NO TOQUES LA PORCELANA
¿Por qué el presidente argentino Javier Milei ha molestado a Washington
y por qué deberá cuidarse de ahora en adelante?
Por
Dany Smith
En tanto el gobierno de Javier Milei avanza en
su política de liberalización en la política económica en lo que hace al
comercio, ya ha comenzado a ver la realidad de cuánta libertad tiene para
maniobrar y desarrollar sus relaciones comerciales con el mundo y de los
intereses geopolíticos que vienen detrás.
Aunque ya estamos en pleno del siglo XXI, la Argentina sigue siendo un
país con un atraso en el desarrollo comercial a tal punto que aún debe depender
de las lluvias para que el campo como el siglo XIX y XX siga siendo la
industria de mayor ingreso en dólares. Es por ello que la necesidad de
diversificar otros polos productivos y de servicios son una deuda nacional que
viene siendo raleada con cada gobierno pero que tiene un poderoso fundamento:
EEUU y Gran Bretaña.
Pero Milei llego a la Casa Rosada entre otras cosas, por haber
demostrado su aversión al mundo oriental, muy a tono con lo peor de la política
angloestadounidense. Como se suele decir “somos esclavos de nuestras palabras”
y a Milei también le cabe este dicho. Así mismo, con el paso de los meses Milei
ha ido demostrando que es más pragmático que un simple loco con incontinencia
verbal que necesita ser medicado. Obviamente que esto poco importa a una
población que hoy por hoy, está en el fondo del tarro con la incertidumbre aún
de si este tipo cambiará o no la realidad del país.
El problema que esa incontinencia verbal lo llevo a decir cosas que
ilusionaron a unos y enfurecieron a otros pero que, hoy muchas de aquellos
dichos han quedado en la nada.
No olvidemos que entre algunas de sus contradicciones, Milei había
expresado (entre unas de sus fobias) una particular contra China haciendo una
serie de acusaciones anodinas y hasta perimidas pero que agradaban al oído de
ciertos intereses que esperan cumpla con estos posicionamientos. Pero esa
posición sirvió para que un sector del circulo rojo de su país (de empresarios,
sindicatos y medios del Establecimiento) y en especial, el Departamento de
Estado norteamericano le dieran su aval para llegar a la presidencia.
Pero la realidad es la realidad y Milei y sus compinches no la pueden
eludir. China además de una potencia global en crecimiento y uno de los pilares
del BRICS+ es uno de los inversores más importantes de la Argentina y también
cuenta con varias cuestiones que mantiene lazos directos entre Pekín y Buenos
Aires.
Esto viene a cuento de las últimas declaraciones del mismo Milei
ponderando a China que con ciertas decisiones de gobierno han comenzado a ser
una seria preocupación para La Casa Blanca pero en particular para los neoconservadores
(con Biden y Blinken a la cabeza) en Washington DC.
Lo que pasa es que Milei ha caído en cuentas que China no es cualquier
país y mucho menos que su gobierno puede ser públicamente insultado con
gratuidad. Más allá de su sinofobia personal o actuada para sus socios
angloestadounidenses, debe reconocer que el gigante asiático es una potencia
comercial en plena expansión aún cuando ello no sea de su agrado.
Pero acá es donde aparece la madre del borrego y es que, no importa lo
que a él le parezca; es lo que a sus mandantes en el norte les interese y
punto. Sus últimas posiciones con respecto a China no agradaron para nada a los
personeros de la “democracia” estadounidense y desde el Departamento de Estado
se lanzaron una serie de “advertencias” que Milei deberá atender si no quiere un
gobierno accidentado.
Desde la administración de Biden se ha sugerido que este giro es un
cambio audaz de la política exterior argentina que podría tener implicancias en
seguridad y la cooperación internacional ¿Qué quiere decir esto? Primero que
este giro es desagradable para Washington, segundo que de seguir por este
camino podrían aparecer problemitas en Argentina que podrían comprometer su
seguridad nacional (crecimiento de la inestabilidad interna, más robos, tráfico
etcetc) y por último, lo relegarían de las ayudas y las operaciones militares
del otro lado del mundo en las que las FFAA de Petri se está involucrando de
manera inconsciente.
Desde los sectores del congreso que apoyan a Milei su giro hacia China
lo aislaría del mundo, pero sabemos que eso es una exageración producto de la
propaganda angloestadounidense. Lo mismo que pondría en riesgo las relaciones
con las potencias occidentales sin dejar claro el por qué.
Sabemos que desde el ascenso de Milei, sus señales de alineamiento con
el eje Washington-Londres-Tel Aviv fueron estridentemente claras y hasta para
algunos, obscenamente notorias pero pese a ello, es el presidente de la Argentina,
un estado supuestamente soberano que no se halla sujeto a la política exterior
de otros estados o “ejes” geopolíticos. Aunque esto último es algo muy
discutible en este país, ciertamente al parecer Milei habría reflexionado sobre
la importancia de China en Argentina y en todo el cono sur, pese que le pese a
Washington y sus socios de la OTAN.
No creemos que Milei cambio esta mirada por una reflexiva simpatía o
algún temor inspirado por la potencialidad de China, nada de eso. La Argentina
está en un proceso muy delicado en el cual por el momento al parecer estaría
saneando con un relativo éxito su economía financiera pero que aún no muestra
mejoras en la economía doméstica de sus habitantes. Al parecer se esta dando
cuenta que la libertad que tanto pregona, incluye la de poder elegir la mejor
opción para una salida y China es (le guste o no a EEUU) una potencia en
ascenso que le proporcionaría garantías, mientras todos saben que Washington DC
está mucho más involucrado en continuar con su economía basada en el aventurismo
belicista que la de establecer acuerdos duraderos respetando la letra de los
mismos.