sábado, 12 de marzo de 2022

 

“CASUS BELLI”

Pese a la censura y la intoxicación informativa de Occidente, los argumentos que justificaron la intervención rusa en Ucrania se van conociendo ¿Quién golpea primero, golpea mejor?

 

Por Dany Smith

Antes de que EEUU y sus aliados, en una muestra de lo que ellos entienden por democracia y libertad, cortaran las trasmisiones y noticias de las agencias de noticias rusas, pudimos escuchar como el 24 de febrero último el presidente ruso Vladimir Putin anunciaba el inicio de una Operación especial contra Ucrania basado en una causa que describió en grandes rasgos como de “desnazificación y desmilitarización”.

Los acontecimientos parecían ir más rápido de lo pensado. En este lado del hemisferio sur, pocos sabían lo que realmente sucedía. Incluso muchos argentinos que desde hacía años vivían en Ucrania, no les preocupaba o poco sabían lo que sucedía realmente en el Donbass. Ellos estaban allí por razones de trabajo así que como buenos argentinos, interesarse o mucho menos, comprometerse en los asuntos políticos del lugar estaba fuera de su agenda.

Pero mientras la población ucraniana seguía con su rutina cotidiana y el gobierno de Volodymyr Zelensky jugaba a las escondidas con Rusia, el ejército y la Guardia Nacional de Ucrania estaban preparando en secreto una “gran operación” militar sobre el Donbass que de haberse llevado a cabo podría haber acabado con las dos repúblicas independentistas de Donetsk y Lugansk.

Las evidencias de esto fueron expuestas ante el público por el Ministerio de Defensa ruso el 9 de marzo último, poniendo en perspectiva qué tan inocente fue el gobierno ucraniano en el desencadenamiento de las actuales circunstancias. Según éstas pruebas Kiev tenía planeado lanzar para el 8 de marzo una operación militar masiva sobre el Donbass que seguramente habría sido precedida por la llegada desde Polonia y Rumania de unidades de la OTAN con la finalidad de establecerse de forma permanente.

Una vez allí, cualquier movimiento ruso habría sido utilizado por Washington para justificar en última instancia el estado de alerta DEFCON 1[1] implicando la excusa perfecta para unas negociaciones bajo la condición de una “respuesta nuclear”.

Pero como vimos, Rusia se adelanto a esto y estos condicionamientos están de su lado.

La inteligencia rusa pudo enterarse de estos planes y fue por ello que el presidente Vladimir Putin reconoció de forma meteórica (el 21 de febrero) la independencia de las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk. Con este cambio de estatus y con dos nuevos entes estatales que establecerían de forma oficial relaciones con la Federación rusa los planes del gobierno de Volodymyr Zelensky se verían seriamente retrasados. Por lo pronto, seguían con sus respuestas evasivas y sordas a las propuestas del Kremlin para negociar la situación. Si Ucrania lanzaba este ataque, Rusia tendría todos los argumentos para ingresar en apoyo de aquellos nuevos estados pero sería tarde ya que Kiev habría logrado una ventaja táctica que sería consolidada con el apoyo de la OTAN.

Pero esto no fue concebido entre gallos y medias noches. Hay pruebas de que esta operación sobre el Donbass había sido planificada con mucha antelación. La cuestión es ¿Quiénes la planificaron? A primera vista el gobierno de Kiev es quien se puso a la cabeza de esto pero, no lo hizo solo. Como era de suponer, Washington tuvo parte aunque (como lo ha venido haciendo desde hace casi dos décadas) no lo hizo oficialmente. Como en Iraq, Afganistán, Libia y Siria, La Casa Blanca se valió (entre otras) de RAND Corporation, una empresa privada dedicada justamente a prestar “soluciones políticas” y detectar “vulnerabilidades” que sirvan a la planificación estratégica de los gobiernos en Washington. La elaboración en 2019 del plan titulado “Over extending and ‎Unbalancing Russia” deja expuesto no solo este programado ataque contra el Donbass sino también las implicancias que tuvo EEUU en la guerra entre Armenia y Azerbaiyán de 2020 y los disturbios en Kazajistán en 2021.

Cada vez aparecen más evidencias de que el presidente Vladimir Putin tenía poderosos motivos de sobra para detener a Kiev de forma rápida y contundente. Durante años Washington y sus aliados de la OTAN menospreciaron los llamados de Moscú a detener su carrera armamentista expansiva sobre el este y ello involucra las armas de destrucción masiva (ADM). Pero en los últimos ocho años, tras el golpe de estado de 2014 fomentado desde Washington por una revolución de color (gestionada por la Subsecretaria Victoria Nuland y Cía), Rusia vino siendo menospreciada en sus llamados a frenar las agresiones de Kiev sobre los habitantes del Donbass.

Los esfuerzos diplomáticos de Rusia han sido titánicos. Resultado de estos son los Acuerdos de Minsk y a los cuales Kiev desde hace un par de años y por sugerencias de Washington y Londres no ha querido cumplir. Las consecuencias están a la vista y -a diferencia de otras crisis- las causas y sus responsables también. La intervención rusa ha descabezado a las Fuerzas armadas ucranianas, la OTAN ha perdido la estructura militar que disfrazaba tras el ejército ucraniano (incluyendo sus laboratorios de guerra bacteriológica) y la población se ve entrampada en todo este juego sucio. Si ello no fuera poco, Polonia intenta meter aviones “MIG-29” a Ucrania algo que representaría una abierta provocación de la OTAN por lo cual la pregunta sería ¿Cuánto tiempo podía extenderse esta situación?



[1] Es el máximo nivel de alerta. Nunca se ha utilizado. Solo se activaría este nivel ante un inminente ataque contra las fuerzas armadas estadounidenses o contra su territorio por una gran fuerza militar extranjera. En este nivel se autoriza el uso de armas de destrucción masiva.

jueves, 10 de marzo de 2022

 

“UN SUCIO TEATRO BÉLICO”

¿Cuáles son los factores que llevarán a una balcanización de Ucrania y la extensión de la guerra a toda Europa? Los sucios secretos de Washington al descubierto

 

Por Charles H. Slim

La guerra de por sí es una cosa fea, pero al mismo tiempo es un recurso que tienen los estados y las naciones cuando se agotan las vías diplomáticas para resolver una situación.

Quedará para la historia estudiar de forma exhaustiva cuántas veces Moscú intento de forma infructuosa llegar a un acuerdo con EEUU para que detuviera sus despliegues de armas sobre Eurasia, para que Kiev se comprometiera a cumplir con los acuerdos de Minsk, de cuál fue el papel de Washington en estos fracasos y los intereses de la OTAN para ello.

Debemos partir del punto en el cual, la guerra que hoy se esta llevando a cabo en Ucrania en realidad es un enfrentamiento entre Rusia y la OTAN que se vale de los ucranianos y de su territorio para pelearla. La organización atlántica estaba poco a poco extendiendo su metástasis sobre Ucrania y Rusia no podía quedarse sin hacer nada.

Mientras Washington y sus socios de la UE han implementado un bombardeo financiero de saturación sobre la economía rusa con la intención de crear el caos poblacional contra el gobierno, eso no sucedió y por el contrario aún Moscú se reserva intacto su poderío nuclear bajo la manga. Al terror financiero del globalismo occidental (que representa Joe Biden y sus socios globalistas) se le contrapone el terror a una reacción nuclear.

Hoy por hoy y lamentablemente por un tiempo más, toda Ucrania se ha transformado en un teatro de operaciones bélicas que se está saliendo de la convencionalidad de una guerra entre estados para pasar a convertirse en una llamada guerra hibrida donde los bandos se vuelven nebulosos y hasta invisibles, donde las emboscadas, el engaño y los ataques terroristas en las ciudades pasan a ser las principales armas tácticas del campo de batalla.

No decimos nada nuevo y mucho menos, algo que los estrategas rusos no hayan considerado de antemano. Incluso los expertos en inteligencia y reconocimiento jamás se habrían atrevido a vaticinar una campaña fácil y sin las dificultades que un terreno como el de Ucrania podía ofrecer. Pero en esas consideraciones, se debían añadir otros elementos ajenos a los ucranianos e incluso, a toda la región euroasiática. Incluso más, ajenos al hemisferio oriental.

La decisión política de Vladimir Putin claramente se apoyó en la premisa “la mejor defensa es un ataque”.

Pero más allá de las retaliaciones políticas, comerciales y financieras de occidente, Putin sabía que le estaba abriendo la puerta a jugadores muy particulares. Hoy el ejército ucraniano es inexistente y lo que realmente representa una amenaza sobre el terreno son las milicias ultraderechistas (Aidar y Azov) que desde hace años vienen siendo equipadas y asesoradas por instructores occidentales. Junto a ellos operan grupos especiales de asesinos y saboteadores como los “georgianos” (pagados por Washington en Iraq y Afganistán), los mercenarios privados de “Academy” y otra media docena de empresas del mismo rubro se han unido a estas agrupaciones filonazis pintando un panorama muy sombrío para la región.


En los avances del ejército ruso se ha incautado equipamiento turco hallado en suelo ucraniano como el que vemos en estas fotos.


A estos debemos sumar a grupos kurdos quienes bajo la dirección del Mossad israelí han sido parte importante en la desestabilización política en países como Iraq y Siria. También (y ligados a estos) están los llamados “yihadistas” que el mundo conoció bajo denominaciones como “Al Qaeda” y el “ISIS” dos embustes seudo islamistas creados por las agencias de inteligencia angloestadounidenses -bien ensayados en Iraq- y que con apoyo de sus colegas turcos pretendieron rediseñar el Medio Oriente en beneficio de Israel. Todos ellos son expertos en fomentar el caos, el terror y la inseguridad en zonas civiles con la finalidad de convertir en insoportable la vida de los habitantes volviéndolos en parte de sus sangrientos esquemas de propaganda.

Equipo de Comunicaciones ASELSAN de fabricación turca

Mientras la propaganda occidental y en particular la británica pinta a Zelensky como un “prócer”, lo cierto es que poco o nada sabe de estas nefastas injerencias y de lo que causara a toda Europa. Tan variado es el arco de involucrados que incluso se han hallado en el terreno señales de que Turquía estaría enviando (además de sus armas y Drones) a estos grupos de mercenarios. Esto no sorprende ya que Tiyip Erdogan es capaz de cualquier cosa con tal de agradar y ser aceptado en el bloque “judeo-cristiano” que desprecia a Turquía.

Especialistas en fabricar “banderas falsas” y en “operaciones negras” (como los ataques químicos en Siria), con el fin de dar golpes de efecto político y con la desvergonzada participación de la Corporación mediática, trataran de embarrar a los rusos en ataques terroristas contra civiles o de acusarles de querer volar plantas nucleares. Sumado a esto, la comprobada existencia de instalaciones biológicas norteamericanas en Ucrania (de elaboración de agentes virales para la guerra)[1], potencia estos peligros. Ante esto hay que preguntarse ¿Estos esbirros de la OTAN preparan un ataque biológico como señalan algunas fuentes?[2] Vladimir Putin es consciente de estos riesgos y sin dudas ellos fueron parte de las consideraciones para lanzar la “Operación especial”.

Lo vimos en Iraq, Siria y Libia y aún no hemos sido testigos de una rendición de cuentas ante la justicia por esto. Si usted no lo sabe, el Estatuto de Roma también le cabe a EEUU y a sus socios en esas “aventuras” pero se apoyan en tecnicismos para evadir sus responsabilidades.

Pero hoy se escuchan rumores sobre el impulso de supuestas investigaciones del Tribunal de la Haya para que se procesen casos de crímenes de guerra contra el presidente Vladimir Putin ¿Cuándo se planteó algo similar por lo causado en Iraq contra George W. Bush, Tony Blair o Pedro Aznar? Si nos atenemos a todo lo que hemos citado y a los principios procesales y las garantías que debe respetar una instancia judicial (en especial esta), éste organismo no reúne ninguno de ellos ya que -a estas alturas- a nadie le quedan dudas de su dependencia política con la Unión Europea y esta a su vez, de Washington.  

 

 



[1] **ÚLTIMO VIDEO** Rusia le dice a los EE. UU. “Hemos encontrado sus armas biológicas” (VIDEO)

Por Jim Hoft, Publicado el 9 de marzo de 2022 a las 10:32 am, https://www.thegatewaypundit.com/2022/03/breaking-video-russia-tells-us-found-biological-weapons-video/

[2] Video en el que se difunde un informe de ABC News sobre un ataque biológico con COVID en noviembre de 2019. El video se halla disponible en el siguiente link: https://rumble.com/embed/vsi3d0/

lunes, 7 de marzo de 2022

 

“EL OPORTUNISTA”

¿Para qué el premier israelí Naftali Bennett viajó tan presuroso a Moscú? Cuando la mezquindad se disfraza de benevolencia.

 

Por Dany Smith

Mientras la opinión pública mundial sigue bajo la contraofensiva informativa de Washington y sus socios de la OTAN, otros aprovechan las circunstancias para llevar agua a su molino. Uno de ellos es Israel quien no dejara pasar la oportunidad para sacar beneficios de la crisis. Como dice el dicho “a río revuelto ganancia de pescadores”.

El anuncio del viaje del primer ministro israelí Naftali Bennett a Moscú para reunirse con Vladimir Putin y tratar el tema de Ucrania pone en evidencia esto. Para Tel Aviv hay mucho en juego con la actual situación en la que se ve sumergida el gobierno de Putin y como un socio importante de Irán y el protector de Siria, Rusia ha sido un obstáculo para las aspiraciones geopoliticas de Israel en el Oriente Medio.

Desde la postura oficial y para los medios, la visita de Bennett fue en búsqueda de la mediación pero, desde una observación crítica y viendo los antecedentes e intereses contemporáneos existentes, hay claras intensiones de Israel por buscar la salida de Rusia de Siria y asegurarse de que de alguna forma, abandone sus tratos y negocios con la república Islámica de Irán. Sin dudas el momento no podría ser mejor aunque los israelíes saben que Vladimir Putin no es cualquier estadista y mucho menos lo es de un país intrascendente.

Incluso tras esas dos horas y media que duró la reunión, Putin le habría dejado bien en claro cuáles son los motivos para la operación lanzada y cuáles son los objetivos a concretar. Desde una mirada completamente ignorante de la opinión pública occidental, se trató de un intento del mandatario israelí por hacer entrar en razones a su homologo ruso pero hay todo un trasfondo mucho más complejo y oscuro que en parte involucra a Israel y es por eso que entra en escena.

Desde hace tiempo que desde EEUU se vienen gestando operaciones contra los países del este (de la ex URSS) y de forma general sobre toda Eurasia, orientadas a construir un cerco en rededor de Rusia. Las vías para ello son múltiples, pero podríamos reducirlas a dos: El activismo supuestamente pedagógico y desinteresado mediante ONGs que culminan en “revoluciones de colores” y el uso de la subversión extrema (Terrorismo). A simple vista se suele de decir “es EEUU quien está involucrado” pero ello es una generalización errónea ya que para ser exactos quienes están envueltos y comprometidos con todo esto son sus administraciones (tanto republicanas como demócratas) y puntuales socios que operan desde el ámbito privado encubiertos con convenientes máscaras societarias (USAID, la National Endowment ‎for Democracy -NED- y el US Institute for Peace entre los más destacados).

En realidad, Putin no le diría nada que Bennett y su elite sionista no sepan. Ucrania se halla bajo un gobierno filonazi que desde 2014 había degradado a los ciudadanos de origen ruso a una subcategoría privándoles de reconocerles los derechos que todos los ciudadanos ucranianos tienen garantizados en su constitución. Sumado a ello, la persecución y el intento del estado por consolidar estas políticas en Donetsk y Lugansk llevó a que sus pobladores se levantaran en armas para protegerse de un gobierno extraño y hostil plantado mediante el golpe de estado fomentado y dirigido por Washington y la UE.

Sin dudas que Bennett no trato de condicionar a Putin alegando la condición de judío de Zelensky o expresiones similares para intentar manipularle. Para Putin y el estado ruso la condición religiosa del mandatario ucraniano no tiene nada que ver en esto, pero los sionistas a nivel internacional (entre ellos los argentinos) han tratado de hacerlo parecer aquello como algo gravitante pintando al mandatario ruso como el nuevo Hitler. Tal vez esto funcione con la propaganda efectista que los medios llevan adelante sobre la opinión pública en el hemisferio occidental, pero con Rusia no.

Si Bennett pretendiera ir por esa vía simplemente no sabrá como salir. Precisamente el estado ucraniano desde 2014 había sido colonizado por esos sectores de la ultraderecha colocados por una planificación de sectores vinculados muy estrechamente con la oligarquía de la comunidad judía ucraniana, la estadounidense y finalmente a Israel. Que los matones de “Pradvi Sektor” tuvieran la ideología nazi no fue un inconveniente para que el “Mossad” y sus colegas angloestadounidenses cooperaran en el golpe de estado de Febrero de 2014. La utilidad y el realismo está por encima del folklore mediático.

Y si eso no bastara, Bennett no podría explicar cuáles fueron las incumbencias de su predecesor Benjamín Netanyahu y su administración justamente en momentos en que se produjeron los hechos.

Putin le habría dejado bien en claro a su par, que no frenara sus operaciones hasta que no se desarme todo ese andamiaje que responde precisamente a una estructura globalista montada en parte por la secta de los “Straussianos”[1] conformada por reconocidos sionistas angloestadounidenses (como Paul Wolfowitz, Gary Schmitt, Richard Perle, Robert Kagan, Victoria Nuland, Abraham Shulsky entre muchos otros) que a su vez se halla estrechamente ligada a los neoconservadores en Washington. Dos proyectos de estos exponentes que tuvieron nefastas consecuencias para la paz global fueron el Project for the New American Century  -PNAC- de 1994 y el  informe redactado en el ámbito del Institute for Advanced Strategic and Political Studies (IASPS) que preveía nada menos “asesinar a Yasser Arafat”, invadir Iraq  y deshacerse de los palestinos enviándolos allí.

Al mismo tiempo, estos sectores son los mismos que generaron la doctrina de la “guerra permanente” que llevo a el intervencionismo militar (consolidada mediante la doctrina Rumsfeld-Cebrowsky) usando a los derechos humanos como plafón para encubrir sus verdaderos objetivos.  Si Bennett trató de manipular a Putin por ese costado, sin dudas volvió con las manos vacías.

Bajo todas estas consideraciones, suena muy risible las arengas de la administración de Biden de investigar los posibles casos de crímenes de guerra que pueda cometer Rusia en Ucrania.

La decisión de Vladimir Putin no se basa en una mera conveniencia personal o electoralista como a la que acostumbran apelar sus colegas occidentales (tanto en EEUU, Gran Bretaña o Francia). Los altos intereses estratégicos de Rusia se ven comprometidos con este estado de cosas a pocos minutos de Moscú y del cual la OTAN pretende beneficiarse; entonces ¿Por qué Vladimir Putin debería abandonar la seguridad estratégica de su nación y de su pueblo ante los enjuagues políticos de estos sectores intrigistas que hacen de la OTAN su instrumento de dominación global?



[1] Corriente filosófica y política elaborada por el filosofo germano-estadounidense de origen judío Leo Strauss quien entre otras elaboraciones intelectuales fue el sustentador del engaño en la política mediante el romántico eufemismo del “noble engaño”.

viernes, 4 de marzo de 2022

 

“BEHIND THE LINES”

 

What is really going on in the Ukrainian terrain?

 

By Sir Charlattam

Even before Vladimir Putin ordered the mobilisation of his troops around Ukraine's borders, irregular groups were already being trained under the direction of Western advisors to carry out their death raids on populations in the Donbass region.

It was an open secret but very well hushed up by the Western corporate media. In fact, it was not news that Western government agency types were actively involved with the Ukrainian Armed Forces and their intelligence services, not at all. Nor was it a surprise that mercenaries from private US companies such as "Academy" were detected recruiting all kinds of thugs and scum, even of other nationalities, into their ranks.

Today these groups are operating alongside the neo-Nazi gangs of “Azov” and “Aidar” battalions and other irregular groups especially in the south in major cities like “Mariupol” and “Irpen”, where these groups are using civilians as human shields. Nor should we forget that the genius Zelensky ordered the release of criminals from prisons who were also given weapons so that as “patriots” they would defend their country. Reliable sources have confirmed to us that these elements have murdered entire families including their dogs when they wanted to escape from the cities. It is amusing to listen to certain media that participate in the propaganda of Zelensky's government as they replicate false data and absurd set-ups.

The big Hollywood performances of European politicians with EU security chief Joseph Borrell leading the way, promising to donate obsolete fighter jets for the Ukrainians to take on the mighty Sukhoi SU-25 and 24 Russians, have only demonstrated their acute opportunism in seeking media stardom. Those who most help to confuse what is really going on are Zelensky's government loyalists by revealing that the supposed effectiveness in stopping the Russians is not so real.

Quite the contrary. The cooperation between the Russian army and the LPR and DPR militias has been very successful and in several locations in western Donbass they have even been assisted by the local police in getting civilians out of the battle zones. Did you see this on CNN or the BBC, or perhaps the DW?

Nor will you see on these media the amount of weapons and equipment provided by the Americans and the British that have been captured by Russian forces. According to reliable sources, several deliveries of these shipments have ended up failing under sabotage operations by Russian GRU specialists who benefit from the weather.

Nor will you see many of the Ukrainian armoured vehicles disabled or simply destroyed on back roads. That would be too bad for NATO's propaganda. 

The progress of Russian forces is not rapid but neither has it slowed. Deployment on the ground has led commanders to reconsider some objectives and, in the process, to bide their time. This was the case with the capture of the “Zaporozhye” nuclear power plant (NPP), the largest in Europe, and in doing so, they have secured control of one of Ukraine's most important power plants.

For hours, the Western media and its repeaters tried to counter this strategic loss by creating a delusional narrative of “Putin wants another Chernobyl” or “creating a nuclear crisis” or that “Putin wanted to create nuclear terrorism”, clearly stupidity.

With that, it matters little that Elon Mask or Silicon Valley itself delivered equipment (Hardware) to them to have satellite internet as they have been boasting in the Western media which do not say, that this service is being monitored by intelligence and in many cases used as a marker.

In contrast to the romantic and ridiculous triumphalism manufactured by the Western media and disseminated by their South American minions, the regular nationalist forces trying to stop the Russian units are showing fatigue and are also carrying losses of initiative to continue fighting. Although CNN and its partners do not say so, reports on the ground show many civilian militia and Ukrainian army regulars surrendering.

Behind the apparent slow progress of operations and the uncertainty surrounding the siege of Kiev are the consolidated steps of the Russian army, which according to reliable sources is already operating with special units within the very center of the capital.

 

 

jueves, 3 de marzo de 2022

 

“DE RASEROS DOBLES”

Por qué no son creíbles las manifestaciones pro-ucranianas de los medios occidentales. La pregunta que estos sectores de la hipocresía no quieren responder ¿Quién tiene más muertos escondidos en el placard?

 

Por Charles H. Slim

Cuantas veces habrá usted escuchado este término en lo que hace la política exterior norteamericana. Cuantas veces habremos oído a diferentes administraciones de la Casa Blanca, justificar lo injustificable y al mismo tiempo tolerado y maquillado por los medios de cada momento.

Hoy vemos como la administración de Joe Biden se desgarra las vestiduras por la incursión rusa sobre Ucrania y se olvida de su larga política de agresión y de invasiones apenas unos años antes contra el mundo árabe islámico. A diferencia del gran circo y propaganda que hoy vemos en los medios occidentales, particularmente en los que replican de forma simplona algunos medios argentinos, no vimos el mismo ardor para condenar violaciones a la ley internacional por parte de EEUU y sus aliados.

No se trata de justificar la invasión rusa ni nada por el estilo, solo hay que poner en consideración cómo se tratan a unos casos y cómo se trata a otros cuando se trasgrede la ley internacional. En lo que hace a la guerra en Europa no empezó hace una semana (como dijo Boris Johnson), hace ocho largos años que estaba en curso, pero ni Washington ni Londres dijeron nada. A primera vista se advierte una notable desigualdad, la hipocresía y una perniciosa parcialidad para condenar y ejercer medidas punitivas contra los agresores según sea el caso. En lo referente a los medios argentinos de clara tendencia anglófila y atlantista además de la hipocresía que les caracteriza debemos sumar la ignorancia que los lleva a hablar con total desconocimiento y liviandad.

Haciendo tan solo un poco de historia recordemos al gran protegido de occidente, el estado de Israel que tras invadir dos veces el Líbano en 1978 y en 1982, además de las bestialidades cometidas contra la población civil libanesa decidió quedarse por veinte años ocupando una franja de territorio al sur sin que ello hubiera despertado la indignación de Washington y mucho menos de la OTAN. Por el contrario, los israelíes recibían ayuda militar, financiera y cobertura diplomática para sostenerse en esa situación.

Cuando Argentina hizo valer su derecho a reivindicar sus legítimos derechos sobre las islas Malvinas en abril de 1982, el supuesto aliado continental que era EEUU violo su obligación de poner en marcha el Tratado de Asistencia Recíproca TIAR y no contento con ello junto a la OTAN, dio cobertura de inteligencia y suministro de armas a Gran Bretaña. Aún resuenan en muchos argentinos aquellas supuestas gestiones de paz del Secretario de Estado norteamericano James Baker quien decía una cosa en La Casa Rosada y luego otra muy distinta a Margaret Thatcher en “Downing Street 10”. Sumado a esto, el país sudamericano debió soportar el bloqueo económico de la entonces Comunidad Económico Europea (CEE), el escarnio informativo de la prensa pro-británica y las presiones que ello imprimió sobre la estabilidad socio-económica del país.

Un año después en 1983, EEUU invade la pequeña isla de Granada bajo los pretextos de proteger a los ciudadanos estadounidenses de la isla y asegurar “la democracia” contra la amenaza comunista de Cuba. Tampoco se hizo nada desde la ONU para condenar este accionar que causó muertos civiles y hoy solo es una pequeña anécdota en el cajón de los recuerdos de las violaciones al derecho internacional por parte de Washington.

Tal como sucede en la actualidad con los atlantistas y anglófilos, los gobiernos latinoamericanos que se hallaban alineados a Washington y mucho menos las organizaciones regionales como la OEA se atrevieron a condenar y mucho menos a poner en marcha alguna medida de boicot o sanciones económicas y comerciales contra EEUU que demostrara su compromiso o preocupación por el respeto a la ley internacional ante semejante violación a la soberanía de esa isla caribeña.

Seis años después, en 1989 los EEUU meses después de que el ex jefe de la CIA George H. Bush llega a la Casa Blanca, decide que su viejo amigo y socio en los negocios de la “agencia”, el General Manuel Noriega, ya no era de utilidad y por el contrario representaba un peligro para su propia estabilidad política ya que conocía los oscuros y sucios pormenores de las actividades de la CIA en épocas bajo su dirección implicando temas tan molestos y embarazosos como el financiamiento mediante el tráfico de drogas y la venta de armas (Irán-Contras). Fue así como y bajo los argumentos de siempre, EEUU invade Panamá causando muerte y destrucción. Aquí tampoco hubo una condena de los organismos regionales e internacionales y mucho menos, compensaciones de guerra para las víctimas.

En 1990 tras la invasión de Iraq a Kuwait, EEUU apoyado en intereses estratégicos propios (no de Kuwait o de sus ciudadanos) sobreactuó la crisis y llevó a que Naciones Unidas le proporcionara la cobertura jurídica para condenar la acción de Bagdad y al mismo tiempo, legalizar mediante un ULTIMATUM, el inicio de una de las guerras más desastrosas de fin del siglo XX (con más de 200.000 civiles muertos). Pese a las cruentas consecuencias de sus bombardeos sobre las ciudades iraquíes y la comprobada falta de discrecionalidad para proteger a los civiles, Naciones Unidas permaneció en silencio, como así también la llamada “Comunidad Internacional”.

Más cerca en el tiempo y como continuación de aquella guerra, el desvergonzado montaje de Washington y Londres para justificar la invasión a Iraq en 2003 no solo era un acto claramente condenable por la “Comunidad Internacional” sino también, jurídicamente demandable por las luctuosas consecuencias que dicho acto y la posterior ocupación trajo para la población iraquí (torturas, violaciones y ejecuciones). Aquí la resistencia iraquí fue desvirtuada por los medios y caprichosamente (en favor de los invasores) bautizada como “terrorista”. Asimismo, lamentablemente también fuimos testigos del odioso relativismo en el valor humanidad de los árabes iraquíes que dicho sea de paso no es nada nuevo, si vemos las atrocidades que el estado de Israel (sustentado por EEUU) comete contra la población semita palestina.    

En 2010, tras una injerencia silenciosa en todo el norte de África de las agencias de inteligencia británica, francesa e italiana (OTAN) llevaron a cabo -bajo la dirección de Washington- la desestabilización política sobre Egipto y Libia, ensañándose particularmente con éste último donde la OTAN con la cobertura tendenciosa de los medios y plataformas de redes sociales occidentales -operando como medios de propaganda y agitación- y la cooperación de falsas agrupaciones “jihadistas” (conformadas por delincuentes y mercenarios) financiadas por las corruptas monarquías del golfo derrocaron a su gobierno y sumieron al país en la miseria y el caos que perdura hasta el presente.

Hasta el día de hoy, no se ha mostrado voluntad seria en llevar ante las instancias penales internacionales a todos los responsables de esta larga lista de crímenes de guerra y lesa humanidad. Incluso, tras la erradicación de ISIS en Iraq en 2017 y la puesta a disposición de la jurisdicción de “La Haya” de varios de sus miembros no encuentra ánimo en querer procesarlos ya que, hay temores (y muy fundados) a que revelen las incumbencias de las potencias intervinientes, especialmente de EEUU.

En 2014 tras agitar en Ucrania, Washington (por intermedio de la Subsecretaria Victoria Nuland) conspiro junto a sus socios para derribar al gobierno de Yarnucovich y tras ese evento sangriento (para nada democrático y espontaneo) comenzó la persecución y la resistencia de los ciudadanos rusoparlantes de ese país. Durante ocho años y de forma subrepticia Washington y los británicos habían estado cooperando con las agrupaciones neonazis como “Pravdi Sektor” mientras que los pobladores del Donbass pudieron resistir con la ayuda de los chechenos y de otros voluntarios extranjeros que se unieron a las milicias independentistas de Donetsk y Lugansk.

En lo que sucedía en Donbass con sus pobladores, poco o nada les importaba a los medios occidentales y mucho menos, cuando EEUU y sus aliados eran pillados in fraganti operando en Kiev. Es por eso que las actuales reacciones sobreactuadas de los medios occidentales no son creíbles y más que ayudar a los ucranianos (como órganos de propaganda), solo benefician la posición política de la OTAN.

Pero las fuentes reales en el terreno, es decir, aquellas que están detrás y muy lejos de las cámaras de los noticieros tendenciosos de occidente, informan una situación muy diferente a la teatralizada y es cuestión de tiempo para que los ucranianos y los espectadores extranjeros queden con la boca abierta cuando adviertan que hace días que la suerte de Ucrania estaba echada y será allí muy interesante ver que es lo que Washington y sus socios van hacer al respecto.