lunes, 6 de enero de 2020



“GEOPOLITICA DEL CAOS”
Quién es quién dentro de la escena de esta trama geopolítica impulsada por Washington ¿Dónde está la legalidad internacional?


Por Charles H. Slim
La repentina aparición del “ISIS” recargado –un mejorado Islamic State of Iraq de 2006- allá por mediados de junio de 2014 tomo por sorpresa a la mayoría de los ciudadanos de Occidente pero no para los habitantes del Medio Oriente. Los iraquíes conocían de las andadas de lo que ellos llamaban “Daesh” que para 2012 y tras haber sufrido arias perdidas solo era una banda de no más de veinte miembros dispersada en el desierto del “Al Sham” limítrofe con Siria. Pero ¿Qué sucedió?, ¿Cómo crecio tan rápido de la forma en que lo hizo esta desorganizada y pequeña banda de profugos?

El curso de los eventos demostró el cómo y quiénes sustentaron esta empresa siniestra. El juego de manipular los extremos dentro del mundo árabe islámico ha sido una parte de ello. Esta tarea viene siendo ejecutada desde hace tiempo por las agencias de inteligencia occidentales con la CIA a la cabeza con la finalidad de cambiar o derrumbar gobiernos en la región. 
Los antecedentes de ello sobran, pero para mención de ejemplo no olvidemos al grupo “Mujaideenes Al Kalq” una agrupación subversiva financiada por Washington en los ochentas y noventas que con base en Iraq durante el gobierno de Saddam Hussein buscaba desestabilizar a Irán. Tras la invasión de 2003, la CIA y las agencias de inteligencia, comprometidas por lo que representaba esta organización, cortaron sus contactos abandonándoles a su suerte.

Otro fue “Al Qaeda” (La Base), un programa de contrainsurgencia compuesto de elementos reclutados por la CIA en países árabes islámicos creado por el Departamento de Estado norteamericano en 1978 con la finalidad de sabotear al gobierno pro-soviético de Kabul, Afganistán. Pese al paso de los años, ese programa fue puesto a rodar en Iraq luego de la invasión de 2003 y aún subsiste –con otros componentes obviamente-  para que Washington lo use como el frontón de sus argumentos para las intervenciones extranjeras. Su implementación ha demandado mucho dinero y tiempo demostrando la importancia que representaba su inversión y la utilidad que le ha concedido.  

Viéndolo desde un punto de vista forzadamente razonable, el planteo de la lucha del terror usando el terror, ha comprobado su inutilidad táctica y estratégica salvo, que ello estuviera pensado para que esa lucha no acabe nunca. Ahora bien ¿Cuáles serían los beneficios de esto? El establecimiento del interminable negocio de la seguridad privada y el desarrollo de la industria armamentística que anualmente factura miles de millones de dólares, son suficientes estimulos para que esta supuesta lucha no termine jamás.

Hoy ante los acontecimientos, ha quedado revelado el objetivo puntual de EEUU en la región. Pero cabe preguntarse ¿Es el objetivo de Washington o solo está sirviendo a los propósitos geopolíticos de Israel? Si bien quien anuncia públicamente las acciones del gobierno estadounidense es el presidente y son sus recursos los que se utilizan para concretarlos, lo que se ejecuta en la región ha sido influenciado y planificado por poderosos intereses israelíes dentro del Congreso y también por fuera de él.
EEUU agredió simultaneamente a dos países con este ataque ya que asesino a un ciudadano iraní en territorio iraquí asesinando al mismo tiempo a otros ciudadanos de éste último ¿Qué hay de la ley internacional sobre esto?, ¿Hay posibilidad de que la Corte Penal Internacional tome injerencia en esto?

El asesinato de Qassem Soleimani parece más un encargo mafioso de Tel Aviv que un objetivo pensado y razonado por Donald Trump y su círculo de asesores. Soleimani estaba eliminando con gran eficacia los últimos residuos del “Daesh” en Iraq y eso fastidia los planes de Washington pero también de Tel Aviv que gano mucho con la destrucción de Iraq y la inestabilidad en Siria.

Apenas se conoció el magnicidio, las manifestaciones de repudio y temor por las redes sociales no tardaron en aparecer. Los únicos contentos con esto solo son aquellos sectores de la elite política y financiera quienes vieron como los precios del crudo se dísparaba hacia las nubes. La naturalización del crimen de estado en EEUU parece haber encontrado una barrera ya que son muchos dentro de este país repudian con fuerza esta acción inconsciente y poco inteligente.

Esto ha causado que una vez más, EEUU quede aislado de la Comunidad internacional desatando críticas y controversias entre sus propios aliados. 
En Iraq (aliado zombie) los estadounidenses que jamás fueron populares (mucho menos tras el legado dejado tras su ocupación), tras este hecho, ha colmado la paciencia de los ciudadanos iraquíes y ello, ante las revueltas callejeras que desde mediados del mes de septiembre se vienen sucediendo en todo el país, no han podido ser contenidas por los políticos títeres y sus cuerpos de represión policial “ISOF” que dependen directamente de Washington.

La presión popular es tan grande que los títeres del gobierno no han podido resistir sus demandas entre ellas, la de efectivizar la inmediata salida de todos los estadounidenses del país (sus contratistas) y la de sus soldados. Esto ha empujado a los parlamentarios a pedir oficialmente la salida inmediata de las tropas estadounidenses que aún se mantienen en sitios clave del país.

Sobre la curiosa posición de Iraq en todo esto revela la farsa de gobierno que detenta. La administración títere firmo varios acuerdos con Washington en los cuales autoriza a las tropas norteamericanas a estar en su suelo bajo el estatus de “invitados”; una forma legal que les protege de prosecusiones legales por crímenes contra la población o cualquier otro daño al patrimonio iraquí. Desde la distancia, una tomadura de pelo. 
Solamente los fanáticos sionistas de la administración Trump como los es el Secretario de Estado Mike Pompeo o la ex representante ante Naciones Unidas Nikki Haley y una parte de los neoconservadores del Congreso –sin mencionar a los obsecuentes latinos- festejan esta imbecilidad con “Twits patrióticos” similares a los que los funcionarios de la administración Bush-Cheney se enviaban cuando invadieron Iraq.

En la oposición demócrata no tardaron en salir a la palestra y responder a esto. El vice de Obama Joe Biden califico este hecho como una verdadera torpeza. No hay en este ataque algun interés estadounidense en juego, incluso ello suena ridículo a la vista de los mismos ciudadanos estadounidenses que han sido consultados sobre esto.

Pero no debemos caer en el engaño que plantean los medios occidentales al reparar en las responsabilidades solo en la persona del mandatario estadounidense. Decir que Donald Trump es el único responsable de esta decisión es un engaño. Para nada es así. Detrás de este tipo de “operaciones” se mueven muchas voluntades, muchos recursos y se involucran muchos ejecutores que a la sazón de encubrir su ejecución, pondrán en marcha lo que no es otra cosa que “un ataque terrorista” ordenado por un estado, similar al que asesino a quién logró derrotar al “ISIS”.

A los ojos de muchos Trump pareciera –pese a sus continuas criticas- querer mostrarse como el “Cowboy” del lejano oeste, una caricatura que ya uso su homologo George W. Bush y que dicho sea de paso, mansillo hasta el tuétano la imagen de la Unión. Pareciera que trata de demostrar que está dispuesto al “ojo por ojo” pero en su versión Talmudica como queriendo demostrarle al ala sionista local (AIPAC entre otros) y a Israel en particular, que puede con sus enemigos sin mirar o medir las consecuencias.

Esto ha desatado una cadena de actos deliberativos dentro del Congreso dirigidos a limitar las intensiones de Trump por involucrar al país en una guerra abierta con Irán, algo que la presidente de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi ha dejado bien evidenciado con su carta pidiendo limitar los poderes de guerra del presidente.

Lo importante sería que el público estadounidense, quienes pagan sus impuestos y que no es de mayoría judía ni mucho menos con ciudadanía israelí (ya que son estadounidenses), que le haga conocer a su presidente y a la elite que les gobierna, si están o no de acuerdo en que los metan en estos siniestros juegos que además de servir a los intereses geopolíticos de Israel, ya tienen preanunciadas consecuencias fatales.

No hay que perder de vista el curso de los acontecimientos ya que ante el anuncio del gobierno de Teherán por vengar la muerte de Soleimani,  ello sería sin dudas aprovechado por  los oscuros círculos del poder en Washington y Tel Aviv que utilizando a sus proxies diseminados en todo el globo, monten operaciones de “Falsa Bandera” en el formato de cruentos atentados en países de baja seguridad –especialmente en países donde los medios operan al ritmo de las embajadas de ambos países-  para convenientemente endilgarselos a los iraníes ¿Acaso cree que eso no sea posible? Solo vea la historia contemporánea y en especial la de los últimos 18 años hasta esta parte y verá que ello es muy posible.

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