viernes, 24 de febrero de 2017

EN LA MIRA




“PULSEADA DISCURSIVA”

Pese a los discursos de un Trump que busca el acercamiento a Moscú, la realidad muestra un continuo y amenazante movimiento militar estadounidense en torno a las fronteras de Rusia ¿Quién maneja realmente la Casa Blanca?



Por Charles H. Slim
Suele ser uno de los acostumbrados trucos de Washington, tratar de hacer creerle a la opinión pública que el recambio de los ocupantes en la Casa Blanca significa un “borrón y cuenta nueva” en los asuntos de la política internacional de la Unión. En este sentido la llegada de Trump significaría el cambio de dirección en la lucha contra el terrorismo y supondría el final de las operaciones de “Falsa bandera” y “Black Ops” que se han montado a lo largo de éstos últimos quince años contra Iraq y Siria, como forma de sembrar el caos que destruya la concordia y unidad nacional que aún cohesiona a la República árabe Siria.  Lamentablemente nada de eso ocurrirá ya que hay pruebas claras de que Trump hará lo que el estado profundo está interesado en continuar.

Las pruebas sobre las injerencias norteamericanas en Siria han dejado mudos a los anteriores moradores de la Casa Blanca y hubieron descolocado recurrentemente a sus conspicuos voceros a quienes no les faltaron ganas de golpear a los periodistas que se atrevían a plantearles en su cara, las pruebas de esas “asistencias inexplicables” a las fuerzas del ISIS y la participación de la CIA con varios grupos armados responsables de varios crimines de guerra.

Demasiado duro para que los norteamericanos quieran aceptarlo. Pero tal vez sea mucho más duro para su “estado profundo”, tener que aceptar que fue Rusia y las inteligentes decisiones de Vladimir Putin  quienes cambiaron la situación de Siria y pusieron un freno real a los planes de expansión del “Estado Islámico” y de sus colegas “salafistas” financiados por los estados del Golfo y vergonzosamente apoyados por gobiernos de la UE.  Solo ahí cuando Putin ordenó el ingreso de sus fuerzas contra los grupos armados que amenazaban con derrocar a Damasco, los enemigos ocultos que se agazapaban tras bambalinas, solo se sentaron a mirar, esperando que aquellos “gamusinos” armados hicieran el trabajo sucio que sus ejércitos no quería hacer.

¿Quiénes eran esos enemigos ocultos que se estaban beneficiando? Pues no había que hacer demasiados esfuerzos por determinarlos. Israel, Turquía y Arabia Saudita son –cada uno por motivos diferentes-  los principales interesados en derrocar al presidente Bashar Al Assad y destrozar a Siria.  En los EEUU los grandes Lobbies por-israelíes han sido otros de los grandes impulsores de estas campañas contra el mundo árabe en general y en contra de Siria en particular. Su dinero y sus conexiones con la elite político-financiera norteamericana y mundial han sido movilizados desde el primer momento en que se puso en marcha toda la charada de las mentidas complicidades de Iraq en los ataques del 11/S y las supuestas armas de destrucción masiva, que luego se extendieron a la denominada Primavera árabe.

Es por ello que Donald Trump con sus declaraciones causticas que atacan a sus principales intereses y que como lo expreso claramente en la campaña “había que olvidarse del 11/S” en clara alusión a terminar con el falso imaginario creado a partir de aquellos eventos que solo había traído al país guerras interminables y la causación de indescriptibles calamidades sobre otras naciones,  no pueden tener más que dos respuestas: O rectifica sus comentarios o Trump puede desaparecer de la escena política.

¿Pero acaso usted cree que eso es una exageración o el comentario de alguien que no vive siquiera dentro de los EEUU? Pues para que usted quede bien informado, los ciudadanos norteamericanos hace bastante tiempo que han dejado atrás del “Tabú” de hablar de la influencia de Israel y de sus grupos de presión en sus asuntos nacionales y en las consecuencias que ello le ha valido para el país tener que mandar a sus muchachos a luchar guerras que habían estado pergeniadas por cerebros israelíes con el apoyo de sus colegas sionistas estadounidenses.

Este tipo de relación entre este sector oscuro de la política norteamericana y sus colegas israelíes ultraderechistas ya ha dejado de ser un secreto a voces y hoy cualquiera puede escuchar en los pasillos de una redacción o en las aulas de las universidades más prestigiosas de los Estados Unidos o de cualquier otra en la Unión Europea, cuales son los papeles que están jugando estos sectores en toda esta maraña que llaman “la lucha contra el terrorismo” y que no es más, que un juego siniestro en el que el “creador de estos grupos” –como el ISIS o AL Qaeda-   simulan que los combaten mientras por detrás les siguen apoyando por los canales negros que manejan para financiarse las agencias de inteligencia.

Actualmente y según algunas fuentes, Donald Trump ha dado instrucciones para que la CIA termine su apoyo a los “rebeldes” sirios sin hacer ningún tipo de distinción artificiosa como lo hacía la era Obama entre moderados y extremistas. El dilema que se presenta es, si realmente la CIA y sus colegas obedecerán estas órdenes ejecutivas. 

Igualmente, sea como fuere, este hecho representa un notable avance para frenar la carrera imperialista que al día de hoy cuenta con varios millones de muertos en su haber en pos de imponer un diseño geoestratégico intitulado Medio Oriente ampliado (Red Voltaire.org. “El secuestro de la Conferencia de Seguridad de Munich”. http://www.voltairenet.org/article195338.html ).

Incluso podemos ver un notable avance en el estudio y la investigación de esta detestable trama que se documenta día con día de la mano de esmerados investigadores independientes que sin el apoyo de ningún ente estatal o de organizaciones multimillonarias, están produciendo invalorable material histórico  (GLOBALRESEARCH.ca. http://www.globalresearch.ca/the-counter-terrorism-campaign-in-syria-is-fake-dark-state-manipulations-serve-as-barriers-to-peace/5575656 )

Pero en auxilio de estos valientes investigadores que durante años han arriesgado sus carreras, sus bienes y por supuesto sus propios cuellos, hoy el reconocimiento de todo este embuste digitado desde Washington  y operado por sus diversos aliados alrededor del globo, tiene eco en los foros internacionales donde ante la denuncia explicita de que todo lo que se refiere a la llamada “lucha contra el terrorismo” es un gran fraude, ha parecido golpear psicológicamente a la clase política europea que acomodada desde hace 15 años con la farsa de los supuestos ataques “islamistas” a las Torres gemelas y al Pentágono, sigue prendada de las directivas de Washington, tal vez, por décadas de complicidad ante tantos y escandalosos crímenes contra la humanidad. Si Washington les da la espalda ¿a dónde irían a refugiarse?

Tal vez el ejemplo más cabal de todo esto haya sido las declaraciones del canciller ruso Serguei Lavrov el 19 de febrero último en el marco de la Cumbre de Seguridad en Munich donde sin anestesia y con cruda frontalidad les dijo a los más de quinientos ministros de la UE y de otros estados presentes que el “mundo post-occidental” ha llegado a su fin, dejando en claro que la OTAN ha perdido la partida en sus intensiones de dividir y conquistar, tal como lo había venido haciendo EEUU en el Medio Oriente durante los últimos 15 años tratando de destruir los estados árabes laicos a favor de un mosaico de entidades “seudo islamistas” que claramente beneficiarían al caos perpetuo que a su vez beneficiaría al estado de Israel (RED VOLTAIRE.org. http://www.voltairenet.org/article195338.html )


Las declaraciones de Lavrov se conjugaban con las anteriores declaraciones de Donald Trump que había calificado a la OTAN como obsoleta y que por su mantenimiento se estaba invirtiendo demasiado dinero, que desde su juicio, estaba siendo tirado a la basura. Pero detrás de todo esto, hay viejos y grandes negocios que en forma de “inversiones” o colaboraciones, son colectadas y dirigidas a financiar precisamente esas operaciones de inestabilidad que en la historia inmediata hemos visto contra el mundo árabe y que más cerca en el tiempo vemos como con mucho entusiasmo se dirigen contra Rusia. Ante esto ¿Podrá Donald Trump imponer su voluntad de trabar una buena relación con Rusia y el mundo o, seguirán manejando la agenda exterior los oscuros sectores del estado profundo? Y en caso de lograrlo ¿Podrá sobrevivir a los peligros que ello conlleva?

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