sábado, 21 de julio de 2018

EN DEBATE



“ENCUENTRO EN HELSINSKI”

Qué es lo que se ha consensuado entre Trump y Putin tras la cumbre bilateral más importante de la década


Por Charles H. Slim
En los saunas de Finlandia se llevaron a cabo uno de los encuentros clave del 2018 entre Vladimir Putin y Donald Trump. Ambos debían tratar temas que hacen a la seguridad internacional y en los que se hallan en un virtual impase por situaciones clave para la paz como ser Siria, Ucrania y Venezuela, éste último con un gran impacto sobre toda región latinoamericana.

Coincidiendo con otros análisis, dicho encuentro viene a darse en un nuevo marco de la realidad internacional en la que ambos actores, los más importantes e influyentes de la geopolítica, trataron de resolver los asuntos fuera de los lineamientos que se trazaron a mitad del siglo pasado en la hoy caduca Cumbre de Yalta.

Como no podía ser de otro modo, la reunión estuvo marcada por la ansiedad y la expectación del resto de los gobiernos que se arremolinan en torno a cada uno de estos grandes actores internacionales. Pero si había una parte que tenía grandes preocupaciones por el resultado de ese encuentro ese era el Departamento de estado y los halcones neocon que anidan en los sectores de la inteligencia y el Pentágono.

Y es que no es un secreto que para estos sectores recalcitrantes del ala del partido de la guerra y el caos, tienen conceptuado al primer mandatario estadounidense como “un inútil inevitable” dado que se halla investido como presidente de todos los estadounidenses y mientras se encuentre en la Casa Blanca habrá que tolerar sus estridencias y estupideces siempre que no pongan en riesgo a la Unión.

El encuentro con Vladimir Putin se dio en el marco de tensas relaciones bilaterales especialmente basadas en las bravuconadas de Trump quien ya venía decepcionando la seriedad de sus posturas con las acciones de cobertura a los grupos mercenarios en Siria y la aplicación de más sanciones contra Rusia como respaldo político a las acusaciones de Londres sobre el supuesto involucramiento en los ataques químicos en Salsbury y Amesbury. Pero lo que más temía el Stablishment estadounidense era que Trump se reuniría sin la asistencia de sus asesores por lo cual, habría que rogar al cielo que no hiciera alguna concesión o declaración que le diera a Putin argumentos para reclamaciones posteriores.

Desde este sector del poder estadounidense se sigue tratando de desbancar a Trump argumentando historias en base a sus supuestas conexiones con Rusia que le ayudaron a ganar las elecciones presidenciales con una operación de jaqueo de la inteligencia rusa al sistema informático del Comité Nacional Demócrata. En este sentido los medios del Conglomerado que responde a los intereses del “estado profundo” mantienen desde el primer día de gobierno de Trump la difusión de una historia novelesca sobre una “Trama rusa” que ha sido artífice de colocar a un títere de Moscú nada menos que dentro de la Casa Blanca.  Según las investigaciones del anterior jefe del FBI James Comey, doce agentes rusos estuvieron involucrados en la operación de infiltración y robo de información al sistema informático electoral que comprobaba las acusaciones del partido demócrata. La respuesta de Trump a esto fue el despido de Comey y la acusación de que todo era un embuste armado por la misma Hillary Clinton.  

Además y con esta situación, los opositores demócratas no dejaron pasar esto para sugerir que sin estos recaudos, Trump sería fácilmente manipulable por Putin quien lograría obtener del “incauto” Donald Trump, más concesiones que se visualizaran en mayor repliegue estratégico de los temas centrales de la geopolítica estadounidense. Prueba de ello ya lo vienen viendo con horror los neoconservadores incrustados en el Congreso quienes han tenido que aguantar la rabia al escuchar a Trump vociferar en público estridencias como “Obama creó al ISIS”, “nosotros hemos asesinado a miles” y últimamente cuando declaro que la UE era un enemigo más de los EEUU.

Igualmente y aunque Trump haya charlado muy amistosamente con Putin, las cosas no cambiaron en los frentes conflictivos y aún se puede ver cómo tanto EEUU y la OTAN continúan con sus operaciones para tratar de desestabilizar Siria, la Península de Crimea y Venezuela. Sobre esto Vladimir Putin en estas últimas horas ha declarado que dará una respuesta simétrica y contundente a las provocaciones que viene desarrollando la OTAN en torno a las fronteras de la Federación rusa. Estas declaraciones se dan en el marco de las continuas gestiones de Bruselas y de Washington por tratar de incluir dentro de la estructura militar de la Alianza a países en el área de influencia de la Federación como Georgia y Ucrania

Al mismo tiempo Rusia ha demostrado ser un socio confiable en la construcción de una verdadera seguridad global, sin tonos grises y zonas más bien oscuras como los que –desde comienzos de siglo- presenta la política exterior de los EEUU y de cada uno de sus aliados en cada región en la que intervienen. Al mismo tiempo Putin reconoce que la UE es uno de sus más importantes socios en el comercio y especialmente en lo referente al mercado energético del gas. Tal vez uno de los temas abordados haya estado la situación de la UE y su crisis energética de la cual solo Rusia puede asistirla.


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