“PAX
RUSSICA”
¿Hay
en marcha una nueva era en la geopolítica global?,¿Es Rusia la protagonista de
ella?
Por Charles H. Slim
Igualmente, no significa que abandonen sus planes. La
Casa Blanca parece haber establecido nuevas proyecciones y enfoques
estratégicos para enfrentar el irrefrenable avance de China y Rusia tanto a
nivel global como sobre la región. Mientras busca ampliar con AUKUS una
política de contención marítima sobre China parece haber decidido regresar a
Latino américa para recuperar los espacios perdidos y tratar de frenar los
avances de estos actores orientales.
También participan en estos planes sus aliados de la
OTAN quienes ya operan en Colombia y en particular Gran Bretaña e Israel, éste
último bajo el argumento de que “Irán tiene un pie en Venezuela y Bolivia” o de
que el “Hesbollah libanés está en la Triple Frontera entre Argentina, Paraguay
y el Brasil. Sobre esto último la
agitación mediática y de propaganda de los activistas sionistas del cono sur (especialmente
del Río de la Plata) es repetitiva usando los ataques terroristas de 1992 y
1994 en Buenos Aires como muletilla para acusar -sin fundamentos ni pruebas-
a Irán y a la resistencia islámica chiita de ello.
En lo que hace a las intenciones de Washington por
retomar sus plazas en la región, las señales son preocupantes dada las visitas
sorpresa de funcionarios norteamericanos a varios países de la región tratando
de revincularlos a la política norteamericana insuflando temores sobre el
avance (como difunden los anglófilos argentos) “de las autocracias” orientales.
Esto sin dudas forma parte del desastre en Afganistán,
pero también es en respuesta al fracaso de EEUU en Siria y el deterioro que está
teniendo en Iraq, donde además de la población, son los mismos funcionarios que
anteriormente prestaron colaboración durante la ocupación hoy están planteando
ante el Parlamento su inmediata salida del país a riesgo de unirse con las
organizaciones de la resistencia chiita como las “Hasheed Al Shaa´bi” y otras
que están en contra del gobierno.
Y sin dudas que Rusia ha sido el factor preponderante
para este fracaso ya que fue su intervención lo que ha propiciado desenmascarar
y desmantelar el gran engaño que representó la agresión contra Siria disfrazada
por los medios occidentales de guerra civil y la escenificada aparición del
“Daesh”, una elaboración de la inteligencia estadounidense e israelí que tras
intentarla reeditar malogradamente en Afganistán (ISIS-Khorasán), hoy por hoy
EEUU trata de encubrir de forma desesperada.
Sobre esto último, se han estado ventilando los
testimonios de muchos prisioneros del “Daesh” quienes han informado incluso por
programas de televisión en Siria como colaboraban con los estadounidenses
acatando ordenes como las de atacar al ejército sirio en sitios estratégicos
como la Base aérea de Tiyas en Palmira y las guarniciones que custodiaban los
yacimientos de gas de Shaer y los campos petrolíferos de la región. Hoy por hoy
Washington trata de terminar con estas inconvenientes filtraciones tratando de
deshacerse de estos testigos y cambiando de lugar a las familias de estos ex
Daesh.
Pero Rusia mucho antes de estas confesiones y
filtraciones informativas había descubierto el engaño de esta organización
cuando puso en evidencia como los estadounidenses protegían los convoyes de camiones
con petróleo robado por el “Daesh” que cruzaban las fronteras de Iraq y Siria
rumbo a Turquía donde las mafias comandadas por los hijos de Erdogan y sus
socios israelíes lo revendían para ser enviado a Europa. Ante estas evidencias
la intervención rusa en Siria, en apoyo a un gobierno legítimo dio el sustento
legal y moral para que sus fuerzas pisaran firme en el terreno.
En lo político Vladimir Putin obtuvo un logro personal
invalorable y geopolíticamente un triunfo estratégico para Rusia que se
extiende a todo el Medio Oriente ampliado. Y los efectos de ello fueron
inmediatos. El presidente sirio Bashar Al Assad sigue en el poder por un apoyo
mayoritario de su población y la nación árabe ha sobrevivido al complot. Arabia
Saudita (parte en esto) que había sido el socio árabe estelar de Washington y
un dependiente a pie juntilla de su armamento y equipamiento desde el giro en
el terreno sirio, ha cambiado sus preferencias por los productos de la
industria armamentística rusa llevando a que se produjeran fuertes discusiones
y la furia en los círculos de la defensa estadounidense. Igualmente, la Casa Real
no suelta del todo la mano a Washington manteniendo al mismo tiempo una
discutida relación con Israel.
Con referencia a Israel y su doble papel en la guerra
entre Armenia y Azerbaiyán en 2020 (como surtidor de armamento a Bakú su conexión
con los separatistas armenios en Nagorno Karabaj con la finalidad de filtrarse en la
región), la intercesión y mediación de Moscú influyó en el final de las
hostilidades algo que fue crucial para que no hubiera una escalada regional y
al mismo tiempo moderar las ambiciones de Turquía.
En este sentido Rusia es el impulsor de una coordinada
cooperación en seguridad con China que se suma la ya preexistente cooperación regional
común mediante la OTSC que como hoy estamos viendo prevé ampliar sus miembros
con la entrada de Irán, algo que está causando rispideces con Azerbaiyán (que
mantiene negocios de armamentos con Israel). En cierto sentido permitir el
acceso a Tel Aviv a la región, es algo que Teherán tiene razón en reprochar
atendiendo al interés israelí por frenar su desarrollo nuclear. Tal vez sea por
ello que está estrechando sus relaciones con Armenia.
Turquía, el patito feo de la OTAN y un socio
fundamental para el despliegue del embuste yihadista también giro ciento
ochenta grados en su posicionamiento respecto a Washington cuando tras el
fallido intento en 2015 de amedrentar a Moscú para que abandonara Siria, la CIA
en julio de 2016 monto junto a los partidarios kemalistas de las Fuerzas
Armadas un intento de asesinato contra el primer ministro Recep Tiyip Erdogan
que culminó con un fallido golpe de estado. A partir de entonces Ankara se
acercó a Moscú no solo para pedir perdón por aquella estupidez sino también
para la adquisición de los modernos sistemas antiaéreos “S-400” relegando a los
equipamientos estadounidenses.
Actualmente las conversaciones entre Turquía y Rusia
para ampliar las adquisiciones de productos de la defensa parecen fructíferos.
Hace una semana tras el encuentro entre Putin y Erdogan en el balneario de
Sochi en el Mar Negro, habrían llegado a un acuerdo preliminar para surtir a
Turquía de la tecnología aeroespacial rusa para construir motores para aviones
de combate, submarinos y buques. Otra área en la que Rusia está proporcionando
desarrollo tecnológico es en el área de la energía atómica con la construcción
del primer reactor turco y el planeamiento de otros en los próximos años.
Iraq, por donde comenzó todo este -planificado- proceso
de desmembramiento del Medio Oriente y el más castigado por trece años de
embargo (1991-2003), una brutal invasión (2003) y la subsiguiente ocupación por
ocho años ha mutado a extremos tales que el actual archi corrupto régimen
colaboracionista (ante las evidencias de la complicidad estadounidense con la
aparición del ISIS en 2014) no puede sostener más su presencia en el país. Al
mismo tiempo, Washington mantuvo desarmadas a sus FFAA reduciéndolo a un mero
estado policial (dedicada a reprimir a la disidencia interna) sin Fuerza Aérea
ni el equipamiento acorde para poder prevenir situaciones como son las
intrusiones de Drones o aviones israelíes para ejecutar acciones como fueron el
asesinato de Qassem Soleimani y Al Mahi Al Muhandis o los ataques contra las
bases de la resistencia islámica en la frontera con Siria. La manifiesta intención
de Bagdad por adquirir sistemas “S-300” de origen ruso es una evidencia de un
hartazgo en (pese a las amenazas de sanciones por Washington) no tolerar más
este doble rasero estadounidense.
Como se puede ver, la influencia de Rusia ha crecido
de forma notable y avizora (pese a los obstáculos que tendrá) ir más allá de Eurasia
y pareciera que va enfilándose a ser la regla para mantener un estado de cosas
nuevo que obviamente no será fácil de administrar y mantener.