“UNA GEOPOLITICA CONDICIONADA”
¿Cómo puede la Argentina desarrollarse en las
actuales y complejas relaciones internacionales sin una política estratégica propia?
La historia de nunca acabar de un país cabeza abajo
Por Charles
H. Slim
Para entrar en circunstancia de lo que sucede en
la Argentina, es necesario recordar que un estado condicionado, poco o ningún
poder soberano tendrá para ejercer en relación sus pares. Se sabe que el país
se halla ahorcado económica y financieramente algo que lo ha obligado a volver
a sujetarse al FMI de quien depende para que en teoría, pueda salvar una
economía devastada.
El país sigue siendo un
paradigma de los contrastes en el desarrollo de países emergentes que poseen
las condiciones pero no las aprovechan. Un país con recursos naturales varios y
potencialidades para desarrollos de todo tipo, se ve nuevamente bajo los
lineamientos de un programa de ajuste requerido y supervisado por este
organismo internacional. Bajo estas condiciones, no hay dudas que el gobierno
de Alberto Fernández y su coalición del Frente de Todos poco pueden hacer para
resistir influencias foráneas.
La situación
socio-económica del país se halla en una zona de incertidumbre caracterizada
por la ausencia de referencias y el alza de precios agravada por la
depreciación de una moneda que cada día vale menos que es producto de un
desmedido gasto fiscal acumulado a lo largo de dos décadas de usar al estado
como caja de empleo para amigos, punteros y reclutamiento partidario. En un
sentido gráfico la Argentina es como un gigantesco globo desinflado.
En este marco y con un
gobierno carente de poder político, los intereses de otros estados, mediante
organismos que ofician como simples asociaciones y sujetos internos influyen
notoriamente buscando concretar sus agendas sabiendo que no serán obstaculizados
en su proceder. El caso del avión venezolano retenido ilegal e indebidamente
por una discutida medida judicial es ejemplo de esto poniendo en tela de juicio
la libertad de maniobra para la Casa Rosada, especialmente por presiones de
EEUU y de Israel que son infladas por empresas de medios locales que comulgan
con las políticas de esos entes.
El marco global para un
país en el caos no puede ser peor. La seguridad y la paz es un asunto global
que hoy está en vilo por el capricho del actual inquilino de La Casa Blanca tan
o más necio que su predecesor muchas veces defenestrado por los medios del
sistema. La OTAN ya ha cruzado varias líneas rojas que decididamente amenazan
la seguridad de la Federación rusa. Tan solo unas horas atrás varios ataques
terroristas sobre objetivos rusos en Crimea, el uso de armas químicas (Agente
X) contra las tropas rusas en Zaporizhia,
atentados en localidades fronterizas rusas e incluso en cercanías de Moscú (el
asesinato de la hija de Alexander Dugin) que implicarían la incursión de elementos
de la OTAN, demuestran que el sistema de reglas internacionales esta
definitivamente roto poniendo en vilo al mundo ante la inminencia de una
conflagración a gran escala que afectara a todo el mundo.
Darya
Dugina hija del filósofo ruso Alexander Dugin (cercano ideológico de Putin) murió
asesinada en momentos que se trasladaba en su automóvil a las afueras de Moscú.
Aún no se ha determinado el método de ejecución del atentado pero las primeras
pistas indican una trampa explosiva improvisada usada en Iraq durante la
ocupación y luego imitada por agencias de inteligencia en Siria
Podemos decir sin dudas
a equivocarnos que el sistema de reglas internacionales pende de un hilo muy
delgado.
Pero más allá de este
escenario global, la Argentina ya venía siendo arrastrada a otros escenarios
conflictivos regionales usando situaciones que por las mismas presiones que hoy
soporta el gobierno de Fernández, cedió la administración menemista de los
noventas (archi corrupta) impidiendo la dilucidación por la justicia.
Los sectores y
personajes serviles a dichos intereses no escatiman en difundir falsedades y
engaños para apoyar a estas agendas. Los partidarios locales del Commonwealth y
del neocon estadounidense se pintan así mismos como los civilizados y
democráticos demonizando a todos quienes rechazan esa organización sustentada
por la explotación y las finanzas corruptas originadas por la guerra y la
explotación. El asunto del avión venezolano es sin dudas emblemático de cómo el
Departamento de Estado norteamericano y la embajada de Israel influyen sobre
una ya poco creíble justicia argentina para que apliquen medidas que no están
legitimados a reclamar y mucho menos imponer pero que igualmente, sus adalides
locales bregaran por establecer.
Pero todos estos
tironeos no deberían influir en los asuntos de estado. Obviamente, para ello
debería existir un poder político bien plantado que lo haría inconmovible y
poco permeable a los lobbies externos. Pero la realidad es otra. El país desde
hace década carece de una agenda propia y solo va a la zaga de aquellas que le
trazan desde afuera excusándose sus dirigentes con la recurrente exclamación “¿Y
qué otra cosa podemos hacer?” Lo que dice Washington y su subalterna Unión
Europea es lo que suelen seguir estos meros títeres de alquiler. Tal como se
ven las cosas la única ambición de sus políticos es ir para donde más convenga,
no al país, sino a ellos mismos. Hablar de multilateralismo o de unilateralismo
aquí no significa nada y es por ello que el horizonte para los argentinos se ve
muy nebuloso.
La Argentina no puede
elegir su camino con libertad. Esta condicionada bajo estas oscuras sombras que
la guiarán por las sendas de sus propias agendas y eso es visible a la luz de
una gobernanza ausente (y desorganizada) y de una clase política corrupta e inepta
que abona el terreno para que aquellas influencias operen con total
tranquilidad sin la menor oposición. El mundo ya era muy peligroso antes de la
guerra en Ucrania pero lo que se está gestando, es mucho peor.
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