domingo, 26 de julio de 2020


“DETERIORO ESTRATEGICO”
Cuáles han sido las consecuencias para Washington el despliegue de sus juegos sucios en Iraq


Por Charles H. Slim & Alí Al Najafi
A casi nueve años del repliegue de tropas estadounidenses de Iraq, pocas cosas han ido bien en aquel país árabe. No olvidemos las mentiras para invadir  y las catastróficas consecuencias humanitarias que desataron en toda la población. 

Literalmente, desmantelaron la infraestructura del país árabe más avanzado de la región llevándolo a que en muchas áreas retrocediera prácticamente a las épocas tribales. Ese fue el aporte democrático de los EEUU y sus aliados para los iraquíes.

Las pretensiones de “ganarse el corazón y las mentes”[1] de los iraquíes a golpe de bombas y torturas como método de persuasión quedaron en la anécdota de una pésima broma y la confirmación de que sería el comienzo de una nefasta época para Iraq. La verdadera libertad solo la lograrían si expulsaban a estos terribles visitantes.

Pese a que estadounidenses y británicos dedicaron ingentes esfuerzos por erradicar a la inesperada resistencia contra su presencia, sin haber escatimado en métodos sangrientos para ello, el colectivo de la población jamás les acepto como libertadores y fue por ello que para cuidar sus vidas, solo podían moverse por las calles y carreteras al amparo de sus tanques y vehículos acorazados.

En lo referente al gobierno que impusieron tras derrocar a Saddam Hussein quedo claro que sus componentes, lejos estaban de conocer y de apreciar aquel laicismo multiconfesional en el que vivían los iraquíes antes de que llegaran los invasores. Traidores y alcahuetes que vivían fuera de Iraq fueron los candidatos más potables para el plan. El único  requisito de aquellos políticos advenedizos para ocupar la administración títere era que odiaran al Partido Baath y a Saddam Hussein y fue por ello que el mejor candidato para Washington fue colocar a un monigote de una organización teocrática chiita pro-iraní como el Partido Dawa[2]. A partir de ese momento, la represión contra la disidencia política y la oposición a la ocupación paso a manos de las fuerzas policiales colaboracionistas lideradas por extremistas y compuestas por miles de desocupados. A partir de ese momento, los iraquíes pasarían a realizar las tareas sucias de sus empleadores anglosajones ¿Acaso lo hacían por la democracia? Para nada. En la mayoría de los casos lo hacían por una paga risible. Se trataban de miserables 200 dólares mensuales que para un hombre, era la diferencia entre tener un trabajo o ver morir de hambre a su familia. Esa fue la democracia que trajeron los ocupantes.

Tropas de EEUU en el ingreso a Falluja, 2004
Los invasores se encargaron de montar inmediatamente una estructura administrativa con una fachada política que tratara de legitimar su presencia y para ello, trataron de imponer mediáticamente la idea de que quienes les resistían eran terroristas y para ello crearon un organismo llamado el Servicio de Contra Terrorismo (SCT) que no es más que, una maquinaria represiva despiadada responsable de miles de crímenes y apoyada por la CIA y el Pentágono. Como parte de su estrategia y al mismo tiempo los “Escuadrones de la muerte” y “grupos especiales” de la CIA montaron sus propias operaciones negras y de “Falsa bandera” simulando ataques de grupos de la resistencia contra sitios públicos y mezquitas (como fue la voladura de la Mezquita de la Cúpula Dorada en Samarra en 2006 y 2007)[3].

Paralelamente a esto y a los fines de llevar esos objetivos políticos a los hechos, los asesores militares y de inteligencia estadounidenses operando en el campo, reclutaron y entrenaron a miles de criminales y carniceros –e incluso a muchos ex miembros de la inteligencia de Saddam Hussein- que conformarían las “Brigadas Especiales” y las denominadas ISOF o “Grupos de Operaciones Especiales antiterroristas” que se dedicaron a perseguir, encarcelar  y eliminar a los opositores al régimen colaboracionista y a la presencia estadounidense.

Al mismo tiempo y mientras la opinión pública era distraída por una interminable espiral de violencia que la CNN y FOX NEWS denominaban “insurgente” que duro durante toda la ocupación, las empresas estadounidenses (como Halliburton)[4] y británicas (British Petroleum y Shell)[5] vinculadas al negocio del petróleo se acomodaban con total tranquilidad, como si aquella lucha sucia no les alcanzara de ninguna manera. Igualmente, la lucha de la resistencia armada –tanto sunita como chiita- contra la ocupación no cesó hasta que el 21 de octubre de 2011 último vehículo “Humvee” cruzo la frontera a Kuwait.

Grupo de la resistencia preparando una acción
Si bien los medios occidentales (en particular los anglosajones) hablaban de “guerra sectaria” (entre sunitas y chiitas) o de “violencia insurgente”, ello era falso ya que ello formaba parte de la desinformación ligada al programa de contrainsurgencia de los invasores. Era por ello que deliberadamente cambiaban el término “resistencia” por “insurgencia” ya que la primera, evidenciaba una situación políticamente adversa para la imagen de Washington y ahondaba los cuestionamientos de esa guerra.

Pero aunque esa era la intensión del Establishment norteamericano, para los iraquíes siempre fue una resistencia legítima. La resistencia armada era amplia y estaba indistintamente compuesta por combatientes sunitas, chiitas y cristianos aunque con el correr del tiempo, los grupos chiitas fueron ganando más fuerza por el prolífico apoyo material de Teherán y fueron éstos últimos los que –pese a las inconveniencias para el régimen títere- tras la salida de los invasores se institucionalizaron y pasaron a formar parte de la corroída política local.

Así las agrupaciones de mistica chiita del “Kataib Hesbola” y el “Asaib Alhe Alq” que habían hecho la vida imposible a norteamericanos y británicos durante gran parte de la ocupación, se establecían con sus propios cuarteles militares  y oficinas administrativas en Bagdad y las principales ciudades del sur del país. Esto fue un motivo de presión estadounidense sobre el régimen títere en especial sobre el del brutal y corrupto Nouri Al Maliki que por mediados de 2012 tambaleaba ante un masivo alzamiento y la reorganización de la resistencia política y social de las poblaciones de todo el centro y noroeste (Al Ambar). En éste contexto (y con el objetivo centrado en Siria) fue que Washington (con la cooperación de sus aliados árabes del Golfo)  puso a rodar la farsa del “ISIS” que puso en jaque al régimen de Al Maliki y particularmente a las corruptas y criminales estructuras represivas del SCT que decidieron huir ante el avance de aquella misteriosa organización.

Y fueron las agrupaciones chiitas de aquella pasada resistencia las que aliadas bajo la denominación “Hashad Al Shaabi” combatieron y expulsaron de gran parte de Iraq a la farsa –turco-estadounidense-saudi- del “Estado Islámico” ganando más prestigio popular entre lo iraquíes algo que no fue para nada agradable a Washington y sus aliados (en especial Israel).

Actualmente tras la aparente retirada de los EEUU, el caos y la inseguridad sigue siendo parte de la vida de los iraquíes. Y bien digo aparente retirada ya que los estadounidenses nunca se fueron. Es más, siempre estuvieron dentro de las estructuras gubernamentales y en especial, dentro de los cuerpos represivos del régimen y claro, dentro de la policía secreta (Mukhabarat) que desde la retirada y con la aprobación de Washington, se ha dedicado a las ejecuciones sumarias, las torturas y las desapariciones de opositores; una magnifica contribución democrática!

Tras las intensas manifestaciones populares contra la corrupción política y la interminable crisis económica que se desataron entre 2018 y 2019 que pedían la remoción de éste régimen oprobioso y que tras una brutal represión, para comienzos del 2020 y con el marco del asesinato de Soleimani y Muhandis, las mismas se volvieron incontrolables llegando a un grado de peligrosidad considerable con el ataque a la embajada de EEUU dentro de la “Zona Verde”, que llevaron a un irremediable colapso del régimen y la automática dimisión del primer ministro Abdel Abdul Mahdi.

Cuerpos del ISOF
Tal era la situación, que el régimen amenazaba con caer bajo el control total de Teherán. Fue así como Washington comenzó a mover sus hilos dentro del gobierno  y tras su acuerdo con Rusia para dividirse la influencia dentro de la región, a mediados de mayo coloco en el poder a Mustafa Al Kadhimi[6] un ciudadano británico, quien tras ocupar desde 2016 la jefatura del Mukhabarat controlado por la CIA, fue quien proporciono la información para asesinar al general iraní Qassem Soleimani y al jefe de la milicias iraquíes “Hashab Al Shaabi”  Abu Mahdi Al Muhandis lo que reafirmo el compromiso político de la resistencia islámica por llevar adelante todos los esfuerzos para expulsar a los estadounidenses de suelo iraquí.

Tras el asesinato de Soleimani y Muhandis, el compromiso político de la resistencia islámica se consolido y sus fuerzas pasaron a la acción llevando adelante movimientos en zonas estratégicas para las actividades de EEUU. 

Ello causó malestar en los representantes estadounidenses en la “Zona Verde” y obviamente en Washington quienes no tardaron en hacer llegar sus preocupaciones al régimen en Bagdad. Al mismo tiempo, las intrigas y los intentos de crear desconfianza entre las milicias y las fuerzas de seguridad (SCT) están rememorando los cruentos días de la ocupación cuando los asesinatos[7] y los atentados entre grupos de la resistencia escondían la mano de la CIA y el MI-6 buscando el objetivo de “dividir y vencer”.

Hace un mes atrás, el 25 de junio pasado, las fuerzas de seguridad del SCT llevaron adelante un aparatoso allanamiento al cuartel del 45° Brigada de la Milicia del Pueblo “Hashab Al Shaabi” arrestando a sus jefes y violentando archivos de las dependencias. Sin dudas, estaba motivado por las molestias que estaban causando a los estadounidenses. Los mismos detenidos advirtieron que enmascarados detrás de los uniformes de las ISOF había estadounidenses monitoreando las tareas. Eso se hizo saber de inmediato a los principales referentes políticos que respaldan a las milicias de la resistencia islámica.

Al poco tiempo de esto, se produjo una portentosa manifestación en las calles de Bagdad reclamado que liberaran a los detenidos dejando en claro que la resistencia islámica tiene un importante activo en la sociedad iraquí, especialmente en la juventud descontenta que ya no no tolera más este estado de cosas y que está consciente de quienes son los principales enemigos de su futuro.   



[1] PAGINA12.com. “La tercera”, Por Juan Gelman, 3 de agosto 2003, https://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-23577-2003-08-03.html
[2] PARTIDO ISLAMICO DAWA que de la mano de Nouri Al Maliki administro los despojos del país que dejaron tras la invasión angloestadounidense en 2003.
[3] EUROPAPRESS.es. “Crónica Internacional (2).- Un nuevo atentado contra la mezquita chií de Samarra desata el pánico a otra guerra sectaria”, 13 de junio 2007, https://www.europapress.es/otr-press/cronicas/noticia-cronica-internacional-nuevo-atentado-contra-mezquita-chii-samarra-desata-panico-otra-guerra-sectaria-20070613202317.html
[4] EL PAÍS.com. “El gran robo de Halliburton en Irak”, 21 de julio de 2004, https://elpais.com/diario/2004/07/22/internacional/1090447206_850215.html
[5] NODO50.org. “Las empresas petroleras occidentales se quedan en Iraq aunque las fuerzas estadounidenses se vayan”, 1° de Febrero 2012, https://info.nodo50.org/Las-empresas-petroleras.html 
[6] CRESCENT.ORG. Spy Chief and British Citizen is Iraq’s New Prime Minister!, By Yusuf Dhia-Allah Shawwal 09, 1441. https://crescent.icit-digital.org/articles/spy-chief-and-british-citizen-is-iraq-s-new-prime-minister
[7] Durante la resistencia a la ocupación, se ejecutaron incontables asesinatos con peculiares medios. Uno de ellos era el uso de pistolas Beretta 92 con silenciador y sin numeración que evidenciaba la mano de agencias de inteligencia como la CIA y el Mossad.

viernes, 24 de julio de 2020


“INCONGRUITY POLICY”
Cuando alguien dice una cosa, hace otra y piensa otra muy diferente claramente esta fuera de la coherencia. Esto es lo que se ve con el gobierno y la clase política estadounidense ¿A dónde pueden llegar si se mantienen en esa situación?


Por Charles H. Slim
Durante décadas estuvimos escuchando como las diferentes administraciones en La Casa Blanca le daban sermones al mundo de cómo debían hacer los demás países para respetar la libertad de expresión, los procesos democráticos y los derechos humanos de sus ciudadanos. Al amparo de la cobertura masiva de los medios, presidentes y secretarios de estado muy sueltos de cuerpo y con gran énfasis condenaban las represiones policiales, las persecuciones y las prácticas excesivas de otros gobiernos contra la población civil sirviendo de excusas para la intervención bélica.  

Contemporáneamente y por claros motivos político-comerciales son asiduos blancos de estas monsergas la República Popular China, Rusia, Irán y obviamente Venezuela donde según Washington (D.C.), se violan los derechos humanos.

A la vista de los incautos todo muy loable y esplendido para las entrevistas y declaraciones televisivas muy bien cuidadas o para llenar salas de auditorios académicos para escuchar a muchos de sus ex presidentes, contar sobre sus experiencias en el gobierno estadounidense. Hoy se sabe que todo eso es un circo y nada más. Pero estas huecas cátedras de moral republicana y derechos humanos siguen impartiéndose desde la actual administración  Trump. En esta tónica tenemos los dichos del actual Secretario de Estado norteamericano Mike Pompeo quien en un informe sobre prácticas contra los derechos humanos de 2019 dijo: “Nada es más fundamental para nuestra identidad nacional que nuestra creencia en los derechos y la dignidad de todos y cada uno de los seres humanos”.

Pero la realidad es muy diferente y como lo hemos visto desde aquel 25 de mayo último, todo ese marketing de la supuesta vanguardia mundial del respeto a los derechos humanos y toda la mitología en rededor de la inigualable democracia estadounidense y sus supuestos pro-hombres, se vino al suelo y como un espejo se hizo trizas sin poder volverlo a recomponer como lo fue antes. El cruento asesinato de George Floyd por policías de Minneapolis es el reflejo distorsionado de ese espejo del sueño americano (Creado por la propaganda mediática) hecho añicos, que ahora refleja la imagen deforme y tétrica de una desigual realidad social de los EEUU que siempre estuvo allí.

EEUU como casi todos los países, el poder no está en sus mandatarios. Lo que rige hoy día es una Plutocracia que no tiene nacionalidad y que esta compuesta por familias y organizaciones oligárquicas que forman una telaraña a nivel global que hace tiempo, manejan asuntos clave (en particular el financiero) del poder mundial. Dentro de este esquema los infortunados y los considerados inferiores no cuentan. Igualmente aquellos sectores usan estrategias y ardides para pasar desapercibidos en la tormenta y una de esas es mostrar una aparente simpatía con los reclamos o incluso, colaborar con dinero a la asistencia de los sectores desposeídos.

Floy fue un caso más en el mar de la injusticia estadounidense solo que, vino a propagarse en un momento sensible y complejo como lo es sin dudas, la ruina económica y el aumento de la desigualdad social que se ha dado al amparo de la diseminación del COVID-19 y toda la parafernalia sanitaria que va detrás de ella. Son muchos los casos como los de George Floyd que demuestran que las vidas de los afroamericanos poco importan, solo que están hundidos en el olvido y el desinteres de un sistema (al que las Corporaciones de Medios pertenecen) que además de gigantesco, es corrupto e impiadoso en el cual, solo el dinero y las influencias políticas puede mover los engranajes para que puedan impulsarse investigaciones medianamente serias ¿Qué diferencia existe con cualquier otro país tercermundista?

En la pretendida “democracia americana”, pocos son quienes se atreven a denunciar a la policía ¿Por qué? Porque igual a cualquiera de otra parte del mundo, está filtrada por mafias y corrupción de toda índole. Pero en EEUU, la corrupción es tan grande como su realidad socio-económica y el encubrimiento corporativo tiene una larga lista en su haber. Policías brutales y arbitrarios no podrían tener cabida en fuerzas policiales que respetasen la ley y los derechos civiles sino fuese  porque sus superiores políticos, también son de la misma calidad. Simplemente se trata de una cadena lógica que se ha lubricado durante décadas por la impunidad y un trasfondo racista.

Muchos de los actuales efectivos en los cuerpos de policía de varios estados de la Unión, son veteranos de Iraq y Afganistán y en su gran mayoría traen consigo y muy arraigadas en sus torturadas mentes, la experiencia de haber asesinado, herido y torturado a cientos o miles de civiles en aquellos años de manicomio bajo la administración republicana de George W. Bush. Para peor, la preparación reglamentaria de los efectivos sigue técnicas militarizadas propias y las de sus colegas israelíes, expertos (entre otras) en las técnicas de ahorcamiento y sofocación para reducir sospechosos.

¿Acaso cree usted que esto es una exageración? Si en las filas de las fuerzas policiales que debieran proteger a los ciudadanos hay miles de trastornados o incluso asesinos psicopáticos que disfrutaron sus labores en aquellos lejanos parajes y además son adoctrinados con prácticas similares ¿Qué clase de seguridad puede esperar usted que le brinden? Solo imaginese por un momento a un patrullero que ha estado operando en Iraq donde además de disparar antes y preguntar después, torturo a los infortunados iraquíes que cayeron en sus manos o vio pasivamente como sus compañeros de unidad hicieron de una carnicería o de la violación de las mujeres en una casa de familia, una fiesta y todo porque los consideraban inferiores o inhumanos ¿Puede esperar que no lo repita con alguien a quien también considere inferior por su color?

Estos antecedentes no son menores y tampoco son los únicos en la historia estadounidense. Para tratar de maquillar trágicos antecedentes como Corea y Vietnam la maquinaria propagandística de los medios hizo un esfuerzo denodado por justificar guerras tan inútiles como políticamente incorrectas. Pero el caso de Iraq ha sido tan obsceno e inhumano que ni siquiera Hollywood ha logrado pintar una versión medianamente favorable a esa situación.

Miles de familias iraquíes fueron diezmadas y destruidas por una invasión ilegal y una brutal ocupación angloestadounidense sin que hayan obtenido al día de hoy la justicia reparadora para cada uno de sus casos. Lo mismo en Afganistán  con las ejecuciones extrajudiciales llevadas a cabo con Drones (tripulados por empleados desde una sala a miles de kilómetros)  dirigidas por la CIA  y todos los casos de secuestros de ciudadanos “sospechados de simpatizar con el terrorismo” para ser llevados y torturados en campos de Concentración como “Guantánamo” o a cárceles secretas –sitios negros- de la CIA en diversos continentes.

A simple vista para las organizaciones humanitarias, las leyes internacionales y los familiares de las victimas se tratan de acciones criminales dignas de ser investigadas pero, ello no es nada fácil.

Cualquier intento por denunciar esas aberraciones ha chocado con amenazas y la desidia que revela la arbitrariedad y la impunidad de un gobierno que como el de Iraq, está controlado y al servicio de los invasores. Incluso, muchos de esos crímenes que fueron cometidos por los colaboracionistas locales (muchos de ellos ex funcionarios de inteligencia de Saddam) lo hicieron por directivas de los militares y la inteligencia angloestadounidense.

Sin dudas que si arriba esta mal, abajo estará igual. Donald Trump (pese a ser un outsider de la política) no realizo ningún cambio a esa situación y aunque muchos puedan creer que la modifico un poco, crean que ello no ha sido así. Y sino ¿Qué puede decirse de haber designado como jefe de la CIA a Gina Gaspel, apodada “La reina de la tortura”, una criminal de guerra y lesa humanidad con extensos y graficos antecedentes de sus fechorías en el exterior?  O que decir de aquel jefe del Pentágono que tuvo a comienzos de su gestión, el “Perro Loco” Mattis quien además de ser un declarado islamofobo, fue un prominente criminal de guerra en Iraq (implicado en la masacre de Hadihta donde ordeno el asesinato a sangre fría de 24 civiles iraquíes como represalia por un ataque de la resistencia). O que decir las inyecciones de capital que deberían dirigirse a reactivar la economía productiva y crear fuentes de trabajo, terminan en manos de los bancos y algunos usureros de Wall Street.

De seguir las inconsecuencias discursivas de los políticos y las maniobras a espaldas del pueblo no puede dar otro resultado que desorientar aún más la dirección de una nación que ya hace mucho perdió el rumbo.

martes, 21 de julio de 2020



“POWER IS NOT SO POWERFUL”
Like the pandemic crisis that triggered the global economic crisis, it is destroying the United States from within.

By Dany Smith
The appearance of COVID-19 would have been a very good opportunity to conquer and consolidate the global commercial and financial hegemony to which Donald Trump aspires since his arrival at the White House. As the People's Republic of China was a tough adversary to compete on equal terms and the military option was ruled out, someone -perhaps in his circle of advisers linked to intelligence- whispered to the president's empty head that there were unconventional ways and impossible to trace to thwart the fast-paced commercial career of the Asian competitor. And what do you think Trump said to those suggestions: “Well do it!”

That's how thoughtful are the decisions Trump makes when he wants to solve a problem. Controls don't exist and prudent voices seem muted Where have the strategists and the brains of foreign policy gone? Don't forget the Soleimani affair when he was convinced by the neocon sector and its Zionist allies in the Intelligence Community of how magnificent it would be for White House foreign policy to assassinate Iran's most popular Iranian general and the Shiite Arab resistance. This led to further anger by the Iraqis and the Iranians against the United States and put violent action with a clearly terrorist methodology at the center of the world's gaze. Does it not seem rather a stupid action to leave even more discussion In itself, Trump's disability?

But things would not end there. The consequences of this stupidity closed with a flourish, when soon after the government of Iran harshly demonstrated to Washington that it could also apply long-distance punishment.

But when it comes to spreading this biological agent (which clearly did not come from a Pangolin or a poor bat), the supposed political benefits that this would bring to Donald's plans to bypass the Chinese did not leave him meditate (if you ever do) the consequences of such idiocy. Just enough to be assured it would work.

Trials of its expansiveness and the effects it caused on the human organism were seen in mid-July 2019 by the personnel of Fort Detrik in Maryland, who at the time passed unnoticed by the western press. But the scalar proof of their contagiousness could be verified with the so-called “Event 201” held behind closed doors and without government guests on October 18, 2019 by The Johns Hopkins Center for Health Security, the World Economic Forum and the Foundation “Bill & Melinda Gates” in which representatives from the CIA and other allied agencies participated, among others.

But things got out of hand and the brilliant idea ended up being a nightmare similar to opening “Pandora's box”, destroying not only the Chinese economy (which they have begun to rebuild) but also the United States' own. Worse. The effects it has had on the mutation of the virus in the US, seems to have become uncontrolled to such an extent that it has forced the then empty-headed president, who was sure that it would not be more than a simple flu, to put on a "presidential chinstrap". If someone believed that only Steve Bannon could advise malicious and delusional plans to an unstable and ignorant president like Trump, by now you can see that he was totally wrong.

To make matters worse, after the social explosion due to the racist murder of George Floyd, it has called into question not only the government's security policies, but even worse, the entire political and financial structure that supports it, linked to the neoconservative and Puritan sectors of the Union.

In addition to all this, the inconsistent policies of external relations of the White House that lead to clashes between sectors of the same establishment, cause a state of unbelief that confuses public opinion and further disaggregates the already atomized government coherence. An example of this is being given these days with the apparent intention of Trump and his circle of neocons to remove the US from all international organizations such as the WHO and even NATO, causing a nervous breakdown of supporters of war and global conquest that nest within neo-conservatism.

But ordinary Americans do not have time to be aware of these intrigues -ironically- and today they suffer the consequences of them. The consequences are not yet over and the damages that are taking place have not yet been quantified. Believing what he was told that this would be temporary, Donald Trump implemented a policy of support through the issuance of tickets that can not last forever. The Treasury Reserve is not the panacea that solves all problems, much less the ordinary citizens of the Union. As of today and in the middle of summer, the United States continues to experience outbreaks of the virus in several of its states that affect large sectors of the productive economy.

For many companies sustaining their employees has been a tolerable sacrifice for a time, but the passage of time has exhausted their resources. The economy is not recovering, the wages of many have decreased and the recession that does not seem avoidable speaks of a dire time to come. Millions of American workers have been forced to cut work hours and go home in fear that the next day they will not be let in.

The income crisis goes hand in hand with the loss of jobs, a situation that has been classified as unprecedented in US history. And of course, when the causes that have caused it are eminently extraordinary and unrelated to normal market fluctuations. People are not consuming for fear of losing what little purchasing power they have and this is compounded by the fear that many others have of coming into contact with other people due to the contagiousness of this virus. With this, the possibility of an immediate recovery is seriously affected.

Another calamity that haunts US citizens is the taxes that overwhelm them and without real income to face them, this is causing a dilemma in homes where there is a family to support, putting those responsible in the dilemma between being able to subsist and with little Income to use it to buy food or pay the state its "taxes" at the risk that later the Tax Office - which is a hoax similar to the FBI - will try to mortgage their houses.

Despite these inconsistencies and clumsiness of Trump, many assure that he would be reelected next November and that is that on the other side there is no one who can guarantee the sustainability of the interests of the Establishment.

viernes, 17 de julio de 2020


“LINEAS EN LA ARENA”
¿Quién se impondrá en el Medio Oriente, los partidarios de la guerra infinita o el consenso establecido entre Washington y Moscú?


Por Charles H. Slim
A pesar de la pandemia, la guerra contra Siria no se ha detenido en un solo momento y los principales conspiradores que desde 2011 buscan derrocar al legítimo gobierno de Damasco, se han visto más que frustrados en concretar sus planes. Ante los ojos del mundo, las evidencias de una connivencia criminal entre las petromonarquías del Golfo que al amparo de Washington, Londres y París, han financiado los grupos terroristas que asolaron Siria e Iraq, son irrefutables siendo uno de sus más destacados programas secretos destinado a esos fines, el “Estado Islámico” (ISIS).

Pero esos planes fallaron, Siria pudo respirar hondo por un instante y como punto final para tratar de borrar los rastros de esas elucubraciones, vimos como en una cinematográfica operación los complotadores eliminaron a uno de sus recursos como era el “Estado Islámico” y su agente que impostaba el personaje de ese Califa Holliwoodense llamado “Abu Bakr Al Bagdadi”.
Como punto de partida, se debe tener presente las consecuencias que han traído las intervenciones de EEUU en la región las cuales se han estado profundizando de forma continua y dramática. De esta manera vemos como actualmente y al mismo tiempo, Washington tiene una eminente presencia militar dentro la península arábiga, como en Iraq e Israel siendo éste último a diferencia del país mesopotámico, un huésped voluntario.

Pareciera una redundancia tener que estar aclarando que fue Rusia quien logró deshacer la consagración de estos planes. Precisamente y en referencia a estos, los mismos estaban destinados  a destruir al estado nacional sirio –tal como lo hicieron con Iraq y Libia- como parte del gran plan por reconfigurar el Medio Oriente bajo los planes tejidos por Washington a la sombra de la llamada “Doctrina Rumsfeld-Cebrowsky”, usando el intervencionismo –directo e indirecto- y el establecimiento del caos como principales ejes de desarrollo de su geopolítica.

Estas aclaraciones las debemos hacer ante los nuevos planteos que sectores pro-estadounidenses y medios de este lado del hemisferio que, blandiendo las argumentaciones puestas a rodar por la administración Bush-Cheney en 2001 sobre la supuesta “lucha contra el terrorismo” –y que Obama continuo-, respaldaron aquellas políticas y hoy tratan de desviar la atención señalando a Rusia y a China de estar boicoteando la ayuda humanitaria que Naciones Unidas y ciertas organizaciones privadas pretenden  enviar a las zonas sirias desde Iraq y Turquía.

A la vista de un lector incauto, el argumento suena tétrico y deja a los rusos y chinos como los “malvados de la película” pero, si Ud se detiene a ver el detalle de cada escena en esta novela trágica que viene desarrollándose desde 2011, vera que las exclamaciones norteamericanas y de sus aliados británicos no provienen de estas presuntas preocupaciones “humanitarias” sino más bien, por la frustración en lograr conseguir sus objetivos estratégicos, aún a costa de la vida de los miles de refugiados sirios empujados por la infiltración de esas bandas de criminales que catalogados en algún momento por Washington como “rebeldes moderados”, los obligan a ser desplazados a campos de refugiados donde a su vez, quedan a merced de las mafias del tráfico humano.

Ataque suicida contra las FDS kurdas en Manjib
Tampoco debemos olvidar el papel y las consecuencias directas que han causado los bombardeos aéreos estadounidenses desde que Obama autorizó la intervención con la excusa de la “Lucha contra el ISIS” y que precisamente por la intervención de la Federación rusa, revelaron inconsecuencias inexplicables.

Los estadounidenses con  sus grupos de mercenarios “proxies”  y sus descartables aliados kurdos (FDS) han tratado de sabotear la estabilidad lograda por la presencia rusa, que dicho sea de paso es aceptada por el legitimo gobierno de Bashar Al Assad y que al mismo tiempo es apoyada por una parte importante de la población que sabe y es consciente desde hace años de que EEUU y sus aliados no están allí para ayudarles. La presencia de ciertas ONG con ya expuestos nexos operativos con la CIA y el MI-6 británico (perpetradores junto al MIT turco y socios del Mutkhabarat saudita de los ataques químicos de Falsa Bandera en Gouta y otros lugares de Siria) tiran por tierra las alegadas preocupaciones humanitarias de los funcionarios políticos estadounidenses.

Recordemos que ni bien comenzaron las hostilidades contra Siria, a mediados de 2011 y por el transcurso de varios meses Washington y Moscú celebraron conversaciones secretas para decidir las injerencias de cada uno y la suerte de la república árabe Siria. Fue así que el 30 de Junio de 2012, los presidentes Barak Obama y Vladimir Putin se reunieron en Ginebra donde arribaron a un acuerdo para detener las hostilidades.

Pero mientras aquello sucedía, en París el presidente francés Francois Hollande y su gabinete alineado al sector neoconservador y sionista de Washington  (que incluye indistintamente a demócratas y republicanos) preparaban un contragolpe. Una semana después celebraban con la presencia de la Secretario de Estado norteamericano Hillary Clinton y representantes de la OTAN una reunión con el grupo denominado “Amigos de Siria” –una denominación tragicómica- quienes para nada interesados en que se detuvieran las hostilidades, se encargarían de reactivar el conflicto alimentando (mediante financiamiento, provisión de armas y asesoramiento) el fortalecimiento de los grupos armados irregulares (ELS, Jaysh Al Islam, Jabbat Al Nusrah, ISIS y una media docena de subsidiarias).

Como vimos en el terreno, los medios empleados por estos instigadores han sido varios demostrando los inagotables recursos (incluida la connivencia política de la ONU) con los que contaban para sostener esta agresión. No olvidemos que dentro de este sector participaron con varias aportaciones –especialmente la financiera- Arabia Saudita y Qatar, componentes árabes centrales y estratégicos para concretar las charadas pintadas por los medios occidentales como “Primaveras” o revoluciones, sin olvidar también en todo esto la colaboración de Israel quien es la punta de lanza de los sectores anglosajones que pretenden rediseñar la región.

Estos partidarios de la guerra no estaban entonces ni no lo están aún al día de hoy, de acuerdo con que las tropas estadounidenses se desplacen a otras regiones y mucho menos que vuelvan a casa como lo había pretendido el presidente Donald Trump. Su objetivo es que los estados-nación árabes sean disueltos y de esa manera, rediseñar la región allanando el camino a la expansión del estado de Israel. Pero, esto se ha visto truncado por la llegada de las fuerzas rusas que han demostrado una notable capacidad de combate en el terreno y también grandes avances tecnológicos en su equipamiento militar que EEUU e Israel no puede obviar.

En lo estrictamente político, lo más preocupante para los complotadores  y sus colaboradores es sin dudas, las perspectivas geopolíticas de Rusia en la región que se ven reforzadas con la ratificación a la reforma constitucional que le permite a Vladimir Putin, tener acceso al cargo de primer mandatario hasta 2036.

A tal punto llega el fastidio del sector neocon-sionista en Washington y sus aliados, que han cortado todas las vías noticiosas independientes (especialmente las vehiculizadas por redes sociales) que reflejan el diario vivir de los sirios en los lugares que han sido liberados de las garras de las agrupaciones yihadistas y de sus benefactores estadounidenses. Igualmente y más allá de los deseos de estos partidarios del caos (responsables de miles de muertos, heridos, millones de desplazados), la realidad en el terreno demuestra que todos los actores involucrados no pueden hacer una movida independiente sin considerar el presente Status Quo regional bajo éjida de EEUU y Rusia.

martes, 14 de julio de 2020



“CUANDO LA REPUBLICA NO EXTISTE”
¿Quién interpreta mejor en la Argentina el término república?

Por Charles H. Slim
Una de las palabras que más se han venido voceando en los últimos años hasta esta parte en la Argentina es sin dudas “república”, lo que evidencia un síntoma de una ausencia de dicha institucionalidad. En los meses que lleva el gobierno de Alberto Fernández, seriamente golpeado por una situación económico-financiera endémica y la pandemia del COVID-19, el marco republicano se ha visto seriamente acotado no solo por imperio de la situación existente sino también, por los intentos oficialistas de establecer una forma diferente y claramente amañada de dicha institucionalidad.

Así, tal como lo dice el artículo 1° de la Constitución Nacional, La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa republicana federal, pero la realidad parece ir en otro sentido. La res publicae o república que significa “la cosa pública”, desde hace tiempo que pretende teñirsela de un color sectorial que cambiaría el significado de esta institución en más bien la “cosa del partido”, pero en el caso argentino, esto último ni siquiera eso existe.

El gobierno de Fernández ha tratado de usar la situación sanitaria como un argumento capitalizador para intentar  establecer una política de control de daños que ya se avizoran con una recesión interna y global tras la pos-pandemia. Para ello, ha mantenido un estado de reclusión ciudadano interminable que ya va por los 114 días y con ánimo de continuarlo de forma indefinida. Ciertamente, que esta situación extrema se ha reducido a la Capital federal y el denominado Conourbano (AMBA) pero ello no ha conseguido que muchas personas en éste último distrito salgan y transiten por las calles hastiados del encierro sin fin. Y como el gobierno no cuenta con la autoridad política suficiente y los medios para respaldar sus decisiones, poco puede hacer para controlar a esta población insubordinada.

A la par de ello, la crisis económica que ha causado seguir estos lineamientos provenientes del erróneo modelo británico de Neil Ferguson y el Imperial College de cerrar todos los negocios, fábricas y lugares de reunión para evitar los contagios, ha dejado en entredicho la hoja de ruta planteada por los asesores  “científicos” del presidente quienes (a la zaga de programas amarillos de TV) parecen más preocupados por asustar a la población que explicar con certeza la naturaleza del virus.

Que no queden dudas que el gobierno de Alberto Fernández, cuando termine esta situación pandémica, volcara todas las culpas por esta interminable cuarentena y las consecuencias sobre la situación económica desencadenante  –Tal como lo hizo Macron en Francia- en sus asesores científicos. Y esto es algo que puede llegar a concretarse en la realidad si el gobierno no reduce el gasto público (para solventar puestos y favores políticos) de forma seria y no estructura un programa de desarrollo sustentable de país que no sea el mantenimiento de un asistencialismo in eternum que estrangulará las iniciativas productivas.

Las perspectivas económicas para la pos-pandemia son lapidarias. Las previsiones que arrojan algunas fuentes como el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y Crecimiento (CIPPEC) estiman que la pobreza aumentara de forma alarmante afectando de forma directa a la niñez.

Al mismo tiempo la llamada oposición poco ha hecho por ofrecer soluciones factibles que den alternativas de una salida coherente y colectiva para frenar el proceso de hundimiento de la situación socio económica y del estado. Para peor, los personajes políticos que han salido a expresarse en las últimas horas han sido parte de la debalce económico social que situo al país en la actual situación. En esta misma línea se inscriben los medios y periodistas (de uno y otro lado) que desde sus tribunas tratan de capitalizar este descontento tratando de instalar un peculiar sentido del principio republicano.

Los que se dicen peronistas le dan a éste término el sentido partidario de épocas pretéritas y que incluso muchos de ellos (Kirchneristas) nunca adhirieron. Por otra parte, están los “liberales” quienes han encontrado en medio de tanta mediocridad y corrupción política, la oportunidad para arrogarse la aparente representación de un republicanismo que en realidad tampoco nunca respetaron.

Tanto unos como otros son poco creíbles ya que, cada uno en diversas maneras y de acuerdo a sus intereses, se han acomodado a las circunstancias del momento político imperante viendo como única preocupación el momento exacto para cambiar de lugar.

Pero mientras aquellos distraen a la población con sus impostaciones dialécticas, la crisis comienza a escalar. La desesperación comienza a tomar formas alarmantes que son aparentemente ignoradas o tal vez menospreciadas por la Casa Rosada desde donde y al mismo tiempo y por impulso de CFK,  buscan reformar subrepticiamente la Constitución con maniobras políticas y manipulaciones discursivas.

El peligro que implica este tipo de maniobras ya comienzan a materializarse con algunas actitudes y proclamas descuidadas de algunos actores políticos que evidencia la carencia de autoridad y credibilidad política con la que cuenta el actual presidente de la Nación.

Signos de esto ya se están advirtiendo en todo el territorio nacional. Los gobernadores de las provincias más alejadas de la Capital, hartos de un sistema de reparto tributario injusto, las restricciones que postergan sus desarrollos regionales y la política del miedo que pareciera extenderse sin término, han planteado que deben llevar adelante sus propias políticas para tratar de paliar la situación sin esperar nada de nación. Incluso la idea de la secesión territorial está dando vueltas en provincias como Mendoza donde hace años existe un Lobie llamado “MendoExit” que propone como solución a sus problemas económicos,  separarse de la Nación.

Estas señales de disociación no son nuevas ni exclusivas de la provincia de Mendoza. El gobierno de San Luís allá por finales del año 2001 y comienzos del 2002 en plena crisis económico-social estuvo trabajando en la posibilidad de separarse del resto del país, incluso –tras establecer gestiones con la empresa de armamento rusa  Rosoboronexport- previendo la posibilidad de conformar una fuerza armada propia para defender sus aspiraciones independentistas. Considerando el estado en el que ya se hallaba la defensa de la nación y las posibles adquisiciones que habría tenido una hipotética milicia independentista puntana, habían posibilidades ciertas de una situación cruenta.

Pero la actual atmósfera de desintegración política va más allá del “Peronismo” y de los militantes del “PRO”, quienes han llevado su batalla al centro de poder real del país. Las tiranteces que se han agudizado en estos últimos meses entre la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y la provincia de Buenos Aires, revelan una rivalidad disgregante que se halla teñida por intereses partidistas que nada tienen de republicanos.

Entre tanto, estos tironeos ideológicos y las rencillas partidarias parecen estar yendo demasiado lejos. En semanas pasadas se registraron varios atentados contra los “silobolsas”, depósitos de semillas que fueron rotos y su contenido dañado en los campos bonaerenses y de Santa fe. Pese a que los medios se hicieron eco de estos hechos, no profundizaron en las implicancias políticas sectoriales involucradas. Las versiones de protagonistas en algunos de esos ataques, pudieron corroborar que esas incursiones estaban bien preparadas y su origen político muy bien identificado.

En uno de esos episodios, los campesinos de General Las Heras en el noroeste de la provincia de Buenos Aires pudieron atrapar con las manos en la masa a grupos de hombres que estaban siendo transportados en camiones que se internaban en los campos para que rompieran los silobolsas y les rociaran con productos químicos para inutilizar su contenido. Las fuentes de éste caso particular refieren a que los campesinos altertados de esto en altas horas de la noche, se movilizaron rápidamente con sus camionetas y armados con sus armas particulares conociendo bien los caminos rurales, lograron rodear y capturar a varios de estos sujetos quienes al verse perdidos y asustados por la situación, alegaron que habían sido enviados desde Buenos Aires pagándoles a cada uno de ellos sesenta mil pesos. 

Como puede verse, no hay dinero para reactivar la producción pero sobra el para tareas sucias. Los medios no quisieron dar a conocer estos hechos por un claro temor a retroalimentar la furia ya existente en la población.
Los últimos intentos del gobierno por desacreditar estos ataques han sido tratar de achacárselo a las “mulitas”, un animalito de campo característico de los campos de la provincia de Buenos Aires. Por cierto que éste animalito, a quien el gobierno pretende endilgar esas acciones coordinadas y peculiarmente destructivas, no habría podido rociar con químicos los granos almacenados. El planteo de este tipo de hipótesis pone más oscuridad sobre la ya existente.

El 9 de julio se realizo un nuevo “banderazo” que movilizo a en varias ciudades del país una gran parte de la población sin identificación de banderías políticas reclamando por el respeto a la Constitución (y los principios republicanos que la integran: Igualdad ante la ley, publicidad de los actos de gobierno, responsabilidad en la función pública), el final de la eterna cuarentena y basta de impunidad. Para algunos esto sería la demostración de un republicanismo ausente durante todos estos años, para otros intentos desestabilizadores contra el gobierno. Hay que mencionar que personajes como Mauricio Macri y Elisa Carrió trataron de usufructuar esto, usando el termino república como estandarte pero sin una aceptación general.

Ciertamente que es una demostración de un republicanismo, pero no como lo interpretan y pretenden insuflarlo algunos medios llamándolo “republicanismo popular” o “democrático” con la intensión de arrimarlo a su tendencia pro-anglosajona que mirando tan solo un poco de la historia contemporánea y reciente de los EEUU (autoproclamado campeón de la democracia), lo único que hay de republicano en este país del norte es el nombre del ala más recalcitrante, despiadada y violenta de la clase política de su historia.