EN DEBATE
“ENCUENTRO EN HELSINSKI”
Qué es lo que se ha consensuado entre Trump y Putin tras la cumbre bilateral más importante de la década
Por Charles H. Slim
En los saunas de
Finlandia se llevaron a cabo uno de los encuentros clave del 2018 entre
Vladimir Putin y Donald Trump. Ambos debían tratar temas que hacen a la
seguridad internacional y en los que se hallan en un virtual impase por
situaciones clave para la paz como ser Siria, Ucrania y Venezuela, éste último
con un gran impacto sobre toda región latinoamericana.
Coincidiendo con otros análisis, dicho encuentro viene a darse en
un nuevo marco de la realidad internacional en la que ambos actores, los más
importantes e influyentes de la geopolítica, trataron de resolver los asuntos
fuera de los lineamientos que se trazaron a mitad del siglo pasado en la hoy
caduca Cumbre de Yalta.
Como no podía ser de otro modo, la reunión estuvo marcada por la
ansiedad y la expectación del resto de los gobiernos que se arremolinan en
torno a cada uno de estos grandes actores internacionales. Pero si había una
parte que tenía grandes preocupaciones por el resultado de ese encuentro ese
era el Departamento de estado y los halcones neocon que anidan en los sectores
de la inteligencia y el Pentágono.
Y es que no es un secreto que para estos sectores recalcitrantes
del ala del partido de la guerra y el caos, tienen conceptuado al primer
mandatario estadounidense como “un inútil inevitable” dado que se halla
investido como presidente de todos los estadounidenses y mientras se encuentre
en la Casa Blanca habrá que tolerar sus estridencias y estupideces siempre que
no pongan en riesgo a la Unión.
El encuentro con Vladimir Putin se dio en el marco de tensas
relaciones bilaterales especialmente basadas en las bravuconadas de Trump quien
ya venía decepcionando la seriedad de sus posturas con las acciones de
cobertura a los grupos mercenarios en Siria y la aplicación de más sanciones
contra Rusia como respaldo político a las acusaciones de Londres sobre el
supuesto involucramiento en los ataques químicos en Salsbury y Amesbury. Pero
lo que más temía el Stablishment estadounidense era que Trump se
reuniría sin la asistencia de sus asesores por lo cual, habría que rogar al
cielo que no hiciera alguna concesión o declaración que le diera a Putin
argumentos para reclamaciones posteriores.
Desde este sector del poder estadounidense se sigue tratando de
desbancar a Trump argumentando historias en base a sus supuestas conexiones con
Rusia que le ayudaron a ganar las elecciones presidenciales con una operación
de jaqueo de la inteligencia rusa al sistema informático del Comité Nacional
Demócrata. En este sentido los medios del Conglomerado que responde a los
intereses del “estado profundo” mantienen desde el primer día de gobierno de
Trump la difusión de una historia novelesca sobre una “Trama rusa” que ha sido
artífice de colocar a un títere de Moscú nada menos que dentro de la Casa
Blanca. Según las investigaciones del
anterior jefe del FBI James Comey, doce agentes rusos estuvieron involucrados
en la operación de infiltración y robo de información al sistema informático
electoral que comprobaba las acusaciones del partido demócrata. La respuesta de
Trump a esto fue el despido de Comey y la acusación de que todo era un embuste
armado por la misma Hillary Clinton.
Además y con esta situación, los opositores demócratas no dejaron
pasar esto para sugerir que sin estos recaudos, Trump sería fácilmente manipulable
por Putin quien lograría obtener del “incauto” Donald Trump, más concesiones
que se visualizaran en mayor repliegue estratégico de los temas centrales de la
geopolítica estadounidense. Prueba de ello ya lo vienen viendo con horror los
neoconservadores incrustados en el Congreso quienes han tenido que aguantar la
rabia al escuchar a Trump vociferar en público estridencias como “Obama creó al
ISIS”, “nosotros hemos asesinado a miles” y últimamente cuando declaro que la
UE era un enemigo más de los EEUU.
Igualmente y aunque Trump haya charlado muy amistosamente con
Putin, las cosas no cambiaron en los frentes conflictivos y aún se puede ver
cómo tanto EEUU y la OTAN continúan con sus operaciones para tratar de
desestabilizar Siria, la Península de Crimea y Venezuela. Sobre esto Vladimir
Putin en estas últimas horas ha declarado que dará una respuesta simétrica y
contundente a las provocaciones que viene desarrollando la OTAN en torno a las
fronteras de la Federación rusa. Estas declaraciones se dan en el marco de las
continuas gestiones de Bruselas y de Washington por tratar de incluir dentro de
la estructura militar de la Alianza a países en el área de influencia de la
Federación como Georgia y Ucrania
Al mismo tiempo Rusia ha demostrado ser un socio confiable en la
construcción de una verdadera seguridad global, sin tonos grises y zonas más
bien oscuras como los que –desde comienzos de siglo- presenta la
política exterior de los EEUU y de cada uno de sus aliados en cada región en la
que intervienen. Al mismo tiempo Putin reconoce que la UE es uno de sus más
importantes socios en el comercio y especialmente en lo referente al mercado
energético del gas. Tal vez uno de los temas abordados haya estado la situación
de la UE y su crisis energética de la cual solo Rusia puede asistirla.
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