miércoles, 13 de mayo de 2020


“ESPERANDO EL PICO”
Los casi sesenta días de un confinamiento obligatorio que han arruinado a la ya famélica economía argentina al parecer no son suficientes y se hace necesario implementar nuevos argumentos para que esta situación no se corte ¿Cuánto más se paralizara al país?


Por Charles H. Slim
En Argentina el impacto económico que ha causado el confinamiento obligatorio de la población por la pandemia de COVID-19, augura una severa crisis luego de salir de la actual. Pero más allá de las exageraciones mediaticas y los comentarios de los expertos en “Todología” que pululan por la TV capitalina tratando de crear una psicosis que retroalimente el control ciudadano mutuo a favor del estado, la existencia del virus es real.

Hay un persistente –y deliberado- mensaje de que “aún no ha llegado lo peor” por medio del cual se trata de inmovilizar aún más la ya deprimida economía del país que comienza a evidenciar consecuencias irremisibles. Y pese a que las estadísticas no acompañan a las crónicas de terror que vocean los medios, el esfuerzo no cede. La tan nombrada “circulación del virus” que –según las mismas cifras publicadas- no mata más que lo que demuestra la estadística de muertos por accidentes automovilísticos, es la excusa para continuar paralizando el deteriorado sistema productivo que sin dudas, terminara siendo exterminado ¿A quiénes creen que beneficia esto?
El COVID-19 demuestra ser letal contra organismos inmunodeprimidos que se hallan en sectores bien determinados de la población lo que hace presumir una selectividad muy peculiar y nada natural en el comportamiento de este virus, entonces ¿Acaso es un virus genéticamente programado? Como sea, en las últimas horas el mismo ministro de salud argentino Gines Gonzalez, ante estas caprichosas características, ha explicitado su incertidumbre ante lo que puede suceder en un plazo inmediato.

Ello ya causando sus primeras consecuencias sobre la salud mental de una buena parte de la población.  Como era previsible, la economía ha sufrido un golpe fatal y la devaluación de la moneda producto del aumento del dólar revela un descontrol en el aumento de precios. Sumado a ello, la inconsecuencia gubernamental en obligar a la población a permanecer confinada, que les impide ganarse el sustento, le sigue cobrando e incluso, creando más impuestos para mantener a la clase política –además de haberse aumentado sus dietas- que se enquista en un estado que no ha reducido sus gastos.

Pero a pesar de ello, esto recién comienza y peor aún, lo que esta por venir será bastante duro de procesar. El gobierno no ha contado toda  la verdad sobre de que se trata el COVID-19 y ello es el gran peligro para la seguridad sanitaria. Para tapar esta omisión las autoridades políticas y sanitarias argentinas (con la OMS a la cabeza) han convertido la situación en un folklore mediático de “buenos y malos” (quienes cumplen y no la cuarentena), de “guerreros” (los médicos) en una cruzada contra una entidad maligna (el virus), que se asemeja a una novela dramática. Suficientes elementos de ésta mitología, que bien amplificados y masificados por los medios adeptos al Establishment global, persiguen asustar a la población de a pie y sembrar en ella la culpa en cada uno de sus miembros. 

El poder político siempre se ha sustentado en los medios y periodistas de oportunidad quienes a su vez, han cooperado con gusto ya de ello –obviamente- obtienen reditos. En las actuales circunstancias se ha incorporado un tercer actor como son los médicos o más precisamente los “virólogos” quienes son presentados  como los sabios de la verdad revelada o al menos, eso es lo que los medios pretenden vender.

Pero la sociedad global es un poco más lista de lo que lo fue en otras épocas. Para mal de los poderes establecidos (incluyendo a  la Corporación de medios) y de los actuales actores que protagonizan la novela de la “pandemia”, no existen en el grado deseado la apatía y el conformismo de esas masas informes e ignorantes –del Hombre masa- del siglo pasado que podían arrastrarse con liderazgos nefastos de los “ismos” (Socialismo, Comunismo, Capitalismo, Sionismo) paridos por la filosofía política europea en los siglos XIX y XX (Ortega y Gasset).

Suponemos que en Argentina también hay un amplio espectro de voluntades criticas –por fuera de la feria negocial de los medios Corporativos- que no se tragan las argucias de su gobierno y del circo de medios que les sostienen.

En nombre de un virus que por las formas de informar, tiene una letalidad infalible, se ha obligado a los ciudadanos argentinos a ceder sus derechos civiles y patrimoniales sin una explicación clara y amplia sobre de que se trata y como se extendió el COVID-19 ¿Hay alguien en Argentina que este a la altura de estas  circunstancias?  No lo creo ya que el gobierno responde a los mismos intereses trasnacionales que Mauricio Macri inserto en el país durante sus cuatro años de gobierno. Los discursos y las poses de Fernández son solo imposturas y "acting" para el público.

De este modo no es raro ver como ningún medio debate a profundidad de dónde vino esta pandemia y cuál es su fuente real. Mucho menos, que finalidades persigue político-económico y quiénes son los beneficiarios de esta política de confinamiento indefinido.

En los medios argentinos no se nombran y mucho menos se desarrollan  temáticas que puedan complicar sus intereses. Aquí no ningún periodista o “politólogo” explicara al aire que son los “Cinco ojos”[1] y cuáles son sus tareas de alcance global o que papel juegan las trasnacionales como Gilead Science[2] y los “Think Tank” neoconservadores como la American Enterprise Institute (AEI) y la New Atlantic Initiative (NAI) en el desarrollo de estas políticas aislacionistas que trearan beneficios a y solo a las grandes corporaciones financieras ligadas al Big Pharma.

Para distraer, los medios se centran en lo local y además del temor, también buscan convencer  sobre soluciones aportadas por  personajes provenientes del exterior. El caso de Bill Gates y su Fundación es uno de ellos.

Tratar de excusar las actividades y comentarios de Bill Gates como el producto de la “predicción”, es tomar por idiotas a las poblaciones del mundo. Gates además de no ser un filántropo como lo describen los obsecuentes que nunca faltan por estos lugares, es un eugenista que mediante Naciones Unidas, promueve el aborto y la reducción poblacional mediante planes de vacunación.  El “Evento 201” referido a una  simulación sobre una situación como la actual realizado en 2019 a puertas cerradas en la Fundación Gates, ha dejado muchas preguntas sin responder.

Su vinculación con los programas de investigación gubernamental como DARPA[3] son inquietantes ya que en algunos de ellos (con financiamiento federal)  se refieren precisamente a la implantación de nanotecnología mediante vacunas en cada habitante del planeta con finalidades de ejercer un control total ¿Acaso en Argentina existe algun estudio científico sobre estos desarrollos? Olvidense. Además que sus estructuras de defensa son inexistentes, todos aquí están comprados.

El cuento de la “sopa de murciélago de Wuhan” (divulgado por CNN y medios afines al Departamento de Estado) ya no convence a nadie y es por ello que ya no se usa para tratar de culpar al gobierno chino de esta pandemia. Agregado a esto, tampoco convencen las predicciones del virólogo británico Neil Ferguson de Imperial College que además de estar repletas de errores e imprecisiones muy bien documentadas, ha sido el modelo adoptado por la mayoría de los países europeos  incluyendo a la Argentina. Si estos gobiernos siguen guiándose por este modelo, es claro que con seguridad habrá un gran daño a las economías nacionales de los países que lo implementan.

Desde hace unos días, los médicos del sistema están haciendo incapie en que “la pandemia aún no ha llegado” intentando reforzar la psicosis colectiva que sostenga el confinamiento obligatorio y justifique la aberración constitucional de la suma del poder público en cabeza del presidente Fernández.

Incluso se ha estado denunciando que muchos de los fallecidos que se agregan a las listas de estadísticas de muertos por COVID-19, fallecieron de otras causas.  Y como ello se ha estado ventilando por diversos medios alternativos, el miedo al “pico que esta por venir” o repetitivos comentarios como “lo peor aún está por llegar”, es fundamental para sostener el poder estatal de facto que impida la libre circulación.

Si esto no era suficiente, la pretensión de imponer un Software en los teléfonos celulares para hacer un “Tracking” de la posición geográfica de cada ciudadano bajo la excusa de conocer su situación de salud, es una medida claramente invasiva de la libertad y la intimidad de cada persona que no se aligera con la supuesta temporalidad de esta recopilación de datos. Y aunque este espionaje ya se venía realizando con aplicaciones y tecnologías importadas de Israel, aquello sería avalar estos delitos contra la intimidad.
  




[1] Organización que refiere a una alianza de inteligencia global compuesta por Australia, New Zelanda, Gran Bretaña, Canadá y EEUU
[2] Trasnacional farmaceutica cuyo president es el ex Secretario de Estado Donald Rumself
[3] Defense Advanced Research Projects Agency. En español “Agencias de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa”.

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