MALOS MUCHACHOS
¿Qué tan relevante ha sido la cumbre del G7 en Italia y cuáles fueron
los principales objetivos de la misma?, ¿Qué tarea se le encomendó a Milei para
implementar en la Argentina?
Por
Charles H. Slim
La cumbre del G-7 que se llevó a cabo en Bari, Italia podría ser entendida para la mayoría de sus pocos asistentes una pérdida de tiempo no solo por lo intrascendente de lo que se trató, la notable pérdida de influencia que tiene el grupo y la decadencia de cada uno de sus asistentes, pero para un par de ellos (en especial para uno de ellos) significaría una oportunidad y una alternativa para resolver asuntos en sus países.
Un dato a tener en cuenta es que mientras esta camada de conspiradores
tenía como uno de sus temas más relevantes el seguir alimentando la guerra en
Ucrania, en el otro extremo del mapa y en la ciudad rusa de Nizhny Novgorod se
celebraba la cumbre de los BRICS que a diferencia de aquellos, sus asistentes contemplaron
temas de cooperación estratégica precisamente para sacudirse de la influencia
extorsiva y tóxica de los angloestadounidenses.
Aunque eso no se dirá en los medios de occidente, la cumbre en Bari más
bien fue una simple reunión de perdedores ¿Lo creen exagerado? Vemos en una
breve perspectiva porque fue así.
Veamos quienes asistieron. Primero de todo, sus asistentes eran los
mandatarios de los países miembros, es decir, Canadá, Francia, Alemania, Japón,
Reino Unido, Estados Unidos siendo Italia el anfitrión de esta reunión. Así la
primera ministra Giorgia Meloni fue quien recibió a sus huéspedes quienes
siguen imaginando ser los reguladores del mundo. Entre los invitados especiales
estuvieron el presidente argentino Javier Milei, Volodymyr Zelensky el gran
perdedor de Ucrania y como visitante estelar, el Papa Francisco que como no
podía ser de otro modo, dio la nota. Tal vez no lo haya notado o quizá poco le
importe, pero salir en la foto junto a los responsables de crear guerras,
impulsar el terrorismo y generar hambrunas lo desluce en su entidad. Tal vez lo
haga como dijo Jesús “son los pecadores los que más me necesitan”.
Todos y cada uno de ellos tienen algo que pesa en sus reputaciones. Como
las damas van primero, empecemos con la presidenta de la UE Ursula Von Der
Leyen quien además de sus negociados, ha sido el nexo político de La Casa
Blanca para implementar su política exterior por sobre los intereses de los
europeos. El mandatario canadiense Justin Trudeau a los problemas de corrupción
interna se le debe agregar su adhesión filonazi (más allá de su pasado) demostrada
con la determinación en su apoyo al régimen de Kiev. En similar camino el
francés Emanuel Macron, quien a los serios problemas internos creados por su obsecuente
papel de vasallo de las decisiones de la OTAN, ahora ve tambalear su gestión
ante el avance de la derecha. El canciller Alemán Olaf Scholz no se queda atrás
en ese papel de arrastrado y por ello, además de hundir la economía alemana y
volverla dependiente de energía carísima (vendida por EEUU), además de abrirle
el camino a la extrema derecha, ha dejado muy mal parada a su industria militar
con los fracasos en Ucrania. De Rishi Sunak no hay nada más que pueda decirse de
él sino que, huye despavorido ante la imposibilidad de manejar el caos en el
que ha sumido a Gran Bretaña. En cuanto
a Joe “Sleepy” Biden, a su pésima administración con su escandalosa geopolítica
pro-nazi en Ucrania y su doble rasero con el genocidio que ha cometido Israel,
los escándalos judiciales de su corrupto hijo Hunter lo pone en un marco muy
difícil de remontar para las elecciones de noviembre.
Para colmo de la risa cada uno de ellos se consideran a sí mismos como
“democráticos”, una calificación difícil de creer ya que, desde Joe Biden hasta
el último de sus subordinados europeos (incluidos algunos de los invitados),
tienen las manos manchadas de sangre desde mucho antes de instigar y alimentar
la guerra en Ucrania y asistir al estado genocida de Israel.
No hay dudas que el más destacado y pintoresco de los presentes fue el
pequeño tirano ucraniano Volodymyr Zelenski quien como era de esperar, no
perdió el tiempo y tras mendigar como usualmente suele hacer, lleno su bolsa de
expectativas con la promesa de recibir unos cuantos miles de millones de
dólares para sustentar la continuidad de la guerra que se traduce, en
sostenerle en el poder.
Pero es probable que el más pintoresco de los invitados haya sido el
presidente argentino Javier Milei que por estos momentos parece ser el blanco
de la curiosidad de la elite atlantista no por sus extravagantes y delirantes
posiciones sobre la economía sino, por la utilidad que su gobierno y su país
representan para los planes de la OTAN.
Precisamente fue en el marco de esa reunión que el jefe del Pentágono Lloyd
Austin llamó a los responsables del área de cada uno de los países que
asistieron al G7, entre ellos al ministro de defensa argentino Luís Petri a
prestar apoyo urgente a Ucrania.
No hay dudas de que el ministro argentino se cuadró y alineándose a las
órdenes de Austin, cree que podrá poner a su país en la cola de espera para que
ingrese a la picadora de carne en Eurasia ¿Sabrán esto sus ciudadanos?
Pero los peligros no terminarían allí. El cruento asunto en Palestina
también necesita de muchos colaboradores ya que, ante las evidencias
irrefutables del genocidio que ya ha cometido el estado de Israel contra la
población palestina y las dificultades que se están extendiendo al Mar Rojo,
requerirá de más idiotas útiles que se sacrifiquen por sus intereses.
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