de 1990 habían ocupado el emirato de Kuwait y en ese sentido, les dio el reconocimiento institucional a los miembros de cada una de las fuerzas intervinientes, fue mérito de éstos mismos hombres el poner en evidencia que “había algo más que el gobierno no les había dicho”; algo que los estaba matando –y sigue haciéndolo- silenciosamente y que además, había afectado a sus propias familias.

En el comienzo, al regreso de los efectivos, Washington les condecoro y les otorgó la valía correspondiente de veteranos que implica un reconocimiento implícito de compensación económica en modo de pensiones que, muy modesta por cierto, se trata de un derecho que se apega a las costumbres y la legislación norteamericana que a su vez tiene un reconocimiento legislativo a nivel del derecho internacional. En éste sentido, el pueblo estadounidense tiene expresamente reconocidos a sus veteranos y de ello no existen discusiones.  Lo que sí estuvo en cuestión por los mismos veteranos fue –y sigue actualmente siéndolo- es la desinformación sobre a lo que realmente habían estado expuestos durante toda la estadía y el desarrollo de las actividades bélicas en el golfo.

Cabe recordar que si bien ellos fueron reconocidos por su gobierno, no por ello estarían conformes al descubrir que el mismo, los había expuesto a una situación  mil veces más dañina y letárgica que la sola participación en operaciones militares en una aparente guerra convencional. Y bien dicho aparente ya que, de los testimonios de oficiales de la tropa iraquí y estadounidense y de informes de inteligencia de ambos lados,  se dieron cuenta sobre el uso de armas químicas, biológicas y otras enriquecidas con Uranio. Cuando los primeros reclamos de solitarios veteranos parecían ser condenados al olvido en los archivos burocráticos del Departamento de Defensa, poco a poco, todos comenzaron a entender que si callaban, serían olvidados y sus casos simplemente morirían con ellos.

Similar a lo ocurrido con los “vets” de Vietnam,  los del Golfo debieron luchar ante y contra el gobierno para que se hiciera cargo de sus afecciones. Obviamente había una diferencia superlativa con los afectados por aquel “agente naranja” lanzado por la USAF para desfoliar la selva vietnamita y era que sus camaradas de la guerra en el Golfo Pérsico no sabían ni siquiera cuáles de los varios elementos químicos, biológicos y radiactivos que estuvieron en danza, les estaba afectando su organismo y el de sus propias familias  (hijos con deformaciones, problemas neurológicos, cáncer, etc)

Con ello, los veteranos se organizaron para demandar judicialmente al gobierno y tras las investigaciones de expertos como el Dr. Howard Unrnovitz a cargo por entonces de la Fundación de Investigación de Enfermedades Crónicas de EEUU, lograron obtener pruebas sobre la exposición a un medio ambiente tóxico que causo un desorden genético que origino todo tipo de afecciones trasmisibles a sus hijos.

No paso mucho tiempo para que los reclamos aislados dieran sus frutos.  En el 2001 un informe epidemiológico del gobierno encargado al Hospital de Veteranos de Durham arrojó conclusiones parciales pero alarmantes sobre los riesgos de contraer enfermedades que habían contraído los veteranos. Ello revelo que las afecciones que venían afectando a los veteranos de todas las ramas militares, tenían un nexo en común y para peor no era natural (v. http://www.elmundo.es/elmundosalud/2001/12/11/medicina/1008077716.html )

Algunos informes surgidos desde dentro de fuentes médicas militares, han evaluado que más del 75% de los veteranos de la guerra, están muriendo por efecto a la exposición al Uranio de las bombas utilizadas por sus propios aviones y vehículos blindados. Entre los síntomas advertidos están la deshidratación, fiebre, comezón, manchas oscuras en la piel y problemas neurálgicos severos.

A todo esto, se le agregan los reiterados casos de suicidios de veteranos y en algunos casos de sus mujeres, que suelen enmarcárselo en una crisis psicológica producto de los traumas de la guerra y la imposibilidad de reinserción en la sociedad civil.

Ciertamente, no se quedaron quietos porque el gobierno les reconoció una magra pensión con la cual, apenas pueden cubrir las necesidades básicas.  Cuando averiguaron que habían sido expuestos a un ambiente contaminado con elementos tóxicos y que pese a las protecciones, quedaron vulnerables a aquellos agentes, se fueron organizando para volver a pelear una nueva guerra, una contra su propio gobierno.  Con el asesoramiento de médicos y abogados que no le temen al sistema, fueron concretando los primeros pasos para cada una de las fuerzas que componen a la Armada, les dieran respuestas expresas y concretas a sus petitorios. 

Como era de esperar los organismos castrenses y sus áreas burocráticas fueron muy reacias a colaborar con las peticiones de los veteranos llegando incluso, a las coacciones y en algunos otros la presión directa para que abandonasen sus pretensiones. A diferencia de otros países intervinientes y en especial en la Argentina, los poderes del estado se hallan claramente seccionados sin que se produzcan –salvo para pocos  temas- una suerte de contubernio que como dice el dicho sirva para “que la sangre no llegue al río”. Fue por esto que tras la insistencia organizada y sostenida, los veteranos lograron ser escuchados por congresistas demócratas y republicanos que pusieron manos a la obra para acompañar el reclamo.

Uno de los logros de este trabajo fue sin dudas, la creación del Comité de Investigación  sobre Veteranos de la Guerra del Golfo que se identifica con las siglas en inglés RACGWV, por medio del cual se abrieron investigaciones sobre los casos de veteranos que acusan afecciones enmarcadas en el llamado “Síndrome del Golfo” y que dado motivo a diversos informes que vinculan específicamente a la guerra con la salud (v. http://www.gulfwarvets.com/00-Frontmatter%20and%20Summary.pdf ) . Además desde el 2008 se elaboran informes científicos sobre las afecciones y los posibles elementos que los habrían causado, llevando para ello, el requerimiento intergubernamental de reportes precisos y remisión de informes detallados sobre las operaciones desarrolladas durante toda la “Tormenta del desierto”.   Sin lugar a dudas, la implementación de este Comité y el involucramiento del Congreso como caja de resonancia para que el ejecutivo tomara cartas en el asunto, ha sido un avance muy loable aunque, insuficiente.

A comparación de lo que sucede con otros gobiernos, el estadounidense se ha visto presionado por la constancia y tenacidad de agrupaciones de veteranos que se determinaron a obtener las respuestas para sus cuestionamientos. Por el contrario, en otros casos  como el  argentino, sus hombres no solo no cuentan con un Comité parlamentario que bregue por dilucidar el estado integral de la salud  sino, que aún no se le ha reconocido a éstos aún la calidad de veteranos de guerra. Parecería un contrasentido si  no se conoce a fondo el trasfondo político.

Para hacer solo una breve prognosis de la intervención argentina, veamos cuales fueron las circunstancias políticas que rodearon su participación.  A pesar de que la Argentina argumentó su adhesión a las operaciones de bloqueo contra Iraq en 1990 y que se extendieron a las bélicas de 1991, circunscribiéndolas en supuestos “mandatos de la ONU”, habría que señalar que ello peca de falaz.  Primeramente, cuando Naciones Unidas llamó a la colaboración de las naciones para el desalojo de las tropas iraquíes de Kuwait, sepan bien que dichas resoluciones son de carácter facultativo que significa, que Buenos Aires no estaba obligado a enviar a nadie a las aguas del Golfo.  Sin dudas aquí, nació una responsabilidad ineludible para el estado.

Segundo, al involucrarse  voluntariamente en el envío de una fuerza naval armada para realizar tareas de bloqueo, habría que haberle informado al entonces presidente y su gabinete que dicha acción era  “un acto hostil” que presuponía un estado de guerra, suficiente como para que los iraquíes –y en estricto cumplimiento de las leyes internacionales de guerra- tuvieran argumentos para hundir uno de esos barcos. Tercero, no hubo intervención material de Naciones Unidas por el simple hecho de que, precisamente, no hubo mandato a tal efecto. Sobre ello, el gobierno argentino recurrentemente se escudó –para negar reconocimientos- en que su intervención se dio en el marco de un “mandato de Cascos Azules”, confundiendo las meras conminaciones resolutivas (Res. 660; 661; 662; 669) catalogadas “no vinculantes”  (v. http://www.un.org/en/sc/repertoire/89-92/89-92_05.pdf#page=58 ) , con los mandatos que se fundan en el artículo 51 de la Carta Orgánica.  

Cuarto, el único mandato que fue establecido por Naciones Unidas en dicho conflicto, fue el 9 de abril de 1991, a posterior del cese de las hostilidades y que se denomino UNIKOM  estableciéndose allí, el despliegue tropas de paz con cascos azules para el establecimiento y vigilancia de una zona desmilitarizada entre Iraq y Kuwait  (V. http://www.un.org/en/sc/repertoire/subsidiary_organs/peacekeeping_missions.shtml#reg35 ).

Quinto y último, las naves argentinas fueron parte del plan de las operaciones USNAVCENT de despliegue para  interdicción y posible combate, que se halla descrita en documentos del Pentágono  y aunque se trate de ocultar bajo eufemismos, la situación real sobre su participación saldrá a la luz sin remedio. De esa situación que se halla grabada en las hojas de ruta de la las operaciones navales dirigidas desde la “mesa de estrategia” que se estableció en Darahm.

A pesar de que ha habido una importante apertura informativa en cuanto a lo que realmente ocurrió en aquella guerra, en el caso argentino hay un gran desconocimiento sobre el alcance real que tuvo la contaminación química, biológica y radiactiva en todo el espectro geográfico del TOK,  la cual fue llevada por los vientos a todas las áreas circundantes a Iraq y Kuwait sin discriminar a soldados, civiles, marinos ni aviadores de cualquier nacionalidad; todos fueron en algún grado, afectados por los vapores químicos y el polvillo venenoso del UE que no solo fue respirado por los más de 175.000 veteranos norteamericanos que tras su regreso han registrado graves afecciones a la salud, sino también por los marinos de las fuerzas de tareas desplegadas en las aguas del Golfo incluyendo a las dotaciones argentinas que se hallaban  a no menos de 400 kilómetros de las operaciones principales.


Nuestra fuente en Buenos Aires no ha encontrado rastros de actividad reivindicativa organizada de los marinos argentinos, salvo algunos casos individuales elevados al Congreso que pese a su soledad, auguran abrir el camino para llamar la atención de la situación colectiva del resto.  

1 comentario:

  1. Estimado Charles H. Slim
    Gracias por la informacion y desde ya agradezco tu colaboracion te tiro algo que siempre mandamos, algunos ya se cansaron en estos 25 años sin reconocimientos. Lo que pasa hoy en dia que la Diputa Garre ( EX Ministra de Defensa) esta en la Comision de Defensa y ella niega que fuimos a la Guerra por eso no tenemos llegada pero, es mas te agrego lo que le mande y sigo aciendo fuerza con otros compañeros de Buenos Aires, he aqui lo que le mandamos
    Bahía Blanca, de Agosto de 2015

    Señor/a
    Diputada Nacional

    De nuestra mayor consideración
    Tengo el altísimo honor de dirigirme a Ud. Con el mayor respecto para defender cuyo objetivo es fomentar y defender por todos los medios legales y/o reclamos que correspondan a los intereses y derechos de quienes participamos en el conflicto en el Golfo Pérsico. De tal modo destacamos como hecho histórico y sin precedentes, la participación de la República Argentina en las Fuerzas Multinacional que libero a un País, reconocido por las Naciones Unidas que fueran invadidas por otro. (Irak sobre Kuwait).
    Nos vemos postergados ya 25 años presentando notas y proyecto a distintos organismos y solo tenemos que nadie nos escucha, porque no hay una ley marco para estos casos. En ámbitos Internacionales en la cual estuvimos obligados a operar quienes participaron de tal Fuerza Multinacional ha tenido diverso reconocimiento. También lo tienen con total Justicia los Ex Combatientes de Malvinas y es en base a nuestros legítimos derechos que requerimos se nos reconozca los derechos que peticionamos.
    La culminación exitosa de la campaña militar de las fuerzas multinacionales y el feliz regreso de las naves, marcaron de manera indeleble un hito importante de la política exterior del Presidente Argentino. La Argentina ya no quedo marginada del mundo y la oposición abandono el tema y paso a un discreto silencio. Para aclarar el pedido que está fundamentado en Decreto N° 1871/90. (Agrego Boletín Oficial 26973/90 del 21/09/1990).
    Diputados/as, como representante del Pueblo Argentino, tienen la obligación moral de hacer sentir a cada Veterano, que sus compatriotas piden Honor y Gloria Eterna por los que ya no están físicamente con nosotros, y también por los que regresamos y siguen viviendo en guerra de muchas maneras.
    Por lo mencionado los Excombatientes que están con vida, padecemos hasta su último día el Síndrome del Estrés Post Traumático por haber vivido el desbastador trauma de la guerra.
    Diputados/as, no crea que lo hacemos porque estemos a favor de las guerra, sino porque nos sentimos orgulloso por el valor entregado a la Patria. Estos reconocimiento, nos hacen falta y ustedes nuestros representantes nos tienen que conceder una Ley. Le pedimos a todos los Senadores que acompañen a este proyecto.
    Saludamos Atte.
    Esperando tener repuestas favorables.
    Agregado:
    Boletín Oficial 23.664 -20/05/77 Distinciones y Premios, hechos heroicos y acciones.
    Boletín Oficial 24.943 -17/06/82 Sobre condecoraciones y Diplomas de Honor.
    Boletín Oficial 27.088 – 06/03/91 Decreto Seguridad Internacional Compensación Golfo Pérsico.
    Boletín Oficial 27073 – 13/02/91 Ley 23.904
    Boletín Oficial 26.973 – 21/09/90 Decreto 1871/90 Destaque al Golfo y Resolución NN.UU.
    Boletín Naval Publico N° 02/14.
    Proyecto de Ley.
    Fundamento.
    Un saludo y espero se haga justicia.

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