lunes, 25 de septiembre de 2017


EN DEBATE



“DESPUÉS DE OCTUBRE, QUÈ?”

Las últimas evidencias sobre el posicionamiento geopolítico del gobierno argentino parece que llevara al país a una cooptación político-militar que, además de entregarle el control a potencias extranjeras, busca involucrar al país en peligrosas aventuras bélicas ¿Ese es el precio para que lleguen las tan ansiadas inversiones?




Por Charles H. Slim
Argentina ha venido a lo largo de 34 años en una caída zigzagueante tanto en lo interno como en el espectro internacional. A pesar de que el gobierno de Macri es una garantía para la implementación de las políticas globalistas de los centros de poder mundiales, que ven en la región un punto estratégico invalorable para el desarrollo de su geopolítica, hay mucha incertidumbre por los posibles caminos que puede llegar a tomar el país después de las elecciones del mes de octubre.  De consolidarse el actual modelo neoliberal que no tiene una mácula de nacionalidad hasta  el posible resurgir del Kirchnerismo setentista, no cambiaría nada para los intereses foráneos que vinieron por el control total del Cono sur pero ponen en un escenario de incertidumbre para el futuro del país.

Tras la asunción del gobierno de Mauricio Macri, las fuerzas de una que se podrían encasillar como de centro derecha, el país paso del extremo de un populismo izquierdista con olor a rancio a una derecha que se halla enmarcada no en un nacionalismo nativo sino, en aquel que se vincula con peligrosas doctrinas causticas y ligadas con minorías foráneas como son el sionismo israelí y el neoconservadurismo estadounidense.

Esta tendencia que se ha venido perfilando en la región y en especial en países como Brasil y Perú, puede llegar a ser tóxica para las relaciones internacionales de Buenos Aires con el resto del mundo, reeditando las jornadas de las relaciones carnales de la década de los noventa. A colación de ello, no se puede pasar por alto la visita de Benjamín Netanyahu y su verdadero propósito en la entrevista sostenida con Mauricio Macri. Teniendo como principales argumentos los dos atentados ocurridos contra la embaja de Israel y la AMIA en la década de los noventa y la cercana muerte del fiscal Nisman, Netanyahu brego para que Argentina se comprometa en una lucha frontal contra el terrorismo “islamista” y el cual –desde la retórica de Tel Aviv- es único responsable Irán.  Con ello podemos ver que la postura del mandatario israelí no solo es sesgada y con un gran recorte en el relato de la realidad histórica sino que también es tan falaz como tendenciosa.

Más allá del discurso y de las costosas campañas mediáticas para lavarle la cara a un gobierno impresentable como el de Netanyahu, los hechos de su gobierno y del estado de Israel a lo largo de su historia como fuerza de ocupación contra la población palestina, lejos han estado del respeto a los derechos humanos y de la paz. Incluso cuando expresa su preocupación por el problema del terrorismo, ello es ciertamente no creíble.

Muy por el contrario, las acciones de Tel Aviv –tanto las públicas como las secretas- no han estado ajenas a la violencia de las bandas armadas que se arremolinaron sobre Siria y que con el “Daesh” a la cabeza, han sido los artífices de la muerte de miles de ciudadanos, el desplazamiento intensionado de millones de musulmanes y cristianos a Europa y del apoyo para crear regiones separatistas en el norte sirio atentando contra el derecho internacional y la soberanía de Siria.

Pero en las actuales circunstancias y tras los éxitos de las fuerzas armadas sirias que apoyadas entre otros por Irán, han hecho retroceder a los mercenarios de la CIA y a los milicianos kurdos del “FDS” en la región de Deir Ezzor, ha complicado sensiblemente los planes de Tel Aviv y hoy más que nunca necesita imperiosamente poner un freno a dicho éxito en el cual Teherán como actor político y militar tiene mucho que ver.

La búsqueda de concretar un casus belli que le de argumentos a Tel Aviv para una escalada bélica contra Irán, es el objetivo principal en esta visita no oficial del mandatario israelí. Mantenida bajo el mayor silencio mediático posible –por su impresentable personalidad-   la entrevista de  Benjamín Netanyahu  con el presidente Mauiricio Macri tuvo como tema central el acercamiento del país a las políticas de inteligencia y contraterrorismo algo para lo cual la ministra de seguridad Patricia Bullrich es un elemento central para que ello pueda concretarse en el tiempo.

Bullrich es un elemento clave en el gobierno para dirigir las fuerzas de “seguridad” que se están remodelando en la Argentina. No está en ese puesto por su capacidad, idoneidad técnica o alguna experticia en dicha área. Su sitial esta dado por su acercamiento a ideológico a EEUU y Tel Aviv que ha sido materialmente palpable en el pasado.

Y es que como lo señalo en un artículo del diario  “Página 12” Horacio Verbitzky, Bullrich está casada con el empresario judío Guillermo Yanco quien administra el medio digital “Vis A Vis” (http://visavis.com.ar/  ) que se relaciona con el diario “Hayom” de mayor circulación en Israel. Si a eso le agregamos que el principal accionista de dicha agencia de noticias es nada menos que el financista y mafioso judío Sheldon Adelson quien a su vez es un donante de dinero al partido Likud israelí y al partido republicano estadounidense, todo está dicho.

Para cerrar el dedal, la Agencia Federal de Informaciones (AFI), una supuesta mejora de la ex SIDE, no lograr cerrar sus capítulos negros que la vinculan a sujetos oscuros vinculados con el hampa y purgas por asuntos de dinero sucio como pareciera ser el ahorcamiento del ex agente Jorge Enrique Silva, revelando una situación operativa descontrolada. 

En este marco, Netanyahu y sus asesores, vinieron a asegurar que dicho engranaje se mantenga en funcionamiento y para ello, el gobierno argentino debe seguir repitiendo hasta el cansancio la propaganda mediática del “eje del mal” que vincula a Venezuela, Irán y Hesbolla en todo lo que tiene que ver con el terrorismo y su presumible intensión de actuar en la región.   Bajo esta pantalla y argumentos baladí, el gobierno israelí se ha alzado sin la menor oposición del congreso argentino con un sinnúmero de archivos clasificados y secretos del gobierno argentino que, con una AFI omnipotente –que niega cualquier control externo-,  le permitirá interferir, controlar y vigilar los movimientos de cuentas bancarias, procesos judiciales, actividades de inteligencia civil y militar y por supuesto, ejercer una vigilancia de la toda la red de comunicaciones telefónicas, radiofónicas e internet bajo el rótulo de programas de ciberseguridad y ciberdefensa con lo cual, queda claro que todo el espectro poblacional (incluyendo al propio gobierno y las instituciones) del país estará bajo la lupa prejuiciosa de escarnio ideológico de un servicio de inteligencia extranjero.

La influencia de esta visita pudo verse casi de inmediato, cuando las pericias de la Gendarmería nacional arrojaron que el fiscal Alberto Natalio Nisman había sido presumiblemente asesinado por “dos sujetos”, algo que en realidad todos sospechaban pero que callaron no por temor al gobierno de Cristina Fernández o a su “Campora” o la disparatada tesis del “comando venezolano-iraní” que los sionistas argentinos como la diputada Elisa Carrio, los periodistas Eduardo Feiman, Eduardo Van Der Kooy y más timoratamente Mauro Viale plantean  recurrentemente como el autor material de ese hecho.

Son muy pocos quienes han señalado una implicancia israelí y de la CIA en el asunto; y ese tabú que parece haber en este sordo silencio en Establishment político y mediático puede ser mucho más esclarecedor de lo que Tel Aviv y sus grupos sionistas locales pueden soportar.


Con este panorama se puede concluir que si triunfan los candidatos del gobierno, esta política de cooptación y asimilación política a las directivas de Washington y Tel Aviv se afincaran y con seguridad, pudiendo ver en un corto plazo al país involucrarse en peligrosas y devastadoras aventuras bélicas como sucedió en 1991 con la guerra del golfo; pero también hay que señalar, que si resurgiera un personaje político como Cristina Fernández que no tiene ningún proyecto geoestratégico novedoso, la incertidumbre geopolítica del país sería tan nefasta como aquellas otras relaciones y sin dudas convertiría al país en un caótico campo de batalla clandestino que buscara dirimir quien realmente controlara los destinos del país. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario