jueves, 4 de agosto de 2022

“POLITICA DE CLAUDICACION”

 ¿Por qué la designación de Sergio Massa como “super ministro” es tan inerte como el mismo gobierno que lo designa?

 

Por Pepe Beru

La escena de una cubierta de un barco que se va inclinando mientras los oficiales se destajan de risa en una juerga de alcohol y mujerzuelas no podría ser más descriptiva de la actual realidad argentina. Sin meternos en la telenovela que protagonizan sus gobernantes como su clase política opositora, se hace evidente que el país como estado dentro del concierto internacional está en exposición en la vidriera para ser adquirido por el mejor postor.

El marco internacional no podría ser más peligroso. Con una guerra en Eurasia en progreso, una recesión económica global en puerta producto de las sanciones de EEUU y la UE a Rusia y las necias provocaciones de Washington contra la soberanía de China materializadas con el viaje de la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi a Taiwán, los argentinos se ven sumergidos en una crisis económica fatal agravada por la ingobernabilidad producto de muy discutidos y faltos de autoridad funcionarios del gobierno ¿Qué hacer en estas aciagas circunstancias?

La respuesta parece haberse personificado en los rampantes y anodinos cambios de nombres dentro del gobierno nacional que además de no cambiar nada, encubren un verdadero golpe palaciego tramado por la vice Cristina Fernández contra Alberto Fernández y sus subordinados. En realidad, nada nuevo para quienes viven en este país. Quienes ya tienen años no se olvidan como en épocas de gobiernos militares, los generales se tumbaban unos a otros tras golpes internos que no asombraba a nadie y todos veían normal.

La llegada de la “democracia” no cambio esos hábitos. Y es que no pasa por militares o uniformes radicales o peronistas, es una cuestión intrínseca de los argentinos. Mientras sus bolsillos estén llenos, no importa quien les gobierne.

Hace tiempo que la Argentina es un país entregado. No hacía falta que los laboratorios estadounidenses y europeos “Pfizer” y asociados -Involucrados en los laboratorios de bioguerra en Ucrania- le solicitaran como garantías de pago para provisión alguno de sus recursos naturales como el litio en las provincias de norte (a donde la embajadora británica y una comitiva fueron a gestionar su acceso) o el agua potable de los glaciales del sur. Los dueños de la tierra en este país hace tiempo que son socios de estos intereses externos por lo cual, no se puede vender algo que ya no es tuyo.

Un país desgobernado y para peor sin soberanía política, se ve a la deriva gateando como un miserable mendicante ante los banqueros internacionales mientras el Departamento de Estado norteamericano y la embajada de Israel manejan los hilos de su política exterior obligando a su administración de justicia a incautar el avión venezolano bajo argumentos tan falsos como los informes de sus agencias de inteligencia.

Para redondear toda esta parodia de la democracia argenta no se podía poner mejor personaje para estas circunstancias. El camaleónico Sergio Massa, un burócrata con un master en obsecuencia y alcahuetería, quien ha transcurrido en la política partidaria como lo hace un gato sobre un tejado de chapa caliente hoy pasa a ser el “señor uno” en un gobierno insulso y carente de autoridad. Como si fuera un primer ministro (en un país presidencialista) asumió un puesto que nadie quiere tomar. Pero ¿Cuáles son las cualidades personales de este político para ascender a esta instancia?, ¿Serán sus capacidades y conocimientos en macroeconomía lo que lo lleva a ese sitial?

Seguramente usted no tenga las respuestas pero igual no se preocupe, ninguna de estas preguntas contiene la respuesta. En realidad Massa es un advenedizo que vendería a cualquiera por unas cuantas monedas de oro; pregúntenle al mismo Alberto Fernández. El mismo Judas queda chiquito al lado de este burócrata político criado durante el neoliberalismo menemista de los noventas y que con tal de sacar una ventaja para sus propios intereses, no ha dudado (para ganarse el favor y la vista de los sionistas) en ponerse una “kipá” para “rezar en el Muro de los Lamentos” o incluso más lejos, llegando a codearse con la basura neoconservadora más distinguida de la política norteamericana como el ex alcalde de New York Rudy Giuliani quien en su última jugada sucia como abogado de Trump termino siendo sancionado por su Colegio de Abogados.  

Sin dudas, un digno desprendimiento del menemismo pero sin identificarse con esa época, logro escalar en el mundo de la política partidaria aprovechando cada oportunidad que se le presentaba. Para ello dejo de lado la lealtad y cualquier escrúpulo para con sus correligionarios y partidarios. En las actuales circunstancias del país, Massa ha visto su oportunidad de oro para tomar un protagonismo que puede catapultarlo a la misma presidencia pero también una responsabilidad contraproducente ya que si no logra paliar la crisis podría caer tan rápido como subio. Pero éste personaje de la “vieja política” que no duda en contradecirse cada dos palabras, no asciende por su propio merito ni mucho menos; hay tras de él un grupo de empresarios de similares características a su proceder que buscan ganancias en medio de las aguas revueltas de un país totalmente entregado al FMI y cualquier inversor que con suficiente efectivo compre muy barato lo que queda de la infraestructura de un estado podrido.

En realidad Massa no fue el único que hundió al país en la crisis político-económica y social que hoy los sacude. En su último disfraz como parte de un frente “nacional y popular” este mercenario de la política ha sido parte en volver al FMI llegando los argentinos a tener que soportar una oficina de este organismo internacional funcionando dentro de la misma casa de gobierno. Así es, el británico Ben Kelmanson es quien con su bandera británica en su despacho y sin dudas con una línea encubierta del MI6, controlara el estricto cumplimiento de los deberes que el fondo le ha impuesto a este gobierno de impostores.

Con la llegada de Sergio Massa a la cúspide, aunque no como presidente pero que con uno que pareciera invisible es como si lo fuera, queda claro que no se abre ningún nuevo ciclo ni una nueva política que saque al país del pozo donde se halla sino, que esto sería el cierre de una época donde toda la clase política (incluyendo a la oposición) y quienes viven de ellos (los medios) pueden hundirse definitivamente en la total ignominia. 

martes, 2 de agosto de 2022

 

“THE FALSE SENSE GIVEN TO DEMOCRACY”

How and who devalued the meaning of the word democracy?

 

By Danny Smith

First of all, let's put aside the slogan that the Anglo-Saxon media (and that the Argentine ass lickers) have been discussing about the supposed struggle of “Western democracies against Eastern authoritarianism.” The facts are what make up the historical arguments and not the arguments that make them.

Today the war of stories has escalated to unthinkable levels and it was certainly not Russia or China who started it. For decades, the US propaganda machine par excellence (Hollywood) has manufactured, through the film and entertainment industry, the most varied and convenient scenarios of painted paper and cardboard to recreate the North American point of view of world reality.

From the second war in the middle of the last century, passing through the sudden enmity with the USSR in the fifties that gave birth to the cold war, the Zionist epic story of how Israel had returned to the “promised land”, the Korean war in 1950, the calamitous intervention in Vietnam a decade later to closer in time to the disastrous campaigns in Iraq and Afghanistan painted as crusades for freedom and democracy, Anglo-American political and financial power had shaped the historical vision of each of these episodes with very well retouched discursive arrangements to sell them in the first instance to their own citizens.

Democracy was and continues to be the most used and hackneyed argument, but in each of these episodes in history the meaning of the term has been conspicuous by its absence. Adding to it the “just war” was another argument with which Washington and its partners masked the plundering of the resources of the countries under attack (PNAC) seeking at the same time to skip international legality. From a distance and due to the horrible humanitarian consequences verified in each of these situations (such as the 500,000 Iraqi children killed by the 1990/2003 embargo plus the 1,500,000 murdered after 2003) and that millions of people continue to suffer, it remains The fallacy of this discourse used by Republicans and Democrats alike is evident.

Beyond the lies and media adulterations that were deployed to cover up the realities of each of these campaigns, the use of this word as a cliché to justify and support the disastrous consequences of those actions simply has no basis. In the current circumstances regarding the role of NATO and the US in Ukraine this has not changed. The wounds in Iraq and Afghanistan are still raw. Likewise, and without the slightest morality, these actors (particularly Joe Biden and Co.) with that feigned concern for peace and human rights that they never respected, today have the luxury of pointing an accusing finger at Russia as an aggressor. who commits war crimes.

More incredible but at the same time more insubstantial and tragicomic is the role of the Argentine media who, emulating their admired models from the north, only resonate as a distorted cacophony of Atlanticist propaganda.

But we see the distorted use of the word democracy with the absurd and shameful censorship against the Russian media imposed by the Western political and financial power that pulls the strings of the tentacular Anglo-Saxon Media Corporation and its subsidiaries in Latin America and South America. This censorship responds to a fear in the elites that is inversely proportional to the freedom of the press that a democratic system grants and of which politicians fill their mouths. What are the leaders in Washington and Brussels afraid of? Clearly the truth.

In Ukraine that truth begins eight years ago and even earlier, in mid-2013 when the US embassy in Kyiv began to operate gradually and underhandedly against the Ukrainian government, supporting the coup in February 2014 that led to the placing of a pro-Western government that curiously opened the doors to contacts with NATO. From there began a deaf tragedy for the ears of the West (USA, Great Britain and EU) but very real and daily for the Russian-speaking minorities who found refuge and protection in the Donbass that since then had to live under constant siege.

While Russia sought negotiation and the initiative to generate treaties to defuse the situation, Washington and its European minions were more concerned with sabotaging these initiatives and maintaining the confrontation.

Far from appeasing the military actions, Washington and Brussels are committed to worsening them at the expense (contradictorily) of the human rights and democracy of the Ukrainians themselves. And if not, what kind of democracy is supporting a pro-Nazi regime that since 2014 launched a hunt against the Russian-speaking inhabitants and lately has censored the Russian culture and language of its schools? And perhaps the most paradigmatic question impossible for Americans to justify is: what is democratic about promoting political subversion and coups?

Human rights are a universal value and the administrations in Washington have very little recognized this scope. Beyond how serious the aggression is and which the United Nations (UN) Organic Charter deals with in Chapter VII, it is nothing compared to the violations that configured the invasions and occupations of Iraq and Afghanistan. Why the Iraqis and the Afghans they had no right not to be tortured, abused or simply killed? Certainly the racism that showed its disgusting face in these occupations is not consistent with democracy.

The relativism that reveals the understanding that Americans have in what the word democracy represents for political life is clearly incoherent with its spirit. Thus, if anything is called democracy that goes against what it represents, it is very clear that it will no longer be a democracy.

 

 

               ARGUMENTOS          LEGALES DE LA     GUERRA DE 1991

A 32 años de la llamada Guerra del Golfo Pérsico algunos entretelones jurídicos y políticos de su inicio 


Por el Dr. Carlos Castia

Una cuestión que sigue estando guardada en los polvorientos anaqueles del estado argentino es el asunto de la misión “Alfil 1” que participo en la llamada “Tormenta del desierto” allá por inicios de 1991 cuando el mundo entraba en una nueva era geopolítica dominado por una visión hegemónica y expansionista de una superpotencia sin rival.

El desconocimiento que se advierte en los estamentos del estado sobre este hecho https://geomultilateralism.blogspot.com/2021/09/ de la historia contemporánea no es casual. Más bien deberíamos verlo como un intento vano por esconder la cuestión, no tanto por un compromiso político y diplomático con el actual Iraq o con los mismos EEUU a quien brindo apoyo, sino más bien para despistar, cansar y desalentar los reclamos de quienes participaron en aquella misión.

Y esto no es una mera suspicacia. Desde hace un tiempo hasta aquí los formales pedidos de información cursados a la Armada para que abra sus documentos referentes a los detalles de la misión, se han visto retrasados por resoluciones contradictorias que no asombran. Hay claramente una intensión por dilatar y dificultar el libre acceso a dichos plexos informativos que son posibles de consultar sin restricciones más allá de la actual excusa de la pandemia.

Precisamente la aparición de la pandemia del SARS-COV2 por finales del 2019 y posterior decreto presidencial del 20 de marzo de 2020 ordenando el Aislamiento Preventivo y Obligatorio interrumpieron las consultas presenciales en los archivos de la Armada Argentina. Desde ese entonces el acceso a dicha dependencia en la Ciudad Autónoma ha sido restringida a esporádicos y pocos contactos por mail.

Cuando inicie esta investigación sabía que se debía canalizar por los carriles y formas administrativas correspondientes algo que, no obsta a el acceso a dicha información histórica. Cualquiera con un interés legítimo o un derecho subjetivo tiene la posibilidad de reclamar que se abran los archivos y a su costa, recabar lo que sea de su interés siempre y cuando la información requerida no sea calificada de secreta, confidencial o reservada algo para lo cual deberá hacérselo por intermedio de un juez.

En el caso de esta información solicitada, la misma más allá de la calificación arguída por la Armada estaría disponible al solicitante (Cfr. Art. 8 inc. a Dto. 206/17)

Lo referente a la misión naval argentina en el Golfo Pérsico es parte de la historia y como tal, debe ser accesible al conocimiento de cualquier ciudadano, máxime si es la ley la que prevé esta posibilidad (Cfr. Ley 27.275 y su Dto. Reg. 206/2017 de acceso a la información pública). Con esto, el acceso a dicha información no debería ser un problema máxime cuando es posible su acceso vía digital (Cfr. Art. 5 y 6 del Dto. 206/17).

Pero con lo experimentado por quien escribe, estos requisitos no parecieran ser suficientes para la burocracia de la Armada como gran parte de la administración pública del estado, bajo la excusa del Aislamiento Obligatorio (ASPO), ponen trabas al efectivo acceso a la documentación de esa campaña naval.

Contrariamente a esta situación, en EEUU su acceso (pese a sus propias restricciones administrativas) es viable de obtener. Consultando sus fuentes oficiales y de asociaciones civiles que se avocan a trabajar por la transparencia gubernamental fue que tome conocimiento y acceso a la información de cómo se llevaron adelante los preparativos y las acciones para llevar adelante las operaciones “Escudo del Desierto” y “Tormenta del desierto” que surgen de documentos oficiales del Departamento de Defensa, de la Armada y de la misma Casa Blanca.

Entrando en tema y para entender el marco normativo veamos cual era el marco fáctico en el Golfo Pérsico después del 2 de agosto de 1990. Primero de todo, la invasión iraquí no pareció tomar por sorpresa a la Casa Blanca no solo por la reacción del mismo presidente George Bush sino por el exageradamente rápido despliegue de tropas sobre Arabia Saudita. Apenas unos días después de la toma de Kuwait desde su base en Alemania llegó a Arabia Saudita la 82º Aerotransportada que casualmente unos meses antes venía realizando aprestos y una exhaustiva revisión de sus equipos.

Con esta primera pista podemos intuir que algo se sabía en Washington. Pero ¿Era posible eso?

Para la Casa Blanca y en particular para el presidente George H. Bush el evento no había sido una sorpresa y mucho menos una situación imprevista. Muchos documentos de meses previos a que se produjera la crisis en Kuwait, arriman elementos que dan cuenta de una estrecha incumbencia que Washington, sus estamentos militares y de inteligencia mantenían en los asuntos internos no solo en Kuwait e Iraq sino de todo el Golfo (tras la guerra de Irán e Iraq).

Solo como ejemplo recordemos las estrechas y promiscuas relaciones preexistentes y simultaneas en el área de inteligencia entre Washington, Bagdad y Teherán en el marco de la guerra de aquel entonces que fue motivo de un escándalo épico (Fuente: S. Rept. No 100-216, 100th Congress, 1st Session Report of The Congressional Committees Investigating The Iran-Contra Affair, Apendix A: Vol 1 (Washington DC, 1988).

Pero no necesitamos irnos a consultar documentos clasificados o de alto secreto del gobierno norteamericano para dilucidar estas incumbencias. Los reclamos de Bagdad a Kuwait y Arabia Saudita por deudas generadas por la guerra con Irán y la intercesión de la CIA en toda esta circunstancialidad puso de manifiesto que La Casa Blanca no podía mostrar sorpresa en el desencadenamiento de la crisis, mucho menos con lo visto tras la entrevista (unos días antes) entre la embajadora April Glaspie y Saddam Hussein.

El paso del tiempo ha permitido que varios documentos de diversa entidad que circunscriben la intervención estadounidense, hayan sido liberados al conocimiento público gracias a las asociaciones civiles y de investigadores particulares que bregan por la efectiva libertad de información que en EEUU están legitimados para solicitar todo aquello que haga los actos de su gobierno federal.

A través de estas fuentes informativas veremos cómo se engarzó la llamada “Coalición Aliada” que fue la fuerza militar multinacional en la que la Argentina participó desde su etapa previa hasta las hostilidades que se extendieron desde el 17 de enero al 28 de febrero de 1991 (Cfr. Consta en el listado de un informe del Congreso). Una cuestión debe quedar clara y ella es que más allá de las tratativas y las resoluciones de Naciones Unidas (en especial la 678) La Casa Blanca y sus estamentos de la defensa produjeron de forma paralela sus correspondientes herramientas legales para poner en marcha el despliegue masivo y la justificación político legal de concentración de fuerzas militares en lo que sería el Teatro de una acción bélica.

Para ello el presidente estadounidense maneja ciertas herramientas legislativas que hacen a su potestad como “comandante en jefe” de las Fuerzas Armadas. En ese carácter tiene la facultad de emitir ordenes ejecutivas y Directivas con las cuales George H. Bush puso en marcha el temprano y presuroso despliegue militar que bajo la excusa de montar una defensa de Arabia Saudita -contra una supuesta intensión expansiva iraquí- (Op. Escudo del Desierto) que tras asegurar los campos petrolíferos de ARAMCO. OIL más tarde pasaría a mostrar su fase ofensiva (Op. Tormenta del Desierto).

Sobre esto algunos analistas israelíes -con mucho interés en el caso- ya concluían que la fase del Escudo del Desierto había sido una fase de preparación para el lanzamiento de las hostilidades del 17 de enero, ratificando así el desencadenamiento de los hechos.

Lo primero que hizo George H. Bush fue firmar el mismo 2 de agosto una Orden Ejecutiva ordenando congelar las cuentas bancarias y las transacciones provenientes de Kuwait e Iraq instruyendo a que el Departamento del Tesoro y la Secretaría de Estado lleven adelante todas las acciones necesarias a dicho fin. Como podemos ver, el embargo unilateral comenzó mucho antes de que Naciones Unidas emitiera sus resoluciones destinadas a trabar embargo y bloquear sus rutas comerciales, las cuales constituirían acciones hostiles contra Iraq.

Pero aún antes de estos eventos, Washington y en particular la CIA estaban al corriente del diferendo existente entre Kuwait y Bagdad por los campos petrolíferos del sur. Incluso más. Un año y medio antes de que comenzaran estos reclamos, el Pentágono por intermedio del General Norman Schwarzkopf en su por entonces carácter de jefe del Comando Central de los EEUU (USCentCom) participaba como observador en las maniobras conjuntas con el ejército iraquí, el cual era una ficha estratégica de Washington contra la amenaza soviética y un peón sacrificable para frenar a Irán.

En ese marco de estrechas relaciones con Bagdad y en previsión de un cambió que se daría con el colapso de la URSS fue que tejieron los argumentos legales.

Estos entretelones nunca fueron conocidos por los responsables políticos y militares argentinos, algo que, de haberlo sabido, lo habrían pensado mejor.

La movilización militar al Golfo Pérsico se fue incrementando al paso de las semanas llamando a que otras naciones se plegaran a sus esfuerzos como una condición sin la cual no podrían haber ejecutado lo que devendría.

Entre quienes establecieron un contacto temprano (y por una casualidad) fue precisamente el gobierno argentino, que por intermedio de la delegación del Ministerio de defensa encabezada por el entonces ministro Humberto Romero que se hallaba en visita en los EEUU, ofreció a sus anfitriones en el Pentágono su abierta cooperación material (mucho antes de que Naciones Unidas expidiera la resolución 678).

Entre tanto, los informes de la CIA y demás fuentes de inteligencia de orden militar fueron dando a La Casa Blanca un panorama diario de como evolucionaban los eventos en la región y en base a ellos La Casa Blanca tomaba sus decisiones ejecutivas. Estas solo son las principales piezas legislativas (de orden ejecutivo) de una maraña de memorandos internos y ordenes que pusieron en marcha la iniciativa norteamericana.

El 20 de agosto de 1990 George H. Bush emite la Directiva 45 por la cual entera a todo su Staff (entre ellos al Secretario de Defensa) los intereses que lo movieron a su redacción y los propósitos a lograr. Es precisamente allí donde se exponen los fundamentos y los objetivos para intervenir en el asunto sin que entre los principales se cuenten “el derecho internacional”, “la busqueda de la paz y la seguridad” o a lo menos, colaborar con algún esfuerzo de Naciones Unidas.

El primer párrafo de esta directiva (lo que demarca su importancia) reza “Los intereses estadounidenses en el Golfo Pérsico son vitales a la Seguridad Nacional” y “el riesgo de los intereses vitales de EEUU”, dejando bien en claro que EEUU va a la región -ante todo- a velar por sus intereses que para ese entonces se reflejaba en el control y la seguridad de la producción y transporte de crudo.

Subsidiariamente y como otros argumentos para justificar la masiva remisión armada invoca el Capitulo VII y su art. 51 de la Carta de Naciones Unidas y a una respuesta a la “solicitud de Arabia Saudita” con quien expone un compromiso que extiende a “otros estados amigos de la región del Golfo” ante una inminente -pero nunca cumplida- expansión iraquí.

En lo diplomático ante todo se menciona el interés por proteger a Arabia Saudita y solo se hace una mera y concisa mención a las resoluciones del foro sin darles una entidad decisiva. La mención de alguna “fuerza de paz” de Naciones Unidas brilla por su ausencia y ello por el simple motivo de la naturaleza de las operaciones que se iban a ejecutar. Es por ello que durante años este documento y otros de la misma clase estuvieran alejados del conocimiento público bajo los caracteres de CLASIFICADO o ALTO SECRETO.

Otro documento legal clave fue la Directiva 54 del 15 de enero de 1991 por la cual se hacen precisiones sobre el alcance de las operaciones militares que se enmarcarían en una “agresión iraquí en el Golfo”; esto es importante de tener en cuenta ya que con ello Washington justificaba y delimitaba el alcance geográfico del teatro de operaciones. Aquí también deja expreso que las acciones serían encabezadas por las fuerzas de EEUU en coordinación con las fuerzas de “nuestros socios de la coalición” -entre ellos Argentina- haciendo una enumeración de propósitos a lograr que claramente exceden los objetivos sugeridos por Naciones Unidas.  

En el punto 4 se especifican dos objetivos a cumplir en tanto se desarrollaran las acciones que eran, minimizar las bajas propias y recudir el colateral damage entre la población civil iraquí que tal como extensamente se ha documentado, no se cumplieron.

En el punto 5 dejo en claro que EEUU “buscaría la máxima participación de sus socios de la Coalición en todos los aspectos de las operaciones”, determinando el involucramiento que tuvieron en las hostilidades.

A su vez remite a la NSD 26 del 2 de octubre de 1989 y la NSD 45 previamente citada para argumentar la apertura de las hostilidades contra Iraq. En ambas piezas legales el centro radica en la protección de los intereses estadounidenses haciendo puntual incapié en su preocupación por los recursos petrolíferos.

En lo que hizo a la navegabilidad de una flota de guerra como la que se conformó para estas acciones, Washington se aseguró de contar con el permiso de libre tránsito de los estados rivereños occidentales árabes cuidando a su vez no violar las aguas territoriales de Irán (200 millas, Convemar).

En lo que hizo a los argumentos legales de Argentina para ingresar a la Coalición multinacional poco importan dado que, tal como los hechos históricamente lo demostraron, su grupo de Tareas “Alfil 1” se subordinó a una planificación, dirección y ejecución del Comando de operaciones liderado por los EEUU en Riyadh, todo ello enmarcado en las directivas y las ordenes ejecutivas que aquí hemos revisado por arriba.

 

 

 

domingo, 31 de julio de 2022

“AMENAZAS EN EL  MAR NEGRO”

En tierra la lucha mantiene su asimetría y el espacio aéreo está controlado por las fuerzas aeroespaciales rusas pero el control del Mar Negro aún parece indefinido

 

Por Javier B. Dal 

Si algo ha evolucionado en la industria armamentística de las últimas décadas son los sistemas de misiles navales en particular, los antibuques tierra-mar. A lo largo de la historia contemporánea estas armas han sido utilizadas en contadas ocasiones en teatros donde la defensa costera se hacía imprescindible.

La guerra de las Malvinas en 1982 y el Golfo Pérsico en 1991 fueron dos escenarios donde la presencia de una armada enemiga amenazaba el territorio allende del mar territorial. Los argentinos en aquella guerra contra Gran Bretaña disponían de contados recursos para esta tarea, aunque supieron aprovecharlos con mucha eficacia e ingenio. Desmontando de uno de sus buques los misiles MM-38 “Exocet”, los emplazaron en un lanzador improvisado en la costa de Puerto Argentino que dio un susto a los tripulantes del HMS “Glamorgan”.

Los iraquíes debieron enfrentar una armada multinacional que se concentraba en las aguas del Golfo Pérsico. A pesar de que contaban con antiguos sistemas de misiles costeros rusos y chinos, los mismos no pudieron ser empleados con eficacia por la superioridad aérea y la distancia mantenida por los grupos navales de ataque.

Más cerca en el tiempo en 2006 durante la agresión israelí al Líbano, la resistencia islámica “Hesbolah” usando un misil antibuque de origen chino “C-802” reformado por los ingenieros árabes, golpeo a la corbeta israelí SA´AR 5 “Hanit” causando bajas en su tripulación y graves daños materiales. Los israelíes fueron víctimas de la arrogancia de sus comandantes en la creencia de que no podían ser atacados. Un instante después otro de estos misiles hundió un buque mercante que espiaba electrónicamente para Israel a unos 48 kilómetros de la costa libanesa. Estos episodios golpearon la moral de la marina israelí obligándola a mantener la distancia y estar en modo defensivo. La experiencia dejo en claro que no importa la sofisticación del equipo sino también la mano humana que lo opera.

Hoy en las actuales circunstancias en Ucrania, el Mar Negro se ha convertido en un teatro de operaciones marítimo que podría escalar peligrosamente. Desde hace un par de meses Rusia ha logrado controlar la costa suroriental ucraniana dándole seguridad a las unidades navales que patrullan el Mar Negro o al menos eso era lo que creían.

Pero a diferencia de los anteriores teatros citados, este espacio acuático, además de presentar una extensa costa, se halla transitado de forma promiscua y muy peligrosa por la armada rusa y varias armadas de la OTAN convirtiendo la posibilidad de un incidente en una pesadilla táctica. El incidente del “Moskba” en abril (si tomamos la versión ucraniana) puso en entredicho la seguridad y la efectividad de las contramedidas de los buques rusos ante amenazas que representan los nuevos misiles antibuque lanzables desde tierra.

Según la versión ucraniana, el “destructor de portaaviones” (como se llamaba al Moskba) fue detectado en cercanías de Odessa en donde existían emplazamientos de misiles antibuque “R-360 Neptuno” de fabricación nacional. Un misil de carácter subsónico y con un alcance de 300 kilómetros hace muy creíble que ese haya sido el motivo del hundimiento del crucero ruso. Igualmente quedan un par de preguntas sin responder y son ¿Fueron detectados esos misiles? Y si lo fueron ¿Por qué no funcionaron las contramedidas? Con esta última pregunta se abre una gran discusión sobre la eficacia general de las contramedidas ante misiles más inteligentes y maniobrables.

Estas cuestiones preocupan por igual tanto a los ucranianos a la OTAN ya que Rusia posee sistemas de misiles antibuque tan o más sofisticados e inclusos sistemas inhibidores que podrían poner en problemas a los grupos de tareas estadounidenses y británicos.

Pero a esta amenaza se agregan otras provistas por la OTAN, que vienen incluidas en los abultados y costosos paquetes de ayuda de occidente. Entre estas provisiones estarían los sistemas antibuque “MBDA OTOMAT” que va más allá del campo visual desarrollado conjuntamente por Italia y Francia con una excelente performance operativa que lo pone a la altura de sistemas más conocidos como el “HARPOON” y el “EXOCET”.  A diferencia de las anteriores experiencias hoy el desarrollo tecnológico y la dependencia de complejos Soft-Ware para darle precisión a estos vectores vuelve a estos juguetes difíciles de emplear sin un exhaustivo asesoramiento. Justamente en esta situación se hallan las tropas ucranianas que para operar los diversos sistemas que les han entregado (incluidos israelíes), requieren de la obligada intervención de asesores de la OTAN.

Esta gran gama de sistemas antibuque en manos de los ucranianos sin dudas puede poner en problemas a los navíos rusos pero, hay un pequeño detalle a considerar y ese es la presencia y transito de buques “amigos” lo que una falla humana en el cálculo o identificación de un blanco podría generar efectos políticos contraproducentes que resentirían aún más la ya cuestionadora opinión pública occidental.  

Igualmente una cosa es poseerlos y otra utilizarlos. Los ucranianos podrían estar en posesión de miles de misiles de estas características (descontando los que han ido al mercado negro) pero sin saber operarlos es como no tener nada. Si bien la máxima de “atacar primero, efectivamente con la mayor capacidad ofensiva disponible” da una ventaja sobre el oponente, se hace muy dudoso que algún comandante de la OTAN este dispuesto, sin consulta previa a Bruselas, a provocar a la marina rusa pero, ¿Qué hay de los grupos neonazis ucranianos que tienen acceso a estas armas?

 

 

 

viernes, 29 de julio de 2022

 “HACIA 

UNA NUEVA GEOPOLITICA FINANCIERA”

Mientras desde Washington y Bruselas se apuesta por profundizar la miseria como táctica en su guerra contra Rusia, Moscú y Pekín avanzan por un camino del desarrollo sostenido

 

Por Charles H. Slim

Las épocas en las que el llamado “primer mundo” succionaba los bienes y mercancías de los países subdesarrollados generando ese milagro económico de abundancia y riqueza para sus metrópolis se han ido. Hoy la inflación, el desempleo y la carestía ya es una realidad en los EEUU y lo peor de todo es que todo eso podría llegar a convertirse muy pronto en una recesión.

Como había dicho anteriormente, La Casa Blanca podría estar tratando de usar la guerra en Ucrania para crear una reactivación a base de la producción intensiva de la industria militar lo que de por sí ya es una calamidad para los mismos ucranianos y el resto del globo. Es ahí el interés por perpetuar la guerra. Pero en esta ocasión, este negociado de sangre no es tan fácil de instalar ya que no se trata de ahorcar a un diminuto país del Medio Oriente o a una revolución sudamericana a los cuales, a la superioridad militar se le ahorca financieramente saqueando sus cuentas bancarias y bloqueando su comercio. En Washington ya están entrando en cuentas que jugar sucio con el rival equivocado no solo ha sido un error, sino también que esto esta creando consecuencias indeseables para sus propias economías.

Aún antes de la guerra, Rusia y China ya venían trabajando en silencio y con paciencia en el desarrollo estratégico de un sistema financiero alternativo que además de complementar sus economías ofrezca una solución al sistema extorsivo occidental regido por el dólar (una moneda que se deprecia) y a su vez conforme una alternativa global para quienes quieran salirse de aquel.

Hay un claro choque de filosofías donde el occidente anglosajón trata de revivir su moribundo sistema financiero de base competitiva especulativa y oriente construye otro bajo principios de cooperación y ganancias mutuas que se ve alentado por las sanciones que los anglosajones vienen imprimiendo desde el inicio de la intervención rusa en Ucrania.

Y es que hay que volver a resaltarlo, occidente esta siendo víctima de su propia medicina. Como lo había dicho antes, la llegada de Biden a la presidencia representaba una continuidad en las políticas externas de Washington y por ende, no habría nada nuevo en sus formas de imponerse ante los adversarios. La prosperidad económica devenida de la guerra con la cual EEUU (después de 1945) levanto su imperio ya no es viable. El mito de que los demócratas eran más considerados y moderados que los republicanos en sus acciones exteriores queda confirmado con Biden. En política exterior demócratas y republicanos son lo mismo.

El empleo del terrorismo financiero contra Rusia, impulsado por un odio visceral profesado por los neoconservadores hacia Vladimir Putin ha sido un error claramente contraproducente para Washington y toda la infraestructura de los EEUU que se revelaría en una recesión.

Pero quienes realmente están sufriendo por estos juegos y sus consecuencias son los simples ciudadanos norteamericanos de a pie que ven como día con día se degrada la economía, se cierran las fuentes laborales y de producción lo que conlleva a la afectación de su calidad de vida y las expectativas de progreso producto de una inflación que (en beneficio de la recaudación gubernamental) ha sido potenciada por las locas medidas extorsivas de su gobierno.

Pero los más afectados por esto son sin dudas los europeos quienes regidos por un sistema político altamente dependiente de las decisiones en Washington, hoy por hoy y por plegarse a la guerra económico-financiera de Biden (entre otras consecuencias) se están preparando para un invierno sin provisión de gas. Este racionamiento no solo traerá incomodidad para los ciudadanos sino restricciones en el sistema productivo. La crisis ha dejado más que expuesta la subordinada actuación de la UE y su pésima administración en cuanto a las decisiones que afectan a los ciudadanos del bloque. A pesar de que los gobiernos de Scholz y Macron se han dado cuenta que esto se vuelve insostenible, siguen drenando millonarios recursos financieros y militares para sostener la guerra en Ucrania, aunque cierto es decirlo, actualmente están disminuyendo ¿Por qué no destinar estos recursos al mejoramiento del sistema productivo y de los ciudadanos europeos?

Otros que están resintiendo estas consecuencias son los británicos quienes ya se han dado cuenta que el Brexit solo era un sueño vaporoso (con ambiciones neocolonialistas) conducido por un delirante como Boris Johnson. Igualmente, su gobierno mantiene su lealtad a las decisiones de Washington y sigue actuando en consecuencia.

Así es como están hoy las cosas. Mientras los anglosajones han torpedeado a sus propias economías creyendo que podían dañar a Rusia como lo habían hecho con Iraq, Libia, Yemen, Afganistán y Siria, los chinos y los rusos conscientes de aquellas experiencias pasadas marchan -desde mucho antes de la guerra- de forma paciente y constructiva para el desarrollo (entre otros objetivos) de una canasta de monedas como reserva y para transaccionar en sus mercados dejando la dependencia del dólar como moneda obligada de cambio.

Tanto el presidente ruso Vladimir Putin como su par chino Xi Jinping tienen el capital político suficiente para establecer estas metas, porque siempre ha sido una regla clara que no son los mercados (concepción liberal) que mágicamente regulan las economías de los pueblos (teoría del derrame), es la voluntad política de un gobierno coherente la que conduce a la economía para que ordenadamente vuelque sus beneficios en los pueblos