lunes, 11 de abril de 2022

 

“UN ESTADO PRAGMATICO”

¿Cómo Israel puede influir en la actual situación entre Ucrania y Rusia?, ¿Puede? Cuando el pasado te condena

 

Por Yossy Tevi

Mientras muchos estados occidentales se han visto obligados a condenar a Rusia por su intervención en Ucrania, otros han optado por seguir sus propias determinaciones, algunos atendiendo a conveniencias políticas y comerciales, otros por simpatía ideológica y étnica que motivan sus abstenciones. Pero el caso de Israel, un estado con una población de origen europeo, creado e implantado arbitrariamente a mediados del siglo XX (1948) y atrincherado desde entonces por su conflicto con el mundo árabe-islámico, en lo que hoy esta sucediendo en Eurasia tiene una muy controvertida posición.

Israel como estado confesional (Teocracia) judío, demográficamente depende de la llegada de judíos de todas partes del globo. Más allá de que el dinero, el apoyo político-diplomático y las armas han sido y siguen siendo pilares fundamentales para su permanencia, el recurso humano sigue siendo un factor flaco en su programa colonial. Justamente una de las corrientes migratorias que nutren a estos planes provienen de Ucrania pero también de Rusia. Desde la caída de la URSS los judíos rusos y ucranianos han llegado a Israel siendo uno de los factores demográficos destacados que a su vez, ha retroalimentado el planificado negocio inmobiliario de las empresas estadounidenses e israelíes para la construcción de asentamientos en territorios árabes-palestinos.

El interés por la llegada de estos judíos eslavos iba más allá de un deber moral o incluso del tan propagado derecho a regresar a la “tierra prometida” (uno de los argumentos mesiánicos usados por el sionismo religioso). Llenar espacios vacíos (Lebensraum)[1] con familias judías en las tierras de Palestina ha sido uno de los objetivos estratégicos de los sionistas para ir ganando terreno a los nativos árabes, una de las contradicciones de las cuales el sionismo hasta la actualidad no logra explicar.

También el estado de Israel ha servido para cobijar a toda clase de oligarcas (rusos y ucranianos) que llevan sus dineros para invertirlos y lavarlos con total libertad. Y como no podrían haberlo hecho con la venia de un estado que ha estado gobernado por asesinos, ladrones y estafadores siendo el último de estos insignes representantes el mismo Benjamín Netanyahu, procesado junto a su mujer por un sin número de casos. Sin dudas es una tierra de promisión para todo tipo de delincuentes de guante blanco (obviamente judíos) que necesiten escapar de la ley de sus países de origen. Pero en las actuales circunstancias y en lo que se refiere al conflicto en Ucrania ¿Cómo se para Israel?

Se supo que el premier Naftali Bennett viajó tan pronto pudo a Moscú para entrevistarse con Vladimir Putin con la supuesta intención de mediar en el conflicto. Pero como se dejó entrever, Moscú no advirtió eso y agradeciendo las “preocupaciones” del mandatario israelí hasta allí llego el intento de Tel Aviv por sacar ventajas de esta situación[2]. Sin dudas, Israel solo busca posicionarse con ventajas en medio de la confusión y Vladimir Putin y su gobierno no pierden de vista las implicancias (clandestinas, por cierto) que han tenido en todo el asunto del golpe en Maidán en 2014 y de allí en adelante con la situación en el Donbass.

Al mismo Vladimir Putin no le convence esta actuación. Él sabe muy bien cuál es la profunda relación simbiótica que existe entre Israel, Washington y Londres por lo cual todo lo que pueda salir de aquel, debe ser tratado con precaución. No están tratando con un aficionado o un demagogo de la política occidental que pueden manipular fácilmente. Bennett y los sionistas podrán creer que es el momento para acorralar a Putin en su “hora más oscura” (usando el sufrimiento de los civiles ucranianos) pero sin dudas es un mal diagnóstico. Como dice el dicho “el muerto no puede asombrarse del degollado” y nunca este dicho se ajusta a una situación tan patente.

Claro que muchos podrían pensar que se trata de una postura dura y hasta cortante pero si nos atenemos a la realidad ¿Qué clase de autoridad moral tendría un estado como Israel que desde hace ya 70 años ha desplazado a millones de palestinos, que de constante conspira contra sus vecinos árabes y el mundo islámico y tiene en su haber miles de casos de violaciones a los derechos humanos para decirle a otro que deje de agredir y asesinar a otros?

Si nos atenemos a esta pregunta no hallara ninguna legitimidad en esas intenciones. La única respuesta plausible para esto es que el estado de Israel es uno de los pocos países que posee un arsenal nuclear y en particular, el único en el Medio Oriente. Sacando esta peculiaridad, Israel no tiene otra cualidad que le haga preponderante en la presente situación.

La situación de la población palestina sigue siendo crítica. La represión, el continuo asedio a Gaza y el sistemático avasallamiento de sus derechos que incluye el descarado robo de sus territorios no pone a Israel como un autorizado intermediario en nada. Por el contrario, en estos momentos se debaten como quedar bien en este entuerto dado que necesitan quedar bien con Rusia y Ucrania, pese que no es posible hacerlo ante la vista de sus propios ciudadanos.

Desde el punto de vista estratégico, no les conviene oponerse a Rusia dado que saben que es un actor importante en la geopolítica global y regional. Ya han cometido varios errores mortales en Siria tratando de ahuyentar a los rusos e incluso tratando de enemistarlos con los iraníes y no ha resultado por lo cual han debido reducir sus incursiones y ataques aéreos para no chocar con las letales defensas antiaéreas rusas.

¿Y cómo queda Israel con la situación en Ucrania? A primera vista y como sucede en todas las guerras, son los civiles quienes pagan con su sangre por los entuertos de sus dirigentes. Sin dudas el golpe efectista de los medios (que han estado operando en coordinación de la CIA)[3] ha influido sobre la opinión pública israelí en contra de Rusia. Incluso se ha reconocido dentro de EEUU que esto es una campaña de desinformación bajo el rótulo de una “guerra informativa contra Rusia”. Las continuas informaciones sobre deliberados ataques contra civiles, supuestas ejecuciones sumarias, torturas, violaciones contra niñas y fosa comunes de ucranianos no pueden generar otra sensación que rechazo. Igualmente ya se sabe que muchos de estos trascendidos son falsos e incluso, en los que se han ejecutado este tipo de bestialidades como los vistos en “Bucha” se está poniendo en la mira a los seguidores de Zelensky y otros grupos llegados del extranjero como artífices de muchos de esos escenarios armados.

En el caso de los ucranianos más que estar sufriendo por la decisión del presidente ruso Vladimir Putin son víctimas de los juegos irresponsables de su mandatario Volodymir Zelensky y su administración filonazi que siguiendo las estrategias de la OTAN y en particular de los EEUU y de Gran Bretaña para convertir a su país en una plataforma atlantista, no repara en los daños que ello causa. Sumado a ello, las descaradas manifestaciones nazis de “Pravdi Sektor” que venimos viendo desde hace ocho años y su incorporación a las Fuerzas Armadas regulares no hace más que causar cierto escozor a quienes advierten la tibieza de Bennett y la elite sionista.

Y es que, es un secreto a voces la injerencia de elementos israelíes en grupos de mercenarios, especialmente de kurdos iraquíes quienes son los aliados más preciados en sus complots contra el mundo árabe-islámico. Ningún miembro del Mossad o del Metzada puede denominarse “ex” para prestar sus servicios de forma privada (por dinero) ya que nadie deja el servicio voluntariamente y mucho menos si las agencias no lo deciden así.

Ante esto ¿Cómo saltear esta seria incongruencia? Zelensky no ha escatimado en presentar su condición de judío para hallar apoyo político en la Knesset pero al mismo tiempo los batallones ultraderechistas filonazis “Azov” y “Aidar” han sido parte de su gobierno y hoy son sus brazos armados más sólidos en el campo de batalla ¿Entonces, qué posición tomara el estado con este asunto?

 

 



[1] Se refiere al término alemán que identifica a uno de los objetivos del colonialismo europeo continuamente usado por Hitler. https://es.wikipedia.org/wiki/Lebensraum 

[2] PENSAMIENTO ESTRATEGICO y POLITICO. Com. “El oportunista”, publicado el 7 de marzo 2022, https://pensamientoestraegico.blogspot.com/2022_03_06_archive.html

[3] Más allá de las inconsecuencias que se han detectado en cada una de esas informaciones, lo señalado alguna vez por el ex Director de la CIA William Casey hoy se comprueban en la realidad al advertirse que esa falsedad ya se advierte en la opinión pública. También otro ex jefe de la Agencia como Mike Pompeo se jactó de las mentiras que se propagaban. La Operación Sinsonte es una clara muestra de ello.

sábado, 9 de abril de 2022

 

“REPEATING OLD AND DIRTY TRICKS”

Why should we not be surprised by what is happening in Ukraine?

By Sir Charlattam

It was late January 2005 and the Anglo-American Interim Administration administering the occupation of Iraq knew that it could not control the internal situation in the country and placing its puppets in power would not be easy, even if it controlled the elective apparatus. They needed to legitimise that process, but even more so, their military occupation.

Mortar attacks on rows of Baghdadi civilians waiting to vote became commonplace and the media did not hesitate to accuse “Islamist terrorism” of being the “insurgents”. In reality, there was a national resistance that lasted until the invaders left the country in 2011, but it was not the invaders who were murdering their compatriots. They were teams of assassins recruited before the invasion (many of them trained in Jordan) who became part of the new Mukhabarat directed and controlled in its early days by the CIA.

Today in Ukraine we are seeing similar tactics behind which there is no doubt that Anglo-Saxon and NATO advisors are behind. The executions in “Bucha”, too explicit and unnecessary for a Russian army that dominated the terrain, are part of a macabre strategy that seeks to place the full horror of the war on Moscow's shoulders. After the capture of several buildings under the control of the Azov Battalions in Mariupol (with French advisers), unspeakable aberrations were discovered in their basements, which could not be hidden by the Western media. Torture and rape of girls and teenagers by these extremists have been exposed after the DPR militias and Chechen groups took control and the inhabitants cooperate with them to expel the remaining remnants from the city. But for those of us who have been following events there, this is not the first time it has been seen.

At the start of all this, back in February 2014 when the Maidan coup took place, what the Western media painted as “demonstrations for freedom and democracy” were nothing more than a coordinated, CIA-led agitation that Under Secretary Victoria Nuland and US Ambassador Geoffrey Pyatt never managed to disprove. Much less did subsequent administrations in Washington. This shows that this is not a formula of a particular government or party, it is a state policy.

The missile attack on the Kramatorsk train station is another chapter in this policy. According to media repeating the Ukrainian version, a Russian missile was deliberately fired into a crowd of civilians waiting to leave the capital. According to the Zelensky government's version, the attack was carried out with a “Tochka-U” missile with a cluster head, killing 30 civilians and injuring more than 100. On the face of it, a shocking and aberrant act designed to create outrage against Russia, but the Ukrainian reporters themselves missed certain details that betray otherwise.

According to these sources, a Russian “Tochka-U” missile fell on the Kramatorsk station, but this missile system has not been in service with the Russian military for some time. To be precise, in 2019. So, where did this missile come from? The explanation is not that complex. This tactical missile system known as “SS-21 Scaraba” is indeed operational in what remains of the Ukrainian Armed Forces (UAF) and it is even known that there are Western-made replica systems in existence that could be being introduced in the field.

Interestingly, a few days before the attack, intelligence sources claimed that Russia had reintroduced the “Tochka-U” missile system into service. The sources claimed that caravans of these mobile systems had been seen moving between the Belarusian towns of “Rechitsa” and “Gomel”, but the veracity of this allegation was not confirmed.

In fact, this is not the first time Ukrainian forces have used the “Tochka-U” against civilians. The attack just a week ago on 14 March in Donbass, where more than a dozen Russian-speaking civilians were killed, saw the Western media falsify the story by claiming it was the Russians. If one connects the dots, one can conclude that these are brutally desperate tactics by which Zelensky and his mafia do not intend to hold on to power. So, who is the butcher in this story?

When the Russian Defence Ministry denied this accusation and explained why it could not have been a missile attack, the disinformation and media that support Zelensky were in disarray. The inconsistencies that were revealed led many to ask how could this have happened? Warned of this and in a way of trying to save the mistake, they clumsily tried to change their version.

They went on to say that the attack was actually by an “Iskander” missile, which is part of the Russian surface-to-surface missile system, but once again, as if it were a tragic comedy, they contradicted themselves when they showed photos of the attack showing that pieces of the missiles left in the vicinity of the station were actually from the Ukrainian “Tochka-U” system. To the layman's eye it makes no difference, but not to the experts the details make a difference.

It is hard to believe that regular Ukrainian soldiers (serving their people) would have lent themselves to this dirty “Black-Op”, but no doubt special forces (with foreign mercenaries under NATO control) or ultra-nationalist militiamen loyal to “Pradvy Sektor” (also armed by NATO) would have had no problem sacrificing civilians as shields. They are playing on the media's impact on public opinion. They also know that if the city is emptied, Russian troops will crush them mercilessly as happened in Mariupol. 

 

 

 

 

jueves, 7 de abril de 2022

 

“¿UN ERROR ESTRATEGICO?”

Por qué la política anti rusa de Joseph (Joe) Biden llevara a un posible colapso de la economía global y de las ya muy discutidas instituciones internacionales


 

Por Dany Smith

Desde el inicio de la Operación Especial de Rusia sobre Ucrania, Washington y en particular el presidente Joe Biden no han escatimado en recursos para tratar de aislar a Rusia del resto del globo. Si bien el discurso de odio rusófobo que ya venía arrastrando desde su llegada a la presidencia, sembrando animosidad contra todo lo que sea ruso, claramente no ha bastado para concretar sus planes. Las circunstancias de la guerra ciertamente le han dado la oportunidad para hundir el cuchillo.  Para ello (entre otras tácticas), ha lanzado una destructiva batería de medidas y sanciones económicas que se sumaron a las ya implementadas en años anteriores y orientadas a destruir no solo al gobierno de Vladimir Putin sino, a toda su población.

Pero esto ha sido contraproducente y ha comenzado a reverberar sobre la economía de occidente, incluida la estadounidense y en particular sobre la de su vasallo, la Unión Europea.

No es exagerado este punto de vista. Por el contrario, es bastante conservador si nos ponemos a considerar que EEUU ha causado en los últimos treinta años hasta esta parte millones de muertos, cientos de miles de lisiados, otros millones de desplazados y países destruidos producto de sus “intervenciones democráticas”[1] (que algunos llaman “humanitarias”), un eufemismo trágico para designar una invasión, algo de lo que hoy en Washington y Londres sus burócratas y medios de la “quinta columna” se rasgan las vestiduras al hablar de Ucrania.

Pero como dijo alguien en épocas de Bill Clinton, “es la economía, estúpido”, de eso se trata todo esto y no hay otra cuestión que le preocupe a La Casa Blanca, a Downing Street 10 ni mucho menos a Bruselas (sede de la OTAN).  En Ucrania el objetivo primordial es instalar una base de la OTAN y como objetivo complementario es abastecer de gas licuado estadounidense al bloque europeo. La democracia y los derechos humanos y toda la chachara mediática solo han sido solo una excusa para precisamente violentarlos.

Sacando a Rusia del sistema financiero internacional (sacando a sus principales bancos del SWIFT) pretende aislarla y sumirla en una crisis económica-financiera terminal que degenere en una crisis social y política que derrumbe al gobierno en el Kremlin. No es otra cosa que el uso del arma financiera a gran escala.

Esto no es más que el uso del terror financiero como parte de una política de intimidación dirigida hacia todo sus “súbditos”.

Pero, las medidas de Biden han encarecido el gas y el petróleo ralentizando aún más la economía global potenciando la inflación y afectando al sistema productivo lo que desmejora aún más la situación de los países emergentes y obviamente, a los más pobres. Pese a que desde los medios se muestra a la UE como un bloque unificado y alineado incondicionalmente a Washington, no todos aceptaron (y siguen sin aceptar) cumplir con estos lineamientos delirantes de Biden y Cía. Pero la “democrática” persuasión norteamericana (que asemeja a una correa de alambre acerado en el cuello) nunca puede resistirse y fue por ello que todos sin chistar debieron alinearse por la derecha. Quien no esté de acuerdo con lo trazado simplemente lo arruinaran y eso no puede ser otra cosa que el uso y abuso arbitrario del poder. Esto sigue demostrando la dependencia y corrupción de los políticos europeos (salvo honrosas excepciones) a las decisiones que solo benefician en última instancia a Washington.

El sector más golpeado es sin dudas el alimenticio y ello ha llevado en última instancia a desatar una crisis en el sistema consumista que sustenta al capitalismo y ello les obligara a crear una buena excusa para sostener todo esto. La cuestión sería ¿Biden lo hizo sin querer o es parte de un plan bien determinado?  No hay que perder de vista que Biden es un “globalista” y como tal, su agenda esta por encima de los entes nacionales incluyendo al propio. El impulso de sus medidas han resultado ser una calamidad que se está replicando de forma geométrica sobre la economía europea ¿Una medida muy bien calculada o es el producto de la arrogancia norteamericana?  Como se ven las cosas se trata de una estupidez monumental, demostrativa del acostumbrado y desmedido abuso de poder que ejercen EEUU y sus socios como Gran Bretaña que han llegado a extremos siniestros.

Precisamente sobre las implicancias británicas en Ucrania, las mismas son altamente preocupantes dado que se ha sabido que su inteligencia ha desplegado en el terreno a expertos (algunos veteranos de Iraq y Siria) en trucos sucios utilizados en Siria mediante el embuste del MI6 denominado “Cascos Blancos” (White Helmets) -compuesto por árabes y turcos pagados por Londres- quienes entre otras tareas escenificaban (usando las redes sociales) ataques químicos con Cloro y Sarín, en algunos de ellos usando a niños y mujeres previamente secuestrados (Al Gouta 2013).

Las escenificaciones ya se han visto en lo que va de la guerra (como la montada por el diario italiano La Stampa )[2] y se esta sospechando que lo visto en los últimos días en el distrito de “Bucha” -aunque son imágenes cruentas y explicitas- es parte de esta táctica sucia y sobre las cuales Rusia ha pedido a Naciones Unidas una investigación. Nada de esto es nuevo como impostan los medios occidentales. Estas bestialidades ya se vieron en Iraq cuando grupos desconocidos simulando ser parte de la resistencia -que en realidad eran grupos de la CIA y de la inteligencia militar- asesinaban a civiles para crear el odio entre la población.

La estrategia de Washington y sus socios surge clara: Destruir económica y financieramente a Rusia, hundirla en el desprestigio internacional mediante las denuncias de crímenes de guerra presuntamente cometidos contra civiles ucranianos y excluirla del Consejo de Seguridad de la ONU. Igualmente y aunque los objetivos surgen claros, lograrlos no lo es tanto ya que, además de lo contraproducente que esta significando para toda la economía global el impulso del primero de ellos y la advertida dificultad por sacarle la silla en el Consejo, en lo que refiere a las denuncias contra Rusia ante la Corte Penal, la selectividad demostrada por los organismos de justicia internacional en tratar con premura la situación de Ucrania cuando no se ha abordado el extenso catálogo de crímenes cometidos por EEUU (que incluye sus injerencias con ISIS en Iraq y Al Nusrah en Siria) y sus socios (incluye a los 14.000 pobladores del Donbass asesinados por Kiev desde 2014), deja muy poco margen de credibilidad a las verdaderas intenciones de estos organismos y sino ¿Dónde están los procesos por el genocidio en Iraq, las flagrantes violaciones a los derechos humanos en Afganistán, las agresiones a Libia, Siria y Yemen?  

Con mira en estos huecos de la justicia ¿Por qué Rusia no podría reclamar que, alegando un trato igualitario se investiguen todos crímenes de guerra y a todos sus responsables?

 

 

 



[1] Bajo es esa denominación y con la complicidad de Naciones Unidas, EEUU y sus socios han podido intervenir dejando tras de si miseria, más muertes y la ruina de los países intervenidos. Desde Iraq hasta el presente no hay un solo caso que haya representado una ventaja para la “libertad y la democracia”.

[2] El 16 de marzo pasado el diario italiano falsifico una noticia sobre una masacre de ucranianos de Donetsk asesinados el 14 de marzo por un bombardeo por las milicias de Zelensky. El diario italiano hizo pasar las fotos como parte de un bombardeo ruso sobre Kiev.

sábado, 2 de abril de 2022

 

“LA PAZ NO CONVIENE A LA OTAN”

¿Por qué el caos perpetuo es conveniente para los anglosajones?

Por Charles H. Slim

Según las fuentes gubernamentales rusas, a 37 días de comenzada la Operación Especial ha logrado cumplir con una primera etapa de los objetivos trazados y sin dudas el primero de todos, fue el conjurar el ataque masivo sobre el Donbass que Kiev tenía planificado (por la Corporación RAND) lanzar el 18 de marzo. Otro importante objetivo cumplido sería sin dudas el abortar la intensión expuesta por el mismo Volodymyr Zelensky en la Conferencia de Münich del 19 de febrero de adquirir armas nucleares para enfrentar a Rusia. Esto a cuento de la propaganda que los medios occidentales vienen difundiendo sobre una supuesta contraofensiva del “ejército ucraniano”. 

Con estas muestras a la vista ¿Qué alternativas negociadas podían hallarse? Sin dudas, Zelensky y sus partidarios se pusieron solos la soga al cuello.

En ese aspecto, la principal amenaza ha sido neutralizada y solo quedaría por erradicar la infraestructura irregular que sostiene a los grupos ultranacionalistas de “Pravdi Sektor”[1] (Sector Derecho) adherentes al “Banderismo”[2] es decir, al nazismo ucraniano que son escandalosamente apoyados por La Casa Blanca y Downing Street.

La provisión de armamento a granel (que incluiría tanques de la era soviética provistos por Washington) le ha otorgado a estos grupos ultranacionalistas una potencialidad de fuego que dejarla prosperar representaría una amenaza que podría extenderse por toda la región, tal como lo hicieron las agrupaciones chechenas “Ichkteria”[3] en la década de los noventas.

La desmilitarización de Ucrania no solo implica la destrucción de sus unidades terrestres, navales y aéreas como sucedió desde las primeras horas del 24 de febrero último. El abastecimiento de combustible refinado y diésel sigue siendo otro objetivo estratégico golpeado por ataques con misiles “Bastion-P” y “Onix” de alta precisión como sucedió con la destrucción de los depósitos de la refinería en Kremenchuk. Pero todavía quedan objetivos similares por anular. Para que ello se concrete de forma satisfactoria se debe eliminar toda la infraestructura que soporte el rearme y en particular, la que estaba siendo montada por los EEUU para adaptarse a las necesidades de la OTAN.

Una imagen horrorifica que fue sacada de una filmación que circulo en Twitter donde se ve a una mujer rusofona embarazada y su marido ucraniano, colgados por milicianos de la banda ultraderechista Azov leales a Zelensky.

Lo que en realidad está funcionando aún como resistencia son los restos de la Guardia Nacional y las estructuras irregulares de grupos como los batallones ultraderechistas “Azov” (que cuelgan a mujeres embarazadas por ser rusofonas)[4] y “Aidar” (este último diezmado tras chocar con los rusos) que han sido entrenados y armados desde hace años por instructores norteamericanos y británicos. Obviamente que tan pronto comenzó el avance ruso, los envíos desde Occidente de armas, municiones y repuestos para sus unidades se aceleraron y todo ese material en manos de los neonazis debe ser erradicado. Incluso las filas de estos cuerpos armados están engrosados con mercenarios ultraderechistas franceses, norteamericanos y posiblemente británicos que odian con fervor a la etnia rusa.

Ese odio y esa infraestructura paramilitar alimentada por EEUU y sus socios, es la que sobrevive aún y usa a la población civil de escudos humanos ante el avance ruso. Sumados a estos, se hallan bandas de criminales liberados de las cárceles y armados por Zelensky quienes siguen pululando por las ciudades y aldeas asaltando y matando no a los invasores (como discurren los medios occidentales) sino a los mismos ucranianos. Incluso se han registrado episodios miserables (pero esperables) en los que estos grupos asesinaban a los civiles que pretendían escapar por carretera de ciudades como Mariupol.

Al mismo tiempo, los puntos de vista del Departamento de Estado y de la vocera presidencial parecen confundir a los medios quienes en base a esas aseveraciones, hacen especulaciones erradas sobre los reales objetivos de la operación rusa. Para darle tintes novelescos y dramáticos con destellos de película de acción hollywoodense se cuentan historias épicas sobre la “brillante resistencia” o de la “organizada y formidable resistencia” ucraniana que ha impedido que Kiev no caiga en manos de los rusos. Pero la realidad es muy diferente a este pasquín para-estadounidense ya que habría que preguntarse ¿Acaso Rusia está interesada en tomar y ocupar Kiev? Y si así fuese ¿Cuál es el apuro en hacerlo?

Los combates arrecian en los suburbios a solo cuarenta minutos del centro de Kiev. Los supuestos retrocesos rusos en estas áreas parecen demostrar más bien una estrategia para mensurar las capacidades de los defensores y reforzar sus posiciones consolidadas en el este.

Pero si aun así no fuera varios indicios que llegan desde dentro de la capital refieren a un aumento de la paranoia de las unidades armadas que patrullan las calles en los toques de queda ya que al parecer los rumores de que grupos especiales rusos ya están operando en silencio bajo sus narices, serian una preocupante certeza.

Más allá de las bravuconadas de Zelensky (quien trasmite desde fuera de Kiev), para los pobladores ucranianos la situación es insostenible. El combustible escasea, no hay vegetales frescos y ya no quedan medicamentos en las ciudades que tienen bolsones de estos grupos nacionalistas. La única resistencia persistente se centra en las principales ciudades como Kiev, Karkiv, Mariupol, Volnovakha y un emplazamiento de artillería en Avdiivka (en Donetsk) muy bien escamoteado en un terreno cubierto de casas. Otros bolsones fuertes están en Chernihiv, Sumy desde donde partió un contraataque en la madrugada del sábado pasado pero sin el éxito esperado.

Por lo pronto y pese al constante aliento de Washington y Londres para que la guerra no se detenga, las tratativas de los últimos días dan señales prometedoras de que es posible un alto al fuego que podría dar un poco de respiro a los civiles ucranianos, tanto del lado occidental como los civiles rusofonos del Donbass.

 

 



[1] Se trata del grupo ultraderechista más influyente de Ucrania que tras el golpe de 2014 fue creciendo en fuerza e influencia política. https://www.eldiario.es/internacional/ultraderecha-ucrania_1_4870632.html

[2] Creado por Stepan Bandera a quien responden las actuales corrientes ultranacionalistas ucranianas. https://es.wikipedia.org/wiki/Step%C3%A1n_Bandera . Su desarrollo como lider ultranacionalista y su discurso es parte de la actual propaganda que Occidente (EEUU, Gran Bretaña y la UE) usan para enfrentar a Rusia. Un artículo de Terry Meyssan hace una interesante semblanza de esta situación y el cual puede accederse en este link  https://www.voltairenet.org/article216072.html

[3] Es la denominación del Estado Islámico Rebelde de Chechenia que peleo contra Rusia y que actualmente dispersado se opone a las autoridades chechenas de Kadirov. https://es.wikipedia.org/wiki/Rep%C3%BAblica_Chechena_de_Ichkeria

[4] VeteransToday.com. Azov de Zelensky cuelga a una mujer embarazada y a su esposo 'por diversión' (¿Twitter mantiene el video?), publicado el 29 de marzo 2022, https://www.veteranstoday.com/2022/03/29/zelenskys-azov-hangs-pregnant-woman-and-husband-for-amusement-twitter-keeping-video-up/

jueves, 31 de marzo de 2022

 

“MALVINAS Y LA OTAN”

La incumbencia que permitió a Gran Bretaña sobreponerse de una advertible derrota. 

 

Por Charles H. Slim 

Hace 40 años la república Argentina llevaba adelante la “Operación Rosario” (en homenaje a la virgen del Rosario) con la finalidad de recuperar de la ocupación británica las Islas Malvinas, Sándwich y Georgias del Sur. Para la gran mayoría, una gesta patriótica que le sigue haciendo sombra a la corrupta clase partidocrática nacional y para otros el intento desesperado y doloso de una junta militar por perpetrarse en el poder. Sin lugar a dudas y más allá de estas posiciones, la guerra por Malvinas fue uno de los hechos trascendentales en las postrimerías del siglo pasado y una bisagra en la historia contemporánea argentina que marcaría a fuego no solo a la sociedad sino también al destino del país.

El desenlace de la guerra en junio de 1982 conllevó al regreso de elecciones para conformar un gobierno civil en el marco de la tan proclamada democracia, hito que sin dudas fue usufructuado por la clase política que aprovechando este episodio, se consolido en el poder hasta el presente. Aquella conclusión quedó rubricada y condicionada con las gestiones del gobierno de Menem mediante los infames “Tratados de Madrid” firmados entre 1989 y 1990 que son cadenas invisibles que mantienen en estado de coma el reclamo de soberanía y al mismo tiempo condicionan un desarrollo plenamente libre y autónomo.

Pero a pesar de la miseria política que represento este aprovechamiento mezquino y circunstancial (del cual Margaret Thatcher hizo expresa mención) esta gesta trascendió toda las barreras ideológicas y generacionales pese a la fractura existente y los intentos de esa misma clase política por desvirtuarla. Pero más allá de lo militar ¿Por qué se perdió esa guerra?

Durante años y en especial durante el primer período de la democracia encabezada por Raúl Alfonsín y su coordinadora de filibusteros, todo lo vinculado a Malvinas fue férreamente censurado. De la mano de un proceso político de desestructuración y paulatino desarme de las Fuerzas Armadas, se ocultó no solo a sus combatientes (conscriptos y de los cuadros) sino que se desinformo de forma descarada y cobarde sobre las implicancias que la OTAN tuvo en el conflicto. Y la explicación era clara, no había que molestar a quienes -desde Londres y Washington- de alguna manera les habían beneficiado. Esto siempre fue un tabú en los medios nacionales que (como de costumbre) se mueven al compás de lo “políticamente correcto”.

En aquel entonces la Argentina no solamente enfrentaba al Reino Unidos sino también -a excepción de Italia e Irlanda- a toda la CEE, a EEUU en fin, a la OTAN. No solamente cooperarían militarmente tras bambalinas (proveyendo municiones, misiles e inteligencia) sino que darían su apoyo político incondicional mediante la presión diplomática y la aplicación de sanciones económicas sobre las importaciones como forma de generar la presión interna. Pero no solo los miembros de la Comunidad Económica Europea (CEE) se plegaron a Londres sino todo el Commonwealth incluyendo a New Zelanda y Australia miembros de “Five-Eyes Agency”, la agencia de inteligencia electrónica trans hemisférica que durante el conflicto opero contra la Argentina.

Igualmente y pese a estos poderosos factores en favor de los británicos el daño infringido a la Real Flota fue sin dudas superlativo.

Desde la mirada de la clase política y el intelectualismo liberal anglófilo (algunos de ellos con sus culos muy cómodamente sentados en EEUU), la derrota ya era un hecho esperable y la culpa de todo era los militares e incluso acusando al entonces presidente el General Leopoldo Galtieri de ser un borracho improvisado. Todo esto obviamente, al finalizar la guerra y cuando los militares ya no estaban en el poder. Si bien a primera vista (y tras la derrota) estas acusaciones surgieron muy convenientes, estas argumentaciones son falsas dado que ni hubo improvisación ni Galtieri tomaba alcohol.

Como suele suceder con las miradas efectista y superficiales de los medios, atender a las consecuencias sin abordar las causas de ellas ha sido una de las constantes inconsecuencias que ha llevado a estos juicios ligeros en la historia.

Detrás de la recuperación de las islas del atlántico sur hubo toda una ingeniería político-diplomática entretejida y muy bien pensada. También y ello no suele tomarse en cuenta, existía una realidad geopolítica marcada por una bipolaridad hemisférica que se conocía como “guerra fría” y que condicionaba a todos los estados. En aquellos momentos la realidad de una amenaza nuclear pendía sobre el mundo como la espada de Damocles. En ese entonces, las naciones ubicadas geográficamente al occidente del mapa debían alinearse a los EEUU y la OTAN y quienes estaban al oriente quedaban bajo el ejido de la URSS y el Pacto de Varsovia. Argentina se mantuvo obediente a este diagrama y por ello sus FFAA -junto a las de toda la región- hacían la voluntad del Pentágono y del Departamento de Estado.

Si bien la Argentina representaba una de las FFAA más importantes de la región (Sudamérica) no formaba parte de la OTAN obviamente porque a Washington no le interesaba su membrecía aunque ello no significaba que no le sirviera. Para Washington y la OTAN los gobiernos militares latinoamericanos fueron peones en aquel tablero y como tales, sacrificables en el momento que mejor convenga. Es por eso que no habría sido nada extraño que tras el incumplimiento del Tratado de Asistencia Recíproca TIAR (que significó el apoyo de EEUU al Reino Unido) el mismo Secretario de Estado norteamericano Alexander Haig le haya dicho a un desconcertado canciller Nicanor Costa Méndez “nada personal, así son las cosas amigo”.

Si Argentina no ejecutaba un acto de reclamación efectiva (algo más que una simple protesta), el paso del tiempo le daría al Reino Unido una usucapión (adquisición por prescripción) que aunque ilegítima (por haber surgido de la usurpación de 1833) le habría bastado para rechazar cualquier clase de reclamo político y diplomático posterior ante las instancias internacionales incluso alegando que su posesión fue adquirida por el carácter de “terra nullius” de las islas. La acción de recuperar temporalmente la posesión de las islas (durante los 74 días que duró la guerra) ha dejado en claro que la ocupación británica no ha sido pacifica ni tolerada por el estado argentino.

En cuanto a las incumbencias de la OTAN en la guerra, fueron más allá del mentado “apoyo moral” a Londres.  Las mismas se vieron reflejadas en la provisión de la cobertura necesaria para que Gran Bretaña pudiera sostener y proteger el extenso tren logístico que representó mover su Task Force a un teatro insular a más de 8000 millas ¿Motivos para este apoyo incondicional? La previsión de una importancia estratégica preconcebida del Atlántico sur en el siglo venidero. Eso lo podemos ver hoy con el control absoluto de las aguas navegables argentinas por parte de Gran Bretaña y la OTAN con base en las islas en detrimento de la soberanía política y económica argentina.

Quizá sea una verdad irrefutable que el gobierno militar argentino y el mismo General Galtieri hayan pecado de crédulos al esperar que Washington les iba a tender una mano contra Londres, pero hay algo que es cierto y que se mantenido muy callado es como desde los estamentos en Washington se les arengó para que emprendieran esta campaña. Si lo hicieron para que los argentinos (como dice un dicho) “pisaran el palo” y deshacerse de la junta militar que ya no les era útil o porque apoyaban sinceramente una posible solución negociada (a través de la CIA) con Londres sobre una soberanía compartida sobre las islas del Atlántico sur, es algo que quedará en la anécdota pero si una cosa es cierta, hoy, aquellos que sucedieron a quienes palmeaban la espalda del “General majestuoso” (como le decían a Galtieri en Washington) son quienes han gestado las intervenciones, guerras y que como la actual existente entre Rusia y Ucrania, involucran intereses que importan en último sentido a la OTAN.