lunes, 20 de agosto de 2018

EN DEBATE




“ARGENTINA Y LA BALCANIZACIÓN”

A medida que empeora la situación institucional económico y social del país, a modo de colchón el gobierno de Macri profundiza sus relaciones con Washington y Tel Aviv ¿Preludio del colapso?



Por Charles H. Slim
Que puede usted deducir si le digo la palabra Balcanización. Tal vez lo retrotraiga a los primeros años de la década de los noventas en una región europea, extraña para su conocimiento en un país que ya no existe y que sucumbió producto de las grietas étnicas que lo surcaban. Su denominación surgió del término Balcanes que es la región donde alguna vez existió Yugoslavia y que por una guerra civil fratricida, dejó de existir en 1991.

Pero seguramente usted se estará preguntando ¿Por qué aparece Argentina asociada a este término en el titulo de este artículo? Pues bien, la respuesta es muy clara. Porque se está desarrollando un proceso similar de disgregación político-social que además de estar siendo promovido desde ciertos sectores externos a los que el gobierno de Macri considera “amigos, podría desembocar en una crisis de mayores complicaciones que implicaría el uso de las armas.

Seguramente piense que “por qué nada de esto se ha dicho o analizado” en las tribunas mediáticas de la televisión abierta y de los medios oficiales; pues la respuesta es muy simple (y como lo hemos dicho hasta el hartazgo) ellos son pagados por la corporación de medios que responde a los mismos intereses que fomentan la nueva dinámica política del país. Y no se trata de una idea conspiranoica, de una fantasía ni mucho menos, hay detrás de todo ello, vastos intereses que más que nunca necesitan de hacerse con el control de una Argentina desmantelada, absolutamente indefensa y dispuesta a ser controlada. Un buen padre adoctrina y enseña a su hijo para que crezca con una cultura de esfuerzo y de preparación para el futuro para lo cual, le provee del alimento y educación  para que tenga fortaleza física y psíquica y el sustento necesario para que salga avante ¿Qué clase de padre sería Macri con su hija “Argentina” a la cual además de mantenerla en la ignorancia con las manipulaciones mediáticas, sacarle la comida a  una amplia mayoría de la población, baja sus defensas a lo más mínimo a riesgo de dejarla desprotegida?

El primer paso ya se ha dado. Impunidad para lo que realmente sucedió con el “ARA San Juan” y el ingreso de tropas extranjeras al país para “proteger” el próximo evento del G-20 son solo el comienzo. Y para rematar, la colaboración política que Macri está dando a los esfuerzos de los mismos enemigos de la Argentina que bregan por derrocar al gobierno de Venezuela atenta sin dudas contra el respeto a la soberanía política de aquella nación.

Nadie con un poco de sentido común puede dejarse de cuestionar esta situación y mucho más cuando el país está siendo cooptado por aquellas mismas fuerzas extranjeras que traen su propio teatro de acciones para llevar adelante sus objetivos geoestratégicos dentro del cono sur. Hay en esto, una clara irresponsabilidad del actual gobierno argentino no solo con su propio pueblo sino con todos los países de la región ya que la llegada e instalación de bases militares (y de inteligencia) operativas de EEUU e Israel, pone en el escenario, la prueba acabada del obsceno desarrollo de planes foráneos a costa de los propios intereses y seguridad de los argentinos.

En ese sentido y para justificar estos movimientos, desde los medios han hecho correr rumores (archi ridículos) sobre la supuesta presencia en el país de “ISIS” y del odiado por los sionistas “Hesbola” libanes (Partido de Dios), asociándolos convenientemente al narcotráfico. Son estos los fundamentos que usa el Ministerio de seguridad para explicar la estrecha colaboración que ha establecido con estos elementos extranjeros (muchos de ellos) con nefastos antecedentes por crímenes de guerra y lesa humanidad.

La política de seguridad de la ministra Patricia Bullrich es una hoja de ruta entregada por Tel Aviv y secundada por el Pentágono y ello no podría haberse implementado sin una directiva clara del poder ejecutivo al que representa y en especial de los círculos que lo rodean. Consecuencias de ello son la reasignación de nuevas funciones a las Fuerzas Armadas para operar en el interior junto a las “Task Force” que los norteamericanos y sus colegas israelíes dirigen  en el norte (Misiones y la Quiaca) y el sur del país (Ushuaia y Neuquén). Se puede decir con seguridad a no errar de que las cúpulas de las Fuerzas Armadas y los servicios de inteligencia argentinos han sido totalmente cooptadas por estos componentes foráneos y no discutirán ningún punto de vista que aquellos pretendan aplicar. La visita que hizo el Secretario de Defensa norteamericano General James “Mad Dog” Mattis lo dejo bien claro. Como cualquier argentino consciente de estas circunstancias y de lo que ellas pueden deparar de aquí en adelante podría decir sin error a equivocarse… “estamos fritos”. Y no es una exageración; hay suficientes fundamentos de peso para concluir de esta manera.

Por supuesto que tanto Washington, Londres como Tel Aviv no desean la desarticulación violenta del país como si lo han propiciado en los estados árabes del Medio Oriente (y como lo intentan en Irán) ya que, es imprescindible para ellos que el territorio permanezca como el vergel del cono sur de donde obtendrán magnificas ganancias a costa de una clase política, empresarial y periodística obsecuentemente traidora a los verdaderos intereses nacionales. Para ello han estado profundizando mediante trascendidos lanzados por la CIA y el Mossad israelí de que “Hesbollah y el ISIS operan en la Triple Frontera”, un argumento a todas luces inverosímil y antinatural (por las razones que muchas veces hemos explicado), pero útil para sembrar el miedo en una sociedad acostumbradamente timorata y pusilánime.  

Con aquel argumento y esgrimiendo el miedo al “terrorismo islamista” –una farsa monumental creada por dichas agencias de inteligencia- pretenden profundizar sus actividades en la seguridad interior del país y la región, agregando como condimento extra “el peligro del régimen de Maduro”. Será mediante estos embustes como intentaran llevar a la esclavitud voluntaria de sus habitantes.

El proceso ha comenzado hace muchos años y pese al sistemático ocultamiento ejercitado por los medios y la colaboración de todos los gobiernos argentinos, hoy se sabe que soldados israelíes exploran la Patagonia argentina en misión de topografíar y documentar las mejores tierras pudiendo incluso moverse muy cómodamente, en las tierras del sionista británico Joe Lewis. Como esto se masifico, Tel Aviv por intermedio de su embajada en Buenos Aires y mediante las agrupaciones  sionistas locales (DAIA y la OSA) enmascararon estas incursiones mediante la creación de una ONG que a forma de máscara de cartón denominada “Mochileros sin fronteras”, haría más discretas y menos controversiales las exploraciones de estos soldados israelíes.

A esta de por sí anómala situación se agrega la imperante realidad en la que Macri ha sumido a su país. Gracias a su alineamiento, la 4º Flota de los EEUU y los cuerpos de “Marines” tienen su apoyatura tanto en Malvinas como en el propio continente cerrando así un importante dedal estratégico en el Atlántico sur. Y si eso no bastara, la llegada de tropas estadounidenses a la Patagonia camufladas como gendarmes argentinos, dan indicios graves de lo que se está cocinando. Sobre esto último, la imponente y muy bien situada pista de la estancia de Lewis a pocos kilómetros de Sierra Grande, sirve como puerta de entrada del equipo aerotransportado en el cual han llegado equipo y casi un centenar de norteamericanos disfrazados de oficiales argentinos.

Con todos estos elementos en danza y la inestabilidad en la que actualmente se sacude el país, muchos olfatean que algo grande puede suceder y por supuesto, nada bueno para Argentina.



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