miércoles, 26 de enero de 2022

 

“LA HORA DEL DESARROLLO”

Mientras la suerte de la Argentina pende de un acuerdo con el FMI y de profundos cambios estructurales en su forma de gastar la puerta para el desarrollo se halla de espalda de los argentinos


Por Javier B. Dal

Desde hace 39 años hasta esta parte que la Argentina solo es noticia por sus tras pies económicos y financieros que sus políticos y algunos psicópatas del mundo económico local pretenden dar como ejemplo del ingenio argento.

Durante todo este tiempo y remozado mediante debates y discusiones estériles, la población, los ciudadanos de pie que se levantan temprano para ganarse el mango e incluso los serviles empleados públicos de las categorías más bajas, han visto como año a año su capacidad adquisitiva se degrada, se degradan las instituciones (como ser el poder judicial), el estado se vuelve más burocrático y cínico en su administración sin que esto pareciera tener un final.

Para peor, quienes debieran explicar todo esto solo aprovechan sus apariciones en los medios (empresas al servicio del poder de turno) para hacer gala de sus conocimientos de finanzas y macro economía, como si los ciudadanos que están en sus casas pudieran entender o les interesase saber lo que sus amigos en Wall Street o en Londres piensan del país. En resumen, lo que tenemos como resultado es una interminable discusión entre charlatanes.

Argentina es un sinsentido con mucho potencial. Con una superficie de 3.750.000 kilómetros cuadrados apenas tiene 44 millones de habitantes que en su gran mayoría se arrinconan en la provincia de Buenos Aires dejando un gran espacio territorial sin más desarrollo que lo que cada provincia produce. Su capital en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (desde donde se maneja al país), con 203 kilómetros cuadrados debe ser la jurisdicción con más abogados y economistas por metro cuadrado, pero pese a ello la justicia no mejora y la economía siguen sumida en un cataclismo.  Algo que tienen en común es que una gran parte de ellos siempre están mirando hacia el norte (con sus viajes a Miami y New York) y más allá del océano (a Europa e Israel) embelesados por su forma de vida creyendo que allí estaría la solución a problemas que han sido creados dentro del país por los mismos argentinos.

¿Qué es lo que ha fallado y sigue fallando en la mentalidad argenta? A diferencia de otras latitudes, el territorio argentino no tiene los dilemas que poseen la mayoría de otros estados con grandes extensiones de tierra donde hay diversidad étnica, religiosa y cultural que suele chocar con las administraciones en sus capitales políticas. A pesar de ello, estos ejemplos no detienen sus planificaciones de desarrollo interno con proyección de impulsarlo en un futuro hacia afuera por el simple motivo de que saben a dónde van y cuentan con una planificación para ello.

Claramente hay en la conducción política una falta de decisión para generar una hoja de ruta para un progreso sostenido en el tiempo.

Y mientras los políticos y la elite argenta miran hacia esos lugares e incluso donde llevan sus capitales, la Patagonia solo es vista de reojo como una plaza meramente turística pero nada más.

Con un territorio patagónico inmenso con capacidades de desarrollo propio inimaginables podemos intuir que hay en la clase representante una falta de visión de futuro imposible de entender. Tal vez los argentinos debieran recordar que ese territorio lo lograron conquistar (entre 1878 a 1885) gracias a visionarios como Julio Argentino Roca quien -a diferencia de los políticos contemporáneos- no tuvo problemas en ponerse en polvorosa y marchar con sus tropas a conquistar esas latitudes. Después de aquello, el joven estado argentino (nacido en 1853) detuvo su política de desarrollo y bajo una burguesía agro ganadera exportadora embelesada por los buenos negocios con Gran Bretaña se contentó con su mera tenencia.

Cuantas veces hemos dicho que las clases gobernantes en vez de realizar políticas de estado, se avocan más bien a políticas partidarias poniendo a la infraestructura del estado como una cartelera de su partido. Con ello, se van los recursos y el material que podría ser invertido en el desarrollo de estas potencialidades siendo una de ellas la Patagonia.

Si bien hay una creciente conflictividad con grupos que se autodenominan “Mapuches” (Araucanos originarios de Chile), la intensidad y el alcance de estos no puede compararse con las diversidades y complejidades que por ejemplo deben enfrentar países como China (con 56 grupos étnicos) o Rusia (con 193 grupos étnicos) que mantienen amplios espacios territoriales con una multiplicidad de realidades culturales y religiosos que muchas veces chocan con las políticas estatales pero que no detienen el progreso de la nación. En Argentina eso no pasa ¿Qué falla entonces?

La respuesta a esto pareciera ser, una total falta de aptitud política y desinterés estratégico que (además de desmontar áreas estratégicas del estado nacional como las líneas férreas y la defensa) llevó entre otras cuestiones a una total desindustrialización que se consolidaría tras la derrota de la guerra de 1982 y que perpetuada por el gobierno radical de Raúl Ricardo Alfonsín,  fue rubricada en los humillantes Tratados de Madrid I y II de 1990 firmados con Gran Bretaña por la administración peronista de Carlos Menem.

Con esto, el dinero proveniente de las plazas anglosajonas se fue inyectando a las cuentas de políticos y representantes corruptos del sistema quienes fueron y siguen siendo los encargados de mantener este Status Quo que solo aspira a una república provisora de servicios y materias primas. Para ello, solo basta una elite de políticos serviles que (con medios adeptos al poder global) no vean más allá de sus narices y que (con la cooperación de los medios) mantengan a la población sumida en la contingencia cotidiana.

En esto no hay distinciones ideológicas ya que el hoy por hoy llamado “peronismo” y la oposición (de liberales anglófilos, advenedizos y falsos libertarios) son contestes en no salirse del marco que limita al progreso del país.

A esto hay que agregar, la vieja costumbre de esperar que “otros” (empresas extranjeras o incluso gobiernos) vengan a invertir y que ellos lo hagan. Para cualquier estadista o un estado con representantes serios que tiene una planificación estratégica con visión de progreso para sus habitantes eso es un cuchillo de doble filo y que a pesar de que en Argentina ya se han cortado varias veces, no parecen entenderlo. Pero el incentivo que mueve a esta forma de pensar es la industria de la tercerización en la que los políticos han convertido en un fabuloso negocio para que cualquiera sin importar que es lo que pretenda, se instale en el país bajo el argumento de la inversión y el desarrollo. De esta forma, emprendimientos mineros han logrado hacerse con enormes extensiones de territorio (que abarcan a más de una provincia) que además de explotarlos sin control del estado y de causar severos daños en el medio ambiente, se rigen por sus propias leyes desconociendo a las del anfitrión (un estado dentro de otro estado).

La Patagonia es un espacio vacío vital que debe desarrollarse y que el gobierno federal debiera tener como política estratégica para un futuro inmediato. Todo está para hacerse allí (acueductos, centrales eléctricas, carreteras, vías férreas, nuevas ciudades, aeropuertos etc) , hay un ejército de desocupados tan solo en la provincia de Buenos Aires posible de movilizar, si los recursos se administran de forma concienzuda y honesta puede llevarse adelante una gran obra de infraestructura tendiente a colonizarla y a resolver los problemas que aún subyacen para las poblaciones existentes.

El momento no podría ser más oportuno, aunque es cierto que el gobierno federal debería tener un activo político y la decisión que en realidad carece. Ante todo debería deshacerse de los condicionamientos externos de los que sufre no tanto por imposición sino por acostumbramiento. Pero para que ello pudiese llevarse adelante la pregunta sería ¿Habrá en manos del gobierno alguna planificación o al menos bosquejos de un emprendimiento semejante?

 

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