sábado, 22 de octubre de 2016

EN LA MIRA




“ADVERTENCIA RUSA”

Ante la actual situación de Rusia como potencia emergente hasta dónde llegara la pulseada entre Washington y Moscú por la situación en Siria?





Por Charles H. Slim
Lavrov y Kerry irreconciliables
De este lado del globo nada o casi nada se sabe de lo que realmente ocurre en lo referente a la guerra que se está devorando a Siria en particular y al Medio Oriente en general  y menos aún, cuáles son los verdaderos intereses que se están jugando a cada momento y que se posicionan detrás de los dos grandes actores geopolíticos más importantes del momento: EEUU y Rusia. A pesar de que las bombas y los misiles caen desde hace dos décadas y media sobre las cabezas de las familias árabes de la región, lo poderes centrales en Washington y Londres que impulsaban –y sigue haciéndolo- no encontraban poder alguno que pudiera ponerles un freno para detener sus juegos de dominación. Incluso  para el 2010 llegaron al paroxismo de la impunidad al montar ante vista de los gobiernos árabes del norte de África y con la descarada ayuda de los medios masivos de información, esas falsas revoluciones que culminaron en mayor miseria y muerte para los pobladores, pero en muy buenos negocios para los países interventores de la OTAN.

Apenas cinco años atrás Rusia y China se abstuvieron de intervenir y dejaron que la OTAN con el beneplácito del Consejo de Seguridad, invadieran y destrozaran a la Libia de Mohammar Al Gadafi llevándola a la ruina y su separación en regiones tribales. Fue en esos días que la entonces secretaria de estado Hillary Clinton, demostró sus talentos para reunir, coordinar movilizar la ayuda suficiente para que –con la supervisión de las respectivas agencias federales- se prepararan los diversos grupos “jihadistas” que en unos meses desembarcarían en Siria. Desde Washington los miembros del Departamento de Estado, el Pentágono y claro la CIA pronosticaron erróneamente que podrían replicar estos mismos planes sobre Siria y desde allí con un Iraq absolutamente entregado, lanzarse sobre la República Islámica de Irán. Esto nos pone en evidencia algo irónico y hasta casi épico ya que, el plan trazado por el Departamento de Estado y sus aliados –especialmente sauditas, qataríes e  israelíes- para derrocar los gobiernos laicos y nacionalistas árabes para reemplazarlos por los partidarios Takfir de la Hermandad Musulmana se enfrentarían con el “Irán islámico de la Chía”.
Misiles rusos en alerta

Pero las maquiabelicas predicciones y esperanzas de Washington se vinieron abajo apenas llegado el 2012 cuando Moscú comenzó a intervenir diplomáticamente con el gobierno de Damasco para llegar a septiembre del 2015 cuando el presidente Vladimir Putin, tras haber evaluado que la situación no daba para más, tomo la decisión de  intervenir en forma decisiva y frontal contra lo que los medios pintaban como la “guerra contra el terror”.  Allí los generales del Pentágono pudieron comprobar con estupor que el poderío de la Federación rusa era una amenaza real y más precisa de la que los jactanciosos políticos y encargados de la inteligencia en Washington solían burlarse en sus reuniones a puertas cerras del comité del senado.

Igualmente, sigue habiendo algún grado de superioridad militar de EEUU pero que se ve equilibrado por la cantidad y calidad de escándalos en los que se ha venido viendo envuelto causando un desbalance en la imagen política que es muy difícil de arreglar.  Mientras Washington discursaba sobre sus esfuerzos por combatir al terror, las informaciones de filtraciones dentro de su propio sistema revelaron una verdad escandalosa y que muy pronto paso a tener estado público masivo cuando Rusia entra en escena y revela que el llamado “Estado Islámico”  era algo así como un monigote que pese a los supuestos ataques aéreos de la Coalición internacional, permanecía asombrosamente indemne.

Fue sin lugar a dudas, una muy mala pasada para la Casa Blanca que se empezaran a conocer las mecánicas sucias con las que se manejaba todo el asunto en Siria e Iraq, sindicando como los principales responsables de estás impúdicas revelaciones a la aviación rusa que además de cortar todas las vías de suministro al “ISIS” y sus aliados que cruzaban tranquilamente desde el sur de Turquía,  desmadró en tan solo dos semanas de bombardeos, a los centros de comando que tenían los mercenarios en Latakia, Hama, Daraa, Damasco y todo el norte del país.  
Tropas de EEUU llegando a Jordania

Asimismo fue la aviación rusa y en tan solo un mes que acabó con las rutas de tráfico del petróleo que se robaban estas bandas mercenarias de Deir Ezzor en Siria y del norte de Iraq, en éste último caso con la anuencia y cooperación de los kurdos del Clan Barzani.

Pero eso solo no fue el motivo para enfurecer a los norteamericanos; en esos ataques aéreos rusos muchos de los asesores de la CIA y del Pentágono que trabajaban encubiertos con los grupos de mercenarios que recibían entrenamiento, armas y cobertura en suelo turco, terminaron muertos o incluso desaparecieron agregando más nervios a los responsables de la inteligencia ante futuras y reveladoras filtraciones por parte de alguno de estos agentes perdidos.

Como venganza la embajada rusa recibió un ataque en pleno Damasco y enseguida el Kremlin no dudo en conectarlo con células operativas que se hallan bajo el comando de la CIA. Pese a ello Rusia redoblo sus esfuerzos y continuo trabajando con el gobierno de Bashar Al Assad para estrechar aún más la cooperación humanitaria, política y militar lo que llevó a desatar las preocupaciones del tercero en discordia –y sabido actor en las sombras- Tel Aviv, quien de la voz de Benjamín Netanyahu trató en vano de amedrentar a un Vladimir Putin que lejos de sentirse amenazado dejo en claro que si cruzaba la línea roja, sus fuerzas sabrían como responder. Esto era a cuento de las variadas operaciones que Israel había llevado adelante –entre ellas bombardeos sobre Damasco en 2013- que amparados en la sorpresa y aprovechándose en la noche y de la baja calidad de los viejos sistemas antiaéreos sirios, pretendía desconocer con sus característicos comunicados ambiguos.  Sin dudas lo que colmo la paciencia de Putin fue el derribo en noviembre del 2015 del avión SU-24 por parte de dos F-16 turcos que –según la inteligencia de las Fuerzas aeroespaciales de la Federación Rusa- además de haberlo derribado dentro del espacio aéreo sirio fueron dirigidos al blanco por un avión de guerra electrónica estadounidense AWACS que tenía su base en Arabia Saudita. 

Más allá de la pérdida aparato y de la mojada de oreja que represento para la Federación Rusa, Vladimir Putin aprovecho el incidente para volverlo personal y prometer a la familia de los pilotos muertos, que sus vidas no habrían sido cobradas en vano.
S-300 rusos vigilantes en Siria

Pero eso se terminó cuando Putin ordenó el traslado de sus sistemas antiaéreos S-300 y los radares de alerta temprana que coordinan en tiempo real, una red de defensa antiaérea que cubre casi el 80 % del territorio (v. https://actualidad.rt.com/actualidad/220562-alcance-s400-s300-siria-rusia-eeuu ). Ante esto no solo preocupo a Washington sino también a Tel Aviv que ante semejantes equipos en el país árabe, vería imposibilitado realizar golpes aéreos furtivos.  Fue así como por un lado los sirios han logrado conjurar los planes de EEUU y sus aliados y por otro, empujar a las bandas mercenarias a los límites de las fronteras con Turquía y Jordania, dos de los grandes colaboradores estratégicos en todo el drama que vive el pueblo sirio.

Claramente frustrados y echando mano a todo tipo de trucos el comando de la Coalición Internacional liderada por EEUU ha tratado de montar escenarios para que la aviación rusa apareciese como responsable de ciertos ataques sobre las poblaciones civiles, especialmente en Alepo (v. https://www.rt.com/usa/361939-kerry-russia-war-crimes/)  . Con episodios como el ocurrido en Qibani en septiembre o el presunto ataque aéreo ruso sobre el campamento de Al Rusheid que se ubica entre Siria y Jordania en julio pasado, Washington ha tratado de usufructuarlo en el campo diplomático para tratar de desacreditar a sus socios rusos y agregar más cargos al gobierno de Al Assad para argumentar una posible intervención militar directa contra Damasco.

Recordemos también que tras el deliberado y cruento ataque aéreo sobre el ejército sirio en Dier Ezzor, quedo claro que EEUU estaba de un lado y ese es el de los grupos armados como el “ISIS” que casualmente tras dicho ataque, ayudo a que esta franquicia pudiera salir de su asedio. Tras ese episodio, el escándalo quedo servido en bandeja. Para salir del paso, la Casa Blanca y el Departamento de estado dieron al traste con los acuerdos con Moscú dejando abierta la puerta a una intervención directa contra Damasco.

Desde hace dos semanas que los medios estadounidenses como el The Washington Post, han venido siendo la caja de resonancia de estos planes entre los que se encontrarían, el bombardeo de aeródromos y bases aéreas sirias con el fin de impedir vuelos militares buscando con ello, degradar la capacidad de las fuerzas armadas árabes sirias en beneficio de las bandas mercenarias. Obviamente que esto se ve seriamente obstaculizado por un pequeño detalle: Rusia y China.  Igualmente las señales son preocupantes ya que, los estadounidenses han venido ensayando con sus artefactos nucleares tácticos B-61 y las bombas termobáricas rompebunkers (v. http://desarrolloydefensa.blogspot.com.ar/2008/04/bomba-termobrica.html ) en sus polígonos de tiro en Nevada. Igualmente y ante esta determinación, Rusia no ha escatimado en advertencias sobe las consecuencias sobre aventurase por agredir a Siria.


La situación en Alepo es el centro de esta pulseada y ha desatado una batalla de nervios a nivel diplomático en la que los altos jerarcas de ambas partes, se han dedicado elegantes advertencias sobre lo que podría llegarle a suceder a uno u otro, si se atreven a agredir a sus unidades o atentar contra el desarrollo de sus operaciones. Tal como lo ha dejado entrever ambas partes, todo puede suceder si alguno da un paso en falso con la intensión de agredir a Siria.

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