sábado, 15 de enero de 2022

 

“PENINSULA DE FUEGO”

¿Por qué Joe Biden no puede despegar a los EEUU de su injerencia en la guerra contra el Yemen?

 

Por Charles H. Slim

Para quienes no olvidamos las promesas de campaña del actual presidente estadounidense, detener la guerra en Yemen era una de ellas ¿Y por qué Biden se había comprometido a ello? Simplemente porque Washington en medio de la administración de Obama había tenido mucho que ver con envalentonar y apoyar a Riad para lanzar su intervención en 2015 que según los cerebros del Pentágono, sería rápida y aplastante.

Uno de los objetivos a conseguir sería la de controlar el estrecho de “Bab Al Mandab” que une el Mar Rojo y el Golfo de Adén, una ruta estratégica para el comercio marítimo global tan importante que China tiene en Dijbuti una base naval de vigilancia permanente, algo que fastidia a Washington.  

Pero como se puede ver, los pronósticos fallaron y lo único que acertaron a medias fue lo aplastante, pero para los sauditas y sus aliados que han sido seriamente vapuleados por las escurridizas guerrillas “Houties”. Esto ha trastocado los intereses de Washington que están viendo cómo se les escurre de las manos la poca influencia geopolítica que por intermedio de la Casa Blanca tienen en la región y en especial con Arabia Saudita que ha venido tomando un notorio acercamiento con Rusia.

Las promesas de los estrategas militares de que la guerra sería breve y no traería consecuencias negativas para La Casa Blanca cayeron en saco roto. Esto es algo que no sorprende a quienes conocen los entretelones de la burocracia del Departamento de Defensa y del Pentágono que se han vuelto tan políticos como a quienes asesoran. En parte fueron los mismos que habían pronosticado que Iraq sería rápidamente controlada y que la guerra en Afganistán no duraría mucho y en ambos casos fueron guerras que no acabaron nunca.

Así es que la preocupación por la paz, la destrucción que estaba causando un estado paria como el saudita, que durante la era Trump se profundizo la asistencia militar (y en inteligencia con el asunto Kashoggi) y el sufrimiento que ha causado con una guerra que no parece terminar nunca, se han ido al caño por el hecho de que, Biden necesita recuperar puntos en su corta pero muy desgastada gestión.

En ese plan y para tratar de recuperar la confianza de Mohamed Ben Salman (MBS) la administración de Biden ha continuado con el suministro de armamento sofisticado (misiles) a Riad bajo el pretexto bastante increíble de que los milicianos “Houties” reciben de Irán, un considerable apoyo en armas. Si bien es cierto de que Teherán proporciona apoyo político y militar a los “Houties” (ya que de no ser así, serían exterminados), en lo que hace a lo armamentístico no va más allá de embarques de fusiles AK-47, medio millar de municiones y los veteranos lanza cohetes RPG-7 que no tienen más precisión y guía que un buen pulso en su operador.

A contrario de esto, EEUU provee a Riad misiles aire-aire y aire tierra con los cuales lleva adelante bombardeos sobre enclaves urbanos. Otra de las provisiones más costosas son los Drones de inteligencia y de ataque que suelen ser derribados por los “Houties”. Pero también se conoce la presencia de grupos especiales y mercenarios de empresas privadas estadounidenses, quienes contratados como mano de obra tercerizada, trabajan codo a codo con células de “Al Qaeda” y obviamente con los regulares del ejército saudita.

Pero lo más preocupante de esta asistencia “convencional”, es la comprobada provisión de bombas con Uranio empobrecido y de dispositivos nucleares tácticos que lanzados desde los cazas sauditas provocan pequeñas detonaciones nucleares controladas con terribles efectos sobre la población. En la provisión de estos últimos ingenios están también sospechados los israelíes quienes desde un tiempo hasta aquí han blanqueado su alianza que mantenían en secreto con Arabia Saudita.

Con esta nueva inconsecuencia, Biden queda como un verdadero mentiroso y complica a los EEUU en una realidad humanitaria desesperante producto de las bestialidades y la saña con la que Riad (por intermedio de estas implicancias) castiga a la población yemení. La hambruna, la falta de agua potable y medicamentos por el embargo que se impone al país árabe recuerda aquellas desesperantes jornadas en que los EEUU y Gran Bretaña entre 1991 a 2003 bloqueaban por tierra, mar y aire a Iraq llegando a causar por falta de medicinas y comida la muerte lenta y agonizante de más de 500.000 niños.

Tal vez Biden tenía sinceras intensiones de terminar con esta guerra ya que, no sería nada bueno para los EEUU que la guerra en el Yemen termine extendiéndose de forma indefinida como Afganistán. Pero dentro de EEUU y más precisamente en el Congreso están los lobbies que presionan para que continúe esta situación. Casualmente son los mismos que inspiraron la “la guerra preventiva” tras la bandera falsa del 11/S y que el ex funcionario del Consejo de Derechos Humanos de la ONU Richard Falk denunció en abril de 2008.

Pero más allá de estos instigadores caseros ¿Quién si se beneficiaría con un escenario así? Así es, usted lo adivino. Israel es quien sacaría mucha ventaja en mantener un caos regional que además de servirle para mantener cautivos a sus socios árabes del golfo (monarquías) y adquirir nuevos clientes para su mercado de armas para usarlas contra los grupos pro-iraníes, le permitiría seguir operando de forma encubierta en el Cuerno de África donde por medio de su inteligencia está promoviendo la inestabilidad en especial contra Sudán y Eritrea.

Para lograr margen de maniobra, Tel Aviv sigue necesitando de EEUU y es por ello que su dependencia aumenta a medida que aumentan sus ambiciones expansionistas.

Sobre esto no hay que perder de vista que se ha oficializado el apoyo de AIPAC a los candidatos presidenciales que sostengan la política del estado de Israel sin importar las consecuencias que ella traiga. El incentivo más poderoso con el que cuentan es sin dudas el dinerario y el del manejo de una gran parte del espectro de medios en los EEUU. También no debe perderse de vista que esta organización y otras de similar naturaleza, además de estos apoyos, trabajan para sabotear a quienes no apoyen al estado de Israel o tan solo se atrevan a cuestionarlo. Como se podrá intuir, poco de democrático hay en estas “instituciones”.

Aún hay margen para enderezar el camino y sacar a los EEUU de todo esto. El problema es que Biden no es un presidente joven y con la energía suficiente para poder soportar las presiones que le imprimen los sectores que bregan por la “israelización” de la política exterior. El tiempo ciertamente no es su aliado. Su salud no es óptima y ello podría obligarlo en algún momento a salir de escena de forma permanente y en su reemplazo asumiría Kamala Harris quien por lo que sabemos, de carácter maleable y una obsecuente más de estos sectores  hará a pie juntillas lo que la agenda neoconservadora le marque que es lo mismo que decir, lo que Tel Aviv le sugiera.

jueves, 13 de enero de 2022

 

“¿QUIEN DIRIGE LA POLITICA EXTERIOR ARGENTINA?”

La asunción del presidente Daniel Ortega en Nicaragua fue la oportunidad para que los sionistas en Buenos Aires movilicen la agenda política de Tel Aviv en la región. Cuando la verdad es lo último que se busca

Por Pepe Beru

La asunción del presidente Daniel Ortega llevada a cabo el 10 de enero pasado en Nicaragua además de molestar al Departamento de Estado norteamericano, removió las tripas de sus partidarios y obsecuentes acólitos en el resto de la región y particular en la Argentina donde se agrega el plus de ser el polo de actividad sionista más influyente del sur del continente.

¿Qué son los sionistas? Son quienes militan el sionismo, una ideología basado en el nacionalismo judío fundado por el periodista Austro Húngaro Theodor Herzl en el siglo XIX, piedra angular del actual estado de Israel. Sus partidarios no necesariamente son judíos y en EEUU sus partidarios se agrupan en influyentes lobbies como AIPAC. Su espectro interpretativo se extiende de derecha a izquierda. En Argentina no alcanzan el grado de influencia de sus colegas norteamericanos, pero comparten la misma visión de justificar todas las acciones políticas, militares y criminales tendientes a mantenerlo y a extenderlo a costa de los territorios árabes.

Tanto los liberales anglófilos (camuflados con el pomposo rotulo de republicanos populares) como los sionistas (judíos y no judíos) comparten su odio -además de a los árabes y musulmanes- a quienes (como Venezuela y Nicaragua) van a contra mano de las políticas de Washington y Londres. Son parte del activo regional de la política de relaciones públicas de Israel y como tal, juegan su rol en los medios. Además de islamófobos y racistas consumados con un extenso prontuario en su haber, al mismo tiempo (y como no podía ser de otra forma) respaldan la estabilidad de Israel, un estado policial, colonialista y de “Apartheid”[1] que usa todo su poderío militar contra la población árabe-palestina que sin ese inestimable apoyo norteamericano (en dinero, cobertura política y armamento) sería inviable.

La particular aversión a los iraníes tiene su historia. Irán desde 1979 no ha cesado su apoyo a la causa palestina y eso no agrada a Israel y a sus seguidores. Para peor y con el paso de los años (y tras la destrucción de Iraq) la república islámica se ha convertido en un actor regional con peso propio y eso representa un serio obstáculo para las ambiciones geopolíticas israelíes.

Fue así como la presencia del canciller iraní Mohsen Rezai en la ceremonia de asunción de mando de Ortega ambas tribus volvieron a coincidir en su discurso distorsivo y claramente odioso alegando (con una impostada seguridad de verdad) que dicho funcionario es uno de los “autores” del atentado de la AMIA de 1994 cuando aún al día de hoy (y salvo por los nada creíbles informes de inteligencia a los que el fiscal Alberto Nisman se aferraba) no hay pruebas concretas y verificables que conecten ese ataque con la pista iraní. Igualmente, la presión que ejerce este sector de lobistas mediáticos que utiliza seguido el artificioso latiguillo del “antisemitismo” para bloquear críticas y condenas por los crímenes del estado al que defienden, no pasa inadvertido.

En el país su activismo es muy fuerte y aunque la acusación contra Irán no sea real, repetir hasta el hartazgo algo que no es veraz es una de las tácticas más comunes en la política de relaciones públicas con las que Israel siempre ha tratado de justificarse ante el mundo. Para ellos, la culpa la tienen los otros y parece paradójico que sean tan estrictos y esmerados en ejecutar las tácticas de propaganda que ideo Goebbels[2].

En este marco, el gobierno de Alberto Fernández no brilla por su poder o determinación política ni mucho menos por su cohesión ideológica ante los asuntos exteriores y ello lo hace visiblemente débil ante estas presiones por lo cual, ante la oleada de cuestionamientos de aquellos sectores debió sacar en forma presurosa un comunicado oficial repudiando la presencia del funcionario iraní en Nicaragua.

Según los vehementes voceros mediáticos (empleados) de estos sectores racistas, el funcionario Mohsen Rezai es uno de los “autores del atentado”, uno de los funcionarios que cuenta con una “alerta roja” de la Interpol para ser arrestado si se halla fuera de Irán. A pesar de la vehemencia con la que estos periodistas claman esta versión hay cuestiones en este relato que no se explican. Las actuales notificaciones rojas no contemplan a ningún funcionario iraní[3]. Pero si ello fuera realmente así ¿Por qué la interpol que tiene informantes y fuentes de agencias de inteligencia de todas partes (incluidos a los israelíes), no lo siguió y monto un operativo para arrestarlo?

Como se dice por acá “esto huele a pescado podrido” y huele peor por la antigüedad de su podredumbre que ya lleva 27 años. Es por ello que las descaradas afirmaciones que tratan de reforzar la hipotesis del fallecido fiscal federal Alberto Nisman (leáse Mossad y CIA) es tan inconsistente como la de una supuesta camioneta “Renault Traffic” cargada con explosivos. Y aunque la Corte Suprema avaló esta teoría insustancial cargándosela sin pruebas a la república Islámica de Irán, ello no es un aval de veracidad y solo deja de relieve y confirma la extendida desconfianza que existe en la población hacia una administración de justicia federal históricamente sensible a las presiones de los servicios de inteligencia (SIDE, hoy AFI) y con jueces obsecuentes a los gobiernos de turno.

Desde los medios de la capital federal que se enfilan en una decidida y caustica postura contraria al gobierno, la presencia del hermano del gobernador del Chaco en la asunción del presidente Ortega fue suficiente para lanzar sus críticas. Para ello y aprovechado para matar dos pájaros de un tiro y usando una dialéctica plagada de falsedades, lanzaron su ponzoña contra el gobierno nicaragüense y contra su invitado de la república Islámica de Irán (al que despectivamente nombraban como “el iraní”) arengando con argumentos insustanciales que esto suponía una afrenta a las víctimas de la AMIA o incluso a la Argentina.

Varios de los familiares de este crimen saben muy bien que hay detrás de ese discurso anti iraní (que en el fondo es anti islámico) y que nada tiene que ver con perseguir la verdad y justicia para sus muertos. No confían en los directivos políticos de instituciones como la DAIA y de muchas otras que se encolumnan detrás acusándolas sin medias tintas de perseguir intereses geopolíticos del estado de Israel. No hay que olvidar las promiscuas relaciones de contubernio entre Carlos Menem y directivos de la DAIA como Rubén Beraja dirigido a encubrir a los verdaderos perpetradores que estos ávidos desinformadores obstan recordar.

Incluso hoy ya no es un secreto que horas después del bombazo de julio de 1994, Tel Aviv (en medio de una fuerte presión interna con la ultraderecha sionista -entre ellos los colonos- por las conversaciones de paz con los palestinos) presionó al gobierno argentino para “unificar las versiones” debiéndose acusar a Irán[4]. Si la orden bajo así, ¿Quiere decir que los israelíes estaban al tanto de quiénes fueron los verdaderos ejecutores? Y de haber sido así ¿Por qué tanto interés en encubrirlos?

Este pequeño detalle ausente del relato de estos sectores no lo está para los familiares que siguen buscando la verdad real y no una excusa política. Todo esto fue denunciado varias veces ante la opinión pública y fue motivo de una causa por encubrimiento, pero por supuesto, pareciera pesar más la influencia de la embajada de Israel que este clamor.

Más allá de la inexistencia de evidencias palpables en las mega causas por los atentados, la mera acusación contra los “iraníes” (como despectivamente se suele hablar por los medios capitalinos) carece de asidero no solo a la vista de muchos investigadores no judíos sino incluso de judíos como el polítologo Carlos Escude quien lo dejo por escrito en su artículo “¡Y Luis D’Elía tenía razón! El triángulo Argentina-Estados Unidos- Irán”[5] que además de desenmascarar toda esta charada, causó retorcijones y dolores de cabeza entre judíos sionistas como sionistas no judíos (que son los más) de la Argentina.

Agredir de forma verbal y despectiva a los “iraníes” sigue siendo en estos lugares la táctica para que estos sectores que responden a una política de un estado que no es el argentino y que tiene finalidades geopoliticas ya nada ocultables, hacen entrever que además de obvios, estos sectores están desesperados por no lograr sus propósitos como ha sido y siguen aún intentando, aislar a Irán del concierto internacional, en particular en sus relaciones con Latinoamérica. El fin último es debilitarlo en el escenario regional del Oriente Medio ya que es el un obstáculo para Tel Aviv en su carrera por expandirse territorialmente.



[1] DW.com. HRW acusa a Israel por "crimen de apartheid" contra palestinos, 27 de abril 2021, https://www.dw.com/es/hrw-acusa-a-israel-por-crimen-de-apartheid-contra-palestinos/a-57345462

[2] “Si dices una mentira suficientemente grande y la sigues repitiendo, la gente eventualmente llegará a creerla. La mentira sólo puede mantenerse durante el tiempo que el Estado puede proteger a las personas de las consecuencias políticas, económicas y/o militares de la mentira. Así, resulta de vital importancia para el Estado utilizar todos sus poderes para reprimir la disidencia, porque la verdad es el enemigo mortal de la mentira, y por extensión, la verdad es el mayor enemigo del Estado”.

lunes, 10 de enero de 2022

 

“ESCAPE DE BAGDAD”

¿Es posible que los estadounidenses y sus socios británicos salgan huyendo de Iraq tal como sucedió en Afganistán? Para muchos, solo es una cuestión de tiempo

 

Por Alí Al Najafi

Como ha sucedido siempre, las noticias del Medio Oriente tienen sus idas y venidas, atendiendo a la conveniencia de Washington y de sus aliados que dan el “ok” a los medios para que publiquen lo que según ellos está sucediendo. El caso de Iraq es paradigmático y hasta traumático para los estadounidenses quienes a pesar de haber demolido ciudades enteras y aplastado de forma brutal a miles y miles de iraquíes que no aceptaban su ocupación, ellos, sus descendientes están allí y esperan el momento oportuno para como sucedió en Afganistán en septiembre 2021, ver huir en tropel a los estadounidenses y a sus colaboracionistas por el aeropuerto de Bagdad.

Creemos que lo sucedido en 2014 con los Comités Revolucionarios organizados en Al Anbar (sacando la injerencia y el papel de ISIS) que hicieron huir a las tropas de Al Maliki de las provincias centrales fue una muestra de lo que podría suceder.

Si bien hay varios factores que actualmente no están presentes para que esto pudiera suceder en Iraq, el contexto es similar. Primero que todo, no hay una resistencia organizada y homogénea (como el Talibán) que venga empujando a los invasores desde el interior. Las bandas de ISIS que pululan en el norte no forman parte de la resistencia árabe islámica ya que es sabido que son activos que (financiados por Arabia Saudita) responden a las agencias de inteligencia anglosajonas (e Israel).

Segundo, la geografía de Iraq ha demostrado una desventaja para la resistencia ya que hay pocas opciones para ocultarse en un terreno ampliamente desértico. La limpieza sectaria que se ha realizado durante años en la capital impediría el surgimiento de alguna acción desde dentro. Sobre esto en los últimos meses se han venido produciendo ataques con bomba sin poderse distinguir si sus autores son de alguna célula de la resistencia, del ISIS, de facciones chiitas opuestas al gobierno o de células dormidas israelíes.

Ante este panorama no quedaría otra vía que un movimiento externo a la capital. Si una fuerza de liberación tuviera que acercarse a Bagdad sería rápidamente detectada por los estadounidenses e informada por las redes de alcahuetes locales con las que cuentan.

Tercero. En referencia a los informantes que forman parte de la extendida tela de araña de corrupción que los estadounidenses y sus aliados instalaron desde su llegada, gozan de los privilegios de manejar negocios sucios como la pornografía, las drogas y el tráfico de armas, como podrá ver, gentiles amantes de la democracia.

Ahora bien. Vistas estas consideraciones que obstaculizan una conclusión como la de Afganistán, veamos ahora cuales pueden ser las posibilidades de que ello pueda suceder en Bagdad. El primer factor existente en el actual Iraq que posibilitaría lanzar a los estadounidenses es la presencia de una fuerte oposición política que además cuenta con organización armada propia que a su recibe un gran respaldo de la población. La institucionalización de las milicias chiitas que lucharon contra la ocupación y contra el ISIS son un factor poderoso que además de mantener cierta autonomía del régimen colaboracionista, se hallan legitimadas por el apoyo que reciben de un importante sector de la población.

Incluso estas milicias, al denunciar las implicancias de estos indeseables huéspedes con el “Daesh” (como ser el abastecimiento de armas desde el aire, las reuniones secretas y las coberturas aéreas cuando se veían cercadas por las fuerzas iraquíes) han sido blanco de repetidos ataques tanto de EEUU como de Israel, permitidos por la inexistencia de un gobierno soberano en Bagdad que pueda (o quiera) controlar las acciones de estos actores (como fue permitir el asesinato de Qassem Soleimani y Al Muhandis).

Otro factor preponderante es la adhesión de una parte importante de la juventud que completamente desorientada, desempleada y sin futuro busca una solución para un país postrado, sumido en la corruptela política de un gobierno que fue instalado por la ocupación para proteger a las empresas norteamericanas y británicas que hoy continúan controlando sus recursos petrolíferos. Iraq un país con activos petroleros para mantener un nivel de vida alto en sus habitantes, desde la invasión en 2003 no ve un dólar del crudo, carece de combustible para los privilegiados que pueden tener un automóvil o se vende a precios inimaginables.

Durante el comienzo de las manifestaciones callejeras en octubre de 2019, situaciones extrañas tuvieron lugar contra los manifestantes. Un joven estudiante de 20 años llamado Ali H.M residente de “Ciudad Sadr” relato que varios de sus compañeros que estaban en la protesta contra el gobierno corrupto, aparecieron uno tipos vestidos de negro bien enmascarados con los logos bien resaltados del “Kataib Hizb´Allah” y de las milicias de movilización popular “Al Hashd Al Sha`abi” quienes comenzaron a disparar sin contemplaciones y a bocajarro contra la multitud.

Cuando comentaron lo sucedido entre varios de sus amigos y familiares que participan en esas agrupaciones, ellos desmintieron que hubieran sido ellos y les explicaron que eso habría sido ejecutado por grupos de la mutkhabarat del gobierno cercanos a la CIA.

Desde la instauración de la “Autoridad Provisional” en 2003 con Paul Bremer a la cabeza, los invasores implantaron (entre muchas otras) una estructura represiva que sus colaboradores heredaron y que aún al día de hoy continúan utilizando. Una de las tácticas más utilizadas por estos grupos oscuros son la de operar con engaños para confundir y dividir a los opositores y quienes muy seguramente son empleados por los norteamericanos en operaciones negras dentro y fuera de Iraq.  

Pero pese a estos trucos, no lograron engañar a los iraquíes en medio de la ocupación y está claro que no lo harán con las nuevas generaciones.

A pesar de la violencia y tenebroso sadismo con la que actúan los cuerpos de seguridad del régimen títere y del uso de este tipo de trucos sucios para cubrirse, los jóvenes iraquíes no le temen a la mafia que administra el país. “No existe ninguna democracia aquí” comenta otro joven bagdadí que opta por cubrirse su rostro con su remera por temor a los alcahuetes del régimen. “Todo lo que nos da este gobierno es miseria, injusticia y la seguridad de que si los criticas o insultas a sus amos (los estadounidenses), puedes ser asesinado”. En varias ocasiones Washington ha desplegado alguna que otra actuación meramente efectista para los medios remitiendo al FBI para “investigue” las irregularidades que allí suceden.

Pero en realidad, nadie cree aquí que una comitiva del FBI investigue las violaciones a los derechos humanos que se siguen cometiendo contra los mismos iraquíes, máxime cuando las cometen los esbirros de la CIA. Iraq es como una hoya a presión y los norteamericanos saben bien que estallará ¿Cuándo? No lo saben, pero si que estallará y el día que ello ocurra los norteamericanos se verán tan o más humillados como en su huida de Afganistán.  

 

 

 

sábado, 8 de enero de 2022

 

“CIBERHUMANISMO”

Un paso más hacia el Transhumanismo y un avance que puede tener más desventajas que beneficios para la población global

 

Por Dany Smith

Poco a poco, la ciencia ficción ya se instala como una realidad en la vida cotidiana. Hace unos días salió una pequeña publicación en la que se informaba que dos científicos españoles habían sido invitados a los EEUU para exponer ante el Consejo de Seguridad Nacional (CSN) sus avances en un proyecto de implantación de un chip cerebral que se interconectaría con el internet. El neuro científico Rafael Yuste y el ingeniero Darío Gil dieron una conferencia a mediados de noviembre donde aseguraron que esta tecnología, que descartará a los teléfonos móviles estará disponible en diez años. 

Es posible que para los norteamericanos esto no sea una novedad ya que sus aéreas de investigación militar como DARPA hace tiempo que vienen desarrollando ingenios de nanotecnología con fines poco humanitarios, pero blanquearlo por medio de científicos extranjeros ayudará sin dudas a tapar todo eso. Ya en 2013 se hablaba de un programa denominado SUBNETS (Systems-Based Neurotechnology for Emerging Therapies) un chip cerebral para “monitorear la salud de los veteranos”. Incluso antes de esto, el gobierno de los EEUU ya estaba invirtiendo muchos recursos en el desarrollo de estos “Hardware” que obviamente utilizan un “SoftWare”. Así programas de control mental como MK-ULTRA o similares y el bombardeo psicotrónico quedarán en la prehistoria ya que los candidatos estarán voluntariamente disponibles para su manipulación y formateo.

Para una mayoría en la que se hallan los más jóvenes y los incautos que se tragan lo que venden los medios corporativos, esto es un sueño hecho realidad y seguramente no ven el momento de que esto se pueda implementar de forma masiva. Seguramente serían los primeros en hacer cola para que se lo inserten en sus cerebros. Pero estos mismos entusiastas no han advertido un pequeño detalle: Es el gobierno estadounidense y su área de defensa la que ha quedado muy interesada en esto y que sin dudas ya venían experimentando en secreto.

La experiencia de cómo muchos avances científicos y tecnológicos son aprovechados por la industria militar y de la inteligencia es amplia y aunque ellas han terminado siendo útiles para la vida civil, el interregno con fines dañinos ha sido los suficiente para perfeccionar sus usos y solo termina beneficiando a un solo bando.

Por ejemplo, un niño hoy juega con un Drone manipulando el smartphone de su padre sin saber que ese ingenio nació allá por mediados de los años ochenta, de la mano de los ingenieros israelíes quienes perfeccionaron la tecnología del UAV (Vehículo Aéreo No Tripulado) que usaron para espiar y que modificaron con gran pericia para construir en 1973 los primeros Drones armados que fueron progresando en diseño y letalidad con los cuales asesinaban a jefes políticos y militares palestinos.

Luego esos mismos ingenios fueron trabajados por los norteamericanos quienes para 1990 en la crisis y posterior guerra del Golfo Pérsico de 1991 los pusieron en operaciones desde sus portaaviones sin que la opinión pública estuviera al tanto de su existencia sino recién para la primera década de los 2000 con las masacres que se cometían en Iraq, Yemen y Afganistán.

El internet (desarrollada previamente del intranet militar) fue la gran revolución tecnológica y comunicacional del nuevo siglo que estuvo a punto de derrumbar a los grandes popes informativos de occidente y que al mismo tiempo, le abrió el camino a la interactividad del común de las personas (bloggers) y en especial, la masividad de llegada de los medios de oriente a la opinión pública del occidente convirtiéndose ello, en uno de los grandes problemas para las “democracias liberales” acostumbradas a que la verdad gubernamental fuera discurrida unidireccionalmente por sus (en teoría) indiscutidos, serios y honestos medios audiovisuales.

La exposición de los expertos españoles sobre este nuevo ingenio ante este órgano norteamericano no hace más que despertar las sospechas de sus reales intereses en convocar a estos científicos. No hay que olvidar que el CSN es un organismo administrativo público con objetivos estratégicos en política y seguridad exterior con lo cual va quedando muy claro hacia donde podría ir esto ¿Qué implicancias podría tener esta tecnología en la geopolítica?

La historia contemporánea nos deja muestras claras de que la libertad y la democracia de la que se jactan ciertos estados, especialmente los anglosajones y europeos, son interpretadas de una manera maniquea y contradictoria que se reflejan en sus resultados. Millones de muertes, la miseria de otros centenares de miles y la destrucción de varios países son la prueba de ello.

Precisamente, un ingenio como este en manos de gobiernos liderados con personajes como los Bush y Obama decididos a cazar a los musulmanes bajo el argumento de la lucha contra terrorismo o más actualmente el caso del mandatario francés Emanuel Macron quien (sin dudas) por una cuestión eminentemente electoral está decidido a emmerder les non-vaccinés  “hacer mierda a los antivacunas”, lleva a que reflexionemos las desventajas de dejarse implantar un sensor para estar conectado a internet si no se toma en cuenta que dicho espectro, se halla bajo una constante supervisión y hasta en alguna medida bajo control de las agencias de inteligencia.

Con este invento, el teléfono celular ya no será útil y ello facilitara la tarea a las fuerzas gubernamentales y en particular a las agencias de inteligencia quienes podrán saber de forma indubitable dónde están y que piensan los sujetos díscolos de la sociedad. El sospechoso pasará a ser rápidamente culpable ya que su mente estará intervenida. Adiós a la poca intimidad que hoy existe y las alternativas para los libres pensantes serán nulas.

La conectividad seguramente estará asegurada pero también lo que pienses en línea podrá ser monitoreado e interceptado, evaluado y catalogado como aceptable o no por estos estados de gobiernos grises con políticos volubles que dicen una cosa, en su gestión muestran otra y en la realidad ejecutan otras totalmente diferentes. Las salas de ciberguerra que viven interceptando las redes sociales de todo el globo y realizando operaciones de contra inteligencia ya no serán útiles.

Cuestionar al poder y a la autoridad gubernamental sería muy peligroso bajo semejante esquema de interconectividad. Y sino, razone por un minuto esto ¿Qué cree que podría hacer un gobierno rabioso como el de Macron si su población le cuestionara su política de vacunación forzada a cambio de una explicación sobre el origen del Covid?  Porque no se olvide usted, que nadie ha explicado con certeza de donde salió esto. Quién pregunte demasiado y haga sus investigaciones conectado desde su cerebro será un problema fácil de neutralizar.

O cuestionar las narrativas increíbles e inexplicables como las puestas a rodar por el gobierno estadounidense tras los hechos del 11/S; las inconsistencias y las complicidades detrás de personajes como Osama Bin Ladem (activo de la CIA), del origen del terrorismo de “Al Qaeda” y del “Estado Islámico” y las veladas injerencias de las agencias de inteligencia civiles y militares en su promoción y actuación (CIA, MI-6, Mossad). Antes de que puedan difundir sus conclusiones serán eliminados ya no por un operador de un Drone apretando un botón desde una sala a kilómetros de distancia, sino por una IA (Inteligencia Artificial) desde una consola remota. Sin dudas que simplificaría la tarea de las fuerzas represivas del estado y el disidente quien rápidamente pasará a ser catalogado de terrorista podrá ser eliminado en el acto o quizá y si le conviene al poder de turno, solo ser reeducado jaqueando su interface cerebral ¿No lo cree usted?

jueves, 6 de enero de 2022

 

“UNA RETORICA RETORCIDA”

Las pretensiones de Washington y Bruselas de no detener la expansión de la OTAN han encontrado una decidida resistencia de Rusia que trata de ser vencida con argumentaciones anacrónicas y poco sustanciales. El 10 de enero próximo Moscú planteará a Washington un plan para superar esta situación ¿Será aceptado o Washington y Bruselas trataran de imponerse por la fuerza?


Por Charles H. Slim

Los asesores y material bélico de la OTAN se siguen movilizando a Europa del este y pese a ello, solo hay un silencio sordo desde Naciones Unidas que hace como si allí no sucediera nada. Sobre el papel de las Corporaciones de medios anglosajonas no hace falta algún comentario ya que son la caja de resonancia de la visión de Washington. Eso no puede sino traer malos augurios pero no para solo para la región euroasiática sino incluso, para todo el mundo.

En Kiev, el gobierno del presidente Volodymir Zelensky apuesta a jugar rudo o al menos, a mostrar desde lo discursivo una postura inflexible con Rusia creyendo que Washington y la OTAN estarán para respaldarlo en el terreno ¿Pero eso es real?

Desde una perspectiva política y de cara a la opinión pública, Washington y Bruselas están dispuestos a respaldar a Ucrania en su intensión de volcarse al bloque euro atlantista pero ello no se traduciría en una intervención militar directa y mucho menos, utilizar sus capacidades nucleares como carta de intimidación contra Rusia. Zelensky no debería ser tan cándido y más bien debiera revisar un poco la historia para ver quienes son los que terminan poniendo los muertos por las sugerencias angloestadounidenses.

A estas alturas, los argumentos de La Casa Blanca además de poco creíbles encuentran limitaciones intrínsecas para un relato veraz.  

Y estos límites se encuentran reflejados en situaciones muy concretas: Una inexplicable estrategia para-legal de Washington (apoyada por la ONU) con la cual intervino en otras naciones; problemas entre algunos miembros de la Alianza (que podrían disgregarla) y una superioridad técnico militar rusa ineludible (entre los que se cuentan los misiles hipersónicos) que podría terminar definitivamente con el hegemonismo estadounidense.

Es por ello que sus estrategas y expertos en medios buscan huecos y fisuras en los argumentos políticos discursivos rusos para sostener su preocupación por la expansión de la OTAN y la continuidad de EEUU por penetrar en Eurasia a toda costa. En resumen, sus medios y sus “Think Thank” tratan de demoler la política de multipolaridad que Moscú viene impulsando desde aquellas jornadas en que el entonces presidente de Venezuela Hugo César Chávez Frías contagió con su entusiasmo a un curioso Vladimir Putin en 2006 que recién venía a medio camino de reconstruir la potencialidad político-militar.

Esta multipolaridad que choca con los intereses de la unipolaridad norteamericana, es una verdadera concepción de una geopolítica que realmente respeta la pluralidad de voces y deshace el mando único  que Washington (con un puño de hierro revestido de un guante de seda) ha ejercido con total libertad desde 1990 hasta no hace mucho, casualmente, cuando Rusia en 2014 decidió que no permitiría que el terrorismo de manufactura occidental (ISIS), destruyera al estado sirio y luego pudiera mudar a gusto y conveniencia sus operaciones al Cáucaso y al Asia Central (como lo pretenden con ISIS-K) para establecer el caos contra la Federación rusa.

A partir de entonces, se le puso un límite claro a las movilizaciones de occidente y más allá de que sus medios y sus “tanques de pensamiento” acusen una recurrente falta de memoria para recordar los golpes que recibieron en Siria por la intervención rusa, los jefes militares del Pentágono, sus asesores de inteligencia y los políticos más preclaros del Congreso saben que no hay margen para molestar de frente al Oso ruso. Por el contrario, seguirán con sus golpes bajos y zanjadillas mediante (otras tácticas) la implementación de todo tipo de sanciones comerciales.

Es por ello que la táctica que actualmente están desplegando desde Washington, es la de buscar un consenso en la opinión pública entre sus países aliados y entre aquellos países que se mantienen al margen sobre la necesidad de este avance para protegerles ante un supuesto peligro ruso e incluso, tratando de convertir a los neutrales, en fervientes aliados de la OTAN. En esta lista están Finlandia y Suecia, quienes mantienen con Rusia un extensa frontera y claro, una historia de conflictos y desavenencias que hoy por hoy, los medios anglosajones pretenden explotar para contener a Rusia.

Para la OTAN Finlandia es una barrera estratégica que mantiene una relación con cierta tensión con Rusia. Igualmente y pese a la historia conflictiva entre Helsinki y Moscú, la moderación y el acercamiento ha primado como forma de descomprimir sus relaciones. Pero a pesar de que a los anglosajones les vendría muy bien que estas relaciones se tensaran y entraran en una nebulosa de desconfianzas, los mismos finlandeses y en particular su gobierno, están conscientes de estas intensiones y es por ello que se mantienen alejados de sus cantos de sirena y de las ofertas de “colaboración” provenientes del oeste.

Algo similar sucede con Suecia, quien ha tenido históricas rencillas con Rusia, particularmente en lo que hace al dominio del Mar Báltico, tampoco forma parte de la OTAN pero a diferencia de Finlandia, no ha permanecido muy neutral y en cierta medida coopera con algunos movimientos políticos claramente coordinados desde el Departamento de Estado norteamericano y la ineludible cooperación de Bruselas (como fue el caso de Alexei Navalny).

La retórica anglosajona (EEUU y Gran Bretaña) trata de voltear la realidad en el terreno mediante argumentos retorcidos y claramente sacados de contexto. A la cabeza de esta tarea están (como no podía ser de otra manera) los medios corporativos y sus desinformadores prime time que no dudan en seguir sosteniendo bulos como el “Russia-Gate” o cambiar el significado de las palabras acorde y conveniencia de La Casa Blanca. Uno de los argumentos más graciosos que repetidamente surgen de medios como CNN es la supuesta ambición internacionalista de Rusia como tratando de hacer creer, que Vladimir Putin pretende revivir a la URSS. Tan inverosímil y desatendibles son estos argumentos que ni los mismos politólogos de casa, se ocupan por desmentirlos pero aun así, son vertidos para el consumo de la opinión pública.

EEUU y sus vasallos europeos pretenden seguir expandiendo su influencia político-militar mediante la OTAN y al mismo tiempo, pretenden que Rusia lo acepte. Cualquiera puede ver que aceptar semejante pretensión es como dejar que un verdugo te pase una soga por el cuello para luego (y cuando lo crea conveniente) patear el banquillo donde estás parado. Así es como si dudas lo ve el presidente ruso Vladimir Putin quien está determinado a que esto se detenga.

La narrativa anglosajona para justificar su apetito expansivo es claramente artificiosa y solo busca en la opinión pública un fin efectista, que nos retrotrae a las viejas épocas de la guerra fría con historias y trascendidos oscuros de esa rancia propaganda anticomunista que pintaban a los rusos como demonios ateos. En resumen de cuentas, esta se centra en la reedición de la propaganda “macartista” de la décadas de los cincuenta y sesentas (1950/1960) ayornada a las actuales circunstancias en las que ni el Comunismo soviético existe ni las ambiciones de reeditarlo son políticamente viables.

Pero en realidad y ello no hay que perder de vista, es que Rusia y todo Oriente está bajo un asedio anglosajón que pretende anexar más estados para que se conviertan en sus vasallos y como tales, alojen en sus territorios bases militares y silos de misiles nucleares que apunten a Rusia y China y eso es algo que Moscú (y claramente China) ya ha dejado en claro que no tolerara. 

Ante esto, las opciones para Washington y sus socios se reducen a dos posibilidades: O aceptan el mapa que Moscú le propone en el cual los norteamericanos y la OTAN retiran sus fuerzas (incluyendo sus misiles) de estados títeres como Polonia, Hungría y Ucrania a Europa occidental o se arriesgan a quedar involucrados en un posible escenario de potencial conflicto con una escalada progresiva convencional con posibles implicancias nucleares ¿Quién tendrá los nervios para soportar esta tensión?, ¿Será Biden o Putin?